La antepenúltima jornada del Festival de Sitges vino acompañada de buenas noticias para la organización, que confirmó un aumento de la recaudación por venta de entradas hasta situarse en el récord histórico del certamen. Casi 58.000 espectadores ya habían pasado por taquilla hasta el miércoles, dejando en caja unos 600.000 euros, cifras magníficas que consolidan al festival como cita cinéfila imprescindible a nivel europeo. Dejando a un lado los números, pasamos a resumiros lo más interesante de la jornada del jueves.
'Victoria' (Sebastian Schipper, Alemania)
El cineasta alemán Sebastian Schipper se plantea en 'Victoria' un interesante reto: contarnos en tiempo real y en un único plano secuencia una historia de amor y crimen en la noche berlinesa. La película resulta interesante como experimento narrativo notablemente logrado -la progresión dramática, la gestión de los tiempos muertos y la evolución de personajes están muy bien equilibrados- aunque flaquea a nivel de guion, pues su historia es bastante anecdótica y sus 140 minutos pesan como una losa sobre el espectador.
Laia Costa adquiere el protagonismo absoluto del film y pasa con nota el complicado test. La joven actriz interpreta a una madrileña que trabaja en un café de Berlín y que conoce durante una noche de fiesta a un pintoresco grupo de alemanes con quienes entabla conversación, para terminar metida en un monumental embrollo nocturno. Como decimos, interesante como experimento aunque poco relevante a nivel de guion.
Nota: 6
'Schenider Vs. Bax' (Alex van Warderdam, Holanda)
El holandés Alex van Warmerdam ya ganó en Sitges 2013 con la perturbadora 'Borgman' y repite en 'Schneider Vs. Bax' su peculiar fórmula: una muy personal mezcla de gélido humor negro y thriller criminal. Sin embargo, el resultado no resulta tan redondo en esta ocasión, a pesar del evidente talento de su realizador, que propicia escenas de inquietante genio.
Aunque el guion arranque con una idea muy brillante -un misterioso hombre encarga a dos sicarios aniquilarse mutuamente- la narración se espesa en un tramo central sobrecargado de personajes, no todos ellos relevantes, y solo al final, cuando se vuelca en un mano a mano casi a modo de western, recupera la tensión y el interés. Irregular pero muy interesante.
Nota: 6
'Cop Car' (Jon Watts, Estados Unidos)
Kevin Bacon produce y protagoniza 'Cop Car', film menor, casi anecdótico, rodado con cierto pulso por su director Jon Watts y centrado en dos preadolescentes que encuentran y roban (por diversión y por un rato) un coche de policía que contiene una inesperada mercancía.
El arranque tiene cierta gracia y la película posee un clímax tenso y bien bien rodado. El problema es su anodino segmento central y el previsible desarrollo de un guion que juega a la ambigüedad de los personajes adultos sin preocuparse por dotarlos de entidad dramática. Es por tanto un film esquemático y de nulo poso, que se ve con la misma facilidad que se olvida. Correcto.
Nota: 5
'The Devil's Candy' (Sean Byrne, Estados Unidos)
El estadounidense Sean Byrne presentó ayer en Sitges un film de terror genuino, violento, intenso y visceral. No debería ser noticia en un certamen de cine fantástico pero lo cierto es que es de los escasos films de género terrorífico que hemos visto en la sección oficial este año.
La película cumple con el objetivo de generar inquietud y remover al espectador en su butaca, a pesar de partir de una premisa enormemente conocida: una familia que se muda a una casa en la que se han cometido terribles crímenes. Byrne utiliza con habilidad simbología satánica para atemorizar a la audiencia y recurre a un terror intenso y directo, ofreciendo un logrado mal trago de 80 minutos que hará las delicias de los fans del terror.
Nota: 6