"El material con que se forjan los sueños". Humphrey Bogart soltó esta frase para referirse al Halcón Maltés y la "magia" que había detrás de la estatua, y es que los sueños poseen una poder especial sobre nosotros. Suelen ser confusos, terroríficos o excitantes. El mundo onírico sirve de salida a problemas o sentimientos que no podemos afrontar cuando estamos despiertos. Su significado ha sido motivo de estudio para grandes psicólogos como Sigmund Freud, pero resulta complejo encontrar respuesta para los desvaríos que nos asaltan mientras dormimos.
Los sueños son parte de la vida, y el cine es reflejo de la misma. Las secuencias oníricas han permitido que muchos directores y directoras jueguen con la fotografía de las historias. La mayoría de las veces, estos "sueños" subrayan de forma imaginativa el conflicto personal o los anhelos. No obstante, también han sido el campo de experimentación para jugar con la percepción del espectador. Al igual que un cuadro abstracto, estas secuencias buscan inspirar de una manera única a quienes las observan.
Los sueños son el centro de múltiples películas. 'Pesadilla en Elm Street', 'Matrix', 'Origen' son sólo unos pocos ejemplos de largometrajes donde este es tema capital. Sin embargo, nuestra propuesta se limita a los pequeños momentos. Grandes secuencias de sueño que nos impactaron a nosotros y a la historia del cine. Aquí tenéis nuestras 12 mejores, para que os quedéis con algo con lo que soñar.
Las 12 mejores escenas de sueño en cine
'Let me dream again' (1900)
Esta ha sido complicada porque el objetivo es presentaros la primera secuencia de sueño del cine. Existen autores que le dan este privilegio a 'El moderno Sherlock Holmes'. Sin embargo, he optado por 'Let Me Dream Again', que se traduciría como 'Déjame soñar otra vez'.
Este corto británico apenas dura un minuto y fue dirigido por George Albert Smith. En él, un hombre bebe y se abraza cariñosamente a una atractiva mujer disfrazada de payaso. La fantasía acaba cuando él se despierta y se encuentra en la cama junto a su malhumorada mujer.
Uno