Lo mejor del universo creado por los genios detrás del Studio Ghibli es que no se puede describir. Sus películas, todas, incluyendo aquellas que no han despuntado al nivel esperado, suponen una experiencia sensorial absolutamente maravillosa. Es cine animado que cobra vida con las mismas dosis de talento y magia, de sencillez y virtuosismo, de espectacularidad y ternura.
Una manera de entender el arte de contar historias que, partiendo del clasicismo de los referentes más excelsos, ha conseguido conectar con la sensibilidad de varias generaciones de espectadores que, comulgando con mayor o menor intensidad con el género previamente, han terminado arrodillados ante el talento Ghibli. Un logro indiscutible basado, principalmente, en la manera en la que los creadores del estudio tratan a la persona que está sentada en la butaca, es decir, con tanto cariño como respeto, entendiendo que el éxito de cada película era un trabajo conjunto. Por eso, y por muchas cosas más, las películas del Studio Ghibli se mantienen firmes tras el paso del tiempo, inmaculadas frente a los calendarios, siempre dispuestas a hacer explotar nuestra imaginación.
A lo largo de este especial, repasamos las 10 mejores películas que nos ha regalando un estudio cuyo nombre se escribe con auténticas letras de oro en la historia del cine. Un conjunto de obras maestras que inspiran, emocionan, divierten, sorprenden y asombran desde la épica y la delicadeza. Siempre estaremos en deuda con Ghibli.
Las 10 mejores películas del Studio Ghibli
'El viento se levanta'
La vida de Jiro Horikoshi, uno de los ingenieros aeronáuticos más importantes de la Historia de Japón, cuyos aviones fueron usados en la Segunda Guerra Mundial, le sirvió a Hayao Miyazaki en la excelente 'El viento se levanta' para elaborar una reflexión llena de poesía y melancolía sobre el sacrificio que se esconde detrás de cada proceso creativo y la necesidad de aprovechar cada uno de los paréntesis que ofrece el trabajo constante. Todo ello complementado por un melodrama romántico que eleva la película a unos niveles de sensibilidad y delicadeza marca de la casa. Maravillosa.
'El castillo en el cielo'
Escrita y dirigida por un Hayao Miyazaki que confirmaba aquí su estatus de genio, 'El castillo en el cielo' pasa por ser una de las películas más hermosas, en fondo y forma, de la historia de Ghibli. Aventura de ritmo equilibrado y acabado visual fascinante, esta historia fantástica capaz de saltar del melodrama a la acción desenfrenada y de la hipnosis al delirio en cuestión de segundos sigue brillando con una luz especial. Y es que después de 'El castillo del cielo' llegaron películas mejores, sí, pero pocas supieron transmitir un encanto y hechizo similar. Inolvidable de inicio a fin.
'Porco Rosso'
Argumento de 'Porco Rosso': Periodo de entreguerras. Porco es un cerdo aviador que frustra todos los actos de piratería perpetrados por los piratas aéreos del Adriático. Éstos, decididos a acabar con el valiente y hábil aviador, se ponen de acuerdo para contratar a un aventurero americano cuya misión será eliminarlo.
Sí, habéis leído bien, se trata de un cerdo aviador. Y es más carismático y memorable que la mitad de héroes animados que nos llegan a la cartelera semana tras semana. Una película que tenía un buen puñado de minas en su camino y que, sin embargo, no solamente salió airosa del desafío, sino que se mantiene con envidiable firmeza entre las mejores películas jamás firmadas por Ghibli. Una aventura maravillosa.
'El castillo ambulante'
Las expectativas estaban por las nubes. Y con toda la razón. Hayao Miyazaki regresaba al largometraje después de firma su obra cumbre, 'El viaje de Chihiro', con 'El castillo ambulante', una historia que partía de una novela de Diana Wynne Jones hasta convertirse en una cinta con el sello más personal y característico del director japonés. Acabado técnico insuperable, personajes inolvidables, tanto secundarios como protagonistas, escenas de acción trepidantes, mensajes humanos conmovedores y, por supuesto, esa poética inconfundible de Miyazaki. Una película tan ambiciosa como memorable. Otro triunfo.
'Recuerdos del ayer'
Tres años después de dirigir su primera gran obra maestra, 'La tumba de las luciérnagas', Isao Takahata repetía hazaña con 'Recuerdos del ayer', una de las grandes olvidadas a la hora de repasar las cimas más incontestables del estudio. Y se trata de una pequeña gran injusticia ya que estamos ante una preciosa historia narrada con una delicadeza, un tacto y un pulso realmente maestro. 'Recuerdos del ayer', que es, además, una de las propuestas más adultas, profundas y complejas de la historia de Ghibli, se mueve a través de una animación fabulosa, hipnótica en su implacable sencillez, para contar un conjunto de pedazos de vida que conmueven profundamente, logrando un equilibrio ejemplar entre fondo y forma, ambos elementos de un nivel estratosférico. Un pequeño gran clásico.
