Aunque todas las sagas requieran del éxito de su primera entrega para, bueno, existir, hay algunas que quedan marcadas para siempre por ese impacto inicial, condenando a sus secuelas a la temible e inevitable comparativa. Sin lugar a dudas, 'Poltergeist' es una de ellas. Y no solamente por la cantidad incalculable de leyenda, culto, rumor y éxito que rodea a su primer capítulo, sino por el talento abrumador del mismo.
Con una eficacia a prueba de década, 'Poltergeist' supuso uno de los triunfos comerciales y artísticos más sobresalientes de una década, la de los ochenta, repleta de fenómenos de este tipo. Y es que, desde sus primeros compases, la película dirigida por Tobe Hopper con la inestimable 'ayuda', ejem, Steven Spielberg, iniciaba un carrusel de escenas para el recuerdo que todavía hoy mantienen intacto su poder de hipnosis y fascinación.
A partir de ella, la industria es la industria, empezaron a surgir las continuaciones a la historia, conformando así una saga de cuatro películas, incluyendo un remake realmente tardío en el tiempo. Cintas de terror que, en sus mejores momentos, y no son pocos, todavía consiguen erizarnos la piel, situarnos al borde del sofá y disfrutar de un estupendo mal rato.
La saga 'Poltergeist', de peor a mejor
'Poltergeist III'
¿Es un desastre total y absoluto? No. ¿Está a la altura de sus dos predecesoras? No. ¿Tiene momentos rescatables? Alguno se puede salvar. ¿Es la peor entrega de la saga? Ni una duda al respecto. 'Poltergeist III', dirigida y escrita por Gary Sherman, trataba de aportar algo de aire fresco a este universo, objetivo siempre bien recibido, pero se caía con todo el equipo debido a un reparto sin ninguna gana de estar ahí, un libreto que hacía aguas por todas partes y una capacidad nula para generar algo similar, no ya al terror, sino a la inquietud.
'Poltergeist II: El otro lado'
Estrenada cuatro años después de su celebradísima predecesora, 'Poltergeist II: El otro lado' era un constante viaje entre el acierto y el error, la genialidad y lo absurdo, la sorpresa y la pereza. Una propuesta tremendamente irregular que funcionaba mucho mejor cuando jugaba con el misterio de sus cartas que cuando empezaba a mostrar la verdadera cara de las mismas. Lo mejor, con mucha diferencia, es la interpretación de un terrorífico Julian Beck. Y lo peor, con la misma firmeza, es un clímax final bañado en azúcar.
'Poltergeist'
Nadie la esperaba, y tampoco parecía que nadie la estuviera pidiendo, pero varias décadas después del estreno de la primera 'Poltergeist', llegaba a los cines un remake que, para sorpresa de propios y extraños, funcionaba de manera notable. Un logro de indiscutible valor cuyo mérito principal debería recaer en el talento del director Gil Kenan, quien previamente había firmado dos cintas tan estupendas y reivindicables como 'Monster House' y 'City of Ember: En busca de la luz'. Su talento en la puesta en escena, el manejo de la tensión y el equilibrio de los momentos íntimos y la espectacularidad eran la base sobre la que se sustentaba 'Poltergeist', un remake más que convincente.
'Poltergeist'
Ninguna duda a la hora de otorgar el oro de este especial a 'Poltergeist', la primera y mejor entrega de la saga. Y con amplia diferencia del resto. Clásico absoluto del género de terror, estamos ante una cinta en la que, entre todas sus virtudes, destaca su envidiable capacidad para crear imágenes, sensaciones, escenas y personajes que se quedaron a vivir para siempre en la cabeza y el corazón de varias generaciones. Cine comercial de alta categoría, matrícula de honor y ovación cerrada. Una obra maestra por la que el tiempo pasa sin hacer ningún tipo de ruido ni generar molestia alguna.
