En 1984, la historia del cine recibía con los brazos abiertos a 'Terminator', una de las obras cumbres del blockbuster de las últimas décadas. Además, hablamos del primer gran éxito de la carrera de un James Cameron que tuvo la idea inicial para la película en un hotel de Roma en el que se encontraba durante el rodaje de un anuncio televisivo. En concreto, la inspiración le llegó al director durante una noche de fiebres y mareos en la que despertó con la imagen de un Terminator surgiendo de una bola de fuego.
Consciente de estar ante un punto de partida más que interesante para comenzar a escribir un guion, Cameron se levantó de inmediato y corrió a dibujar lo que serían los primeros bocetos de uno de sus personajes más memorables. Meses más tarde, con el proyecto en plena fase de negociación, el cineasta se reunió con la productora Gale Anne Hurd para vender los derechos de 'Terminator' por, atención, un dólar. Eso sí, con la condición de que él se encargaría de dirigir la película. Salieron ganando todos, sí, pero especialmente inteligente resultó la estrategia del director.
Desde aquel triunfo incontestable, tanto a nivel comercial como artístico, la saga liderada, en su mayoría, por Arnold Schwarzenegger fue sumando secuelas que, más allá de su apabullante segunda entrega, han dejado más decepción que éxtasis entre sus fervientes admiradores. Un conjunto de películas que, en cualquier caso, siguen suponiendo un auténtico y nada despreciable chute de entretenimiento espectacular. Y viceversa.
La saga 'Terminator', de peor a mejor
'Terminator Salvation'
Bienvenidos a 'Terminator Salvation', también conocida como la entrega más descafeinada, ruidosa, desangelada, confusa, vacía y aburrida de la saga. La dirige McG, responsable de, entre otras, 'Los ángeles de Charlie: Al límite', 'Esto es la guerra', '3 días para matar' o 'Campamento alienígena'. ¿Quién lo hubiera imaginado?
Ejemplo de que sumar elementos, volumen y grandilocuencia no siempre asegura un resultado mejor, el mayor mérito de esta secuela sigue siendo su capacidad para despertar bostezos en mitad de escenas de acción (supuestamente) espectaculares y para desperdiciar a un reparto en el que se encuentran, entre otros, intérpretes tan infalibles como Christian Bale, Anton Yelchin, Bryce Dallas Howard o Helena Bonham Carter. En su momento tuvo sus defensores, pero el tiempo ha terminado anclando su recuerdo en el terreno de la absoluta indiferencia. Y con razón.
'Terminator Génesis'
Ok, a 'Terminator Génesis' le sobran minutos por todas partes. Vale, no está a la altura de las dos primeras entregas y se sitúa un poco por debajo de 'Terminator 3: La rebelión de las máquinas', pero, oye, ¿quién tenía esperanzas reales en este regreso? El director Alan Taylor dejaba aparcada 'Juego de Tronos', llevándose con él a Emilia Clarke, y se lanzaba de lleno a una saga (semi) condenada por 'Terminator Salvation' sin asumir demasiados riesgos, jugando sobre seguro y aportando más bien poco a la fórmula original.
Lo que termina siendo un castillo de fuegos artificiales sin más sentido que la explosión y los golpes comienza, y se mantiene bastante tiempo en esa línea, como una cinta de acción perfectamente engrasada llena de simpáticos guiños al fan y con el suficiente nivel de entretenimiento como para contentar al recién llegado. Después, lo dicho, todo se vuelve mucho más repetitivo y básico, pero sin perder nunca el tono de compacto espectáculo. En serio, podría haber sido peor. Mucho peor.
'Terminator 3: La rebelión de las máquinas'
Pese a que sus dos películas anteriores ('Breakdown' y, sobre todo, 'U-571') nos hacían albergar alguna esperanza, lo cierto es que 'Terminator 3: La rebelión de las máquinas' sirvió para demostrar que, efectivamente, Jonathan Mostow no era James Cameron. Ni mucho menos. ¿Significa eso que nos encontramos ante una entrega desastrosa de la saga? En absoluto. Esta tercera parte, estrenada más de una década después de la imbatible 'Terminator 2: El juicio final', no cumplió con las (tremendas) expectativas depositadas en ella, pero, a cambio, ofreció un entretenimiento palomitero tan ligero como disfrutable.
Con las dosis de humor ligeramente elevadas y un puñado de escenas de acción bastantes solventes, Mostow y su equipo, con la inestimable ayuda de un Arnold Schwarzenegger encantado de volver a la fiesta, consiguieron un aprobado justo que, pese a situarse a años luz de sus entregas previas, sigue funcionando como excusa para desconectar el cerebro durante unas horas. Para eso, claro, y para disfrutar de la siempre estupenda Claire Danes y una Kristanna Loken que cumple de manera ejemplar como villana letal de la función.
'Terminator'
El espíritu, la esencia y, bueno, el presupuesto de 'Terminator' eran claramente de serie B, pero, tanto sus resultados en taquilla como la respuesta de la crítica, correspondieron claramente a una cinta de primerísima categoría. Un blockbuster tan sencillo en su fondo como imponente en su forma, protagonizada por Arnold Schwarzenegger, una elección de casting absolutamente acertada, y dirigida con pulso de hierro por un James Cameron de ideas clarísimas y destreza envidiable. Un espectáculo de acción futurista que todavía hoy mantiene intactas las virtudes que lo convirtieron en un auténtico clásico de la historia del cine. Tan icónica como imprescindible.
'Terminator 2: El juicio final'
Cinco años después de demostrar por enésima vez la estupidez que habita en el tópico de que segundas partes nunca fueron buenas con la excelente 'Aliens: El regreso', y tras sufrir el único varapalo comercial de su carrera con la reivindicable 'Abyss', James Cameron reventó por completo todas las expectativas con 'Terminator 2: El juicio final', una secuela que llegaba siete años después de 'Terminator' y que conseguía situar el listón de los blockbuster en un nuevo y estratosférico nivel.
Y es que, más allá de sus innovadores y prodigiosos efectos especiales, esta continuación llevaba la fórmula al mismo límite de la espectacularidad más trepidante, a la ebullición de ideas geniales combinadas con una inesperada profundidad y emoción de los personajes. A todo esto le sumamos un reparto entregado a la causa, un director en pleno estado de forma, un villano memorable y algunas de las set pieces de acción más apabullantes y vertiginosas de la historia del género y el resultado no puede ser otro: 'Terminator 2: El juicio final' es la mejor entrega de la saga. Y algo muy parecido a una obra maestra.