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CRÍTICA

'La secta' no nos capta

Jordan Scott presenta su segundo largometraje como directora, adaptación de la novela 'Tokyo' de Nicholas Hogg, que protagonizan Eric Bana y Sadie Sink.

Por Víctor Mopez Más 27 de Septiembre 2024 | 13:55
Mi adicción a las series solo se trata disfrutando del cine entre sus capítulos.

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'La secta'
'La secta' (Inopia Films)

Hay algo atractivo en el mundo de las sectas. No son pocas las que conocemos, a cada cual más alocada. Desde la Familia Manson, liderada por Charles Manson, que dejó tras de sí varios asesinatos a finales de los años 60, hasta la más cercana y delirante del Palmar de Troya. Una fascinación que no surge por las milongas que puedan contar, sino por su capacidad de captar y aislar a sus miembros. ¿Cómo lo hacen? ¿Cómo ciegan de tal manera a sus víctimas? ¿Tal es la manipulación que no pueden ver lo que está pasando?

Son muchas las preguntas que surgen en torno a este fenómeno que puede alcanzar límites verdaderamente peligrosos. Para tratar de responder a estas cuestiones o simplemente para recrearse en el terror que producen hay muchas películas, bien basándose en casos reales o mediante pura ficción. Este es el caso de 'La secta', cinta que, pese a contar con todos los ingredientes, no logra ninguno de estos objetivos.

Erik Bana en 'La secta'
Erik Bana en 'La secta' (Inopia Films)

Tras la adaptación de 'Cracks', novela de Sheila Kohler, Jordan Scott vuelve con otra adaptación para su segundo largometraje, esta vez de 'Tokyo', de Nicholas Hogg. Para ello traslada la acción a Berlín para seguir los pasos de Ben (Eric Bana), escritor y psicólogo social que investiga un suicidio colectivo relacionado con una secta. A la par, en la capital alemana donde reside recibe a su hija Mazzy (Sadie Sink), que llega para tratar de de reconectar con él pero pronto se verá atrapada en los tentáculos de, precisamente, una secta.

Teniéndolo todo se queda en nada

Con este planteamiento podría haberse construido una historia asfixiante y angustiosa profundizando en los entresijos de este tipo de organizaciones para alienar y enajenar a un grupo hasta incluso empujarlos al suicidio. Y es que 'La secta' trata de poner el foco en una excéntrica asociación ecologista radical cuya solución última para salvar el planeta pasa incluso por desaparecer de él. Con semejantes mimbres, ¿qué ha salido mal?

Todo se queda en lo superficial, lo que se traduce en una narración torpe y previsible que desdibuja una secta en la que apenas llegamos a entrar. Conectar con los personajes tampoco resulta sencillo pues se tejen relaciones con un trazo demasiado grueso marcadas por la toma de decisiones erráticas solo para llegar al punto necesario para empujar la trama. Así se dan situaciones poco creíbles y algo forzadas que solo provocan que podamos ver las cartas antes de tiempo.

Escena de 'La secta'
Escena de 'La secta' (Inopia Films)

El tercer acto de la película que produce Ridley Scott está resuelto con bastante prisa dando como resultado algo anodino y vacío. Cuando parece que llega el clímax, todo se desinfla. Cuando empezamos a estar en vilo y el peligro parece estallar, se suceden los acontecimientos de manera atropellada sin dejar ninguna escena memorable que nos haga recordar esta película. Y mira que podrían haberlo hecho, pero en su lugar se ha optado por vestir a los miembros de las secta con ropajes anchos y de colores crema que cambian por un camisón blanco en sus rituales. Demasiado cliché.

Gracias, Sadie Sink

Como grandes elementos a destacar, sus dos cabezas de cartel. Eric Bana, no muy dado a dejarse ver por el cine comercial, cumple sin grandes aspavientos dejando todo el protagonismo a Sadie Sink. La joven actriz hace un verdadero viaje logrando transmitir de manera sobresaliente todas las emociones por las que pasa. Se llega incluso a empatizar con ella a pesar del conjunto de malas decisiones que toma desde que pone el primer pie en Berlín. Lástima que el resto de reparto que orbita en la historia de este padre y su hija resulten sobreactuados.

La producción de 'La secta' es solvente en cuanto a medios y no defrauda en su factura técnica apostando por una fotografía bastante fría. También trata de apuntalar identidad con el recurso de presentar determinadas escenas hacia atrás entre sonidos estridentes para escenificar el trauma. Acertado también es el protagonismo que juegan las redes sociales utilizándose estas como método de la secta para captar a los más jóvenes. Una lectura muy actual que pone en evidencia el peligro que suponen en la difusión de bulos, la secta más peligrosa de los últimos años.

Sink y Bana hacen lo que pueden con un guion que deja caer el suspense. Con todos los elementos sobre la mesa para hacer de 'La secta' una película que aportase al género una visión contemporánea y vibrante, es una pena que su doctrina resulte tan endeble dejando la sensación de oportunidad perdida.

'La secta' se estrena en cines el 27 de septiembre.

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Lo mejor: Sadie Sink. Sadie Sink. Sadie Sink. Sadie Sink. ¿He dicho ya Sadie Sink? Sadie Sink. Y cómo olvidar a Sadie Sink.
Lo peor: Desaprovecha todos sus ingredientes.
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