'Mi vecino Totoro'
Hay películas que tardan solamente un visionado en convertirse en clásicos. Normalmente, lo hacen con naturalidad, de una manera casi mágica, fluyendo ante nosotros con humildad y sencillez antes de explotar en forma de recuerdo imborrable cuando sus títulos finales aparecen en medio de la oscuridad de una sala de cine. Se pueden detectar pequeños destellos de este suceso maravilloso a lo largo de la historia, en determinados momentos dramáticos, en puntuales giros de la historia, o simplemente, en planos que nacen eternos. Sin embargo, el potencial total llega siempre al final, instante en el que se desata todo. Y uno de los mejores ejemplos lo tenemos en 'Mi vecino Totoro'. Más que obligatoria.
'La tumba de las luciérnagas'
'La tumba de las luciérnagas', otra obra maestra de la carrera de un gigante, Isao Takahata, es una lágrima condensada en 93 minutos de cine inolvidable, de puro impacto, de desolación, y al mismo tiempo, belleza inabarcable. Partiendo de la novela de Akiyuki Nosaka, el cineasta da forma a un relato repleto de humanidad, de naturalidad que se puede palpar con la punta de los dedos, de diálogos y gestos de una inmensidad incalculable, de emoción en vena.
Muchos recuerdan la primera vez que la vieron, la mayoría siendo niños, y la forma en la que sus ojos se empañan es una señal inequívoca de la absoluta vigencia de este clásico de la animación. El corazón en un puño. El corazón en mil pedazos. Y merece la pena.
'El cuento de la princesa Kaguya'
Tuvimos que esperar varios años desde su estreno oficial hasta que llegó a los cines de nuestro país la última gran obra maestra del Studio Ghibli, pero mereció la pena. Y es que más vale tarde que nunca cuando hablamos de una pieza de orfebrería tan valiosa como 'El cuento de la princesa Kaguya', una apabullante demostración del talento del añorado Isao Takahata.
En esta ocasión, el cineasta adapta un cuento popular japonés escrito en el siglo IX bajo el título de 'El cortador de bambú', apostando por un arriesgado diseño animado que termina convirtiéndose en un triunfo visual en toda regla. Una maravillosa historia contada con la sabiduría, la delicadeza y la belleza de un maestro del género. Una película imprescindible.
'La princesa Mononoke'
Corría el año 1997 cuando el Studio Ghibli alcanzaba una nueva cima. Se llamaba 'La princesa Mononoke' y dejó a millones de espectadores con los ojos fuera de las órbitas, la mandíbula desencajada y el corazón hinchado de cine cinco estrellas. Hablamos de clásico. Hablamos de una obra maestra. Hablamos de una aventura inolvidable a la que sigue costando mucho encontrarle un error. Ni minúsculo.
Una joya desde un primer visionado que, para todo aquel amante de las historias de aroma clásico protagonizadas por personajes excelsos, sigue manteniendo intacta su capacidad para hipnotizar a través de un sentido de la maravilla realmente envidiable. Resumiendo, si has visto alguna vez 'La princesa Mononoke', ya cuentas con un conjunto de escenas memorables a las que regresar una y otra vez para seguir disfrutando como la primera vez. Un auténtico tesoro que, por fortuna, sigue traspasándose de generación a generación. Y que nunca deje de hacerlo.
'El viaje de Chihiro'
El valor que ha otorgado el Studio Ghibli al cine en general, y al familiar en particular, es incalculable. Partiendo de esa base, y estableciendo una clasificación que va del sobresaliente a la excelencia absoluta, 'El viaje de Chihiro' mantiene su condición de favorita, de clásico incapaz de envejecer. Un precioso prodigio de animación que cautivó a los amantes del género y a aquellos que le dieron una primera oportunidad y quedaron atrapados para siempre en esta historia de dioses, dragones, hombres sin cara y lugares de una belleza deslumbrante.
Premiada con el Oscar a Mejor Película de Animación y el Oso de Oro del Festival de Berlín, entre muchísimos otros galardones, 'El viaje de Chihiro' redondeaba los pasos que el imprescindible Hayao Miyazaki y el estudio llevaban dando desde sus comienzos a lo largo de un extenso y excelente recorrido. Obligatoria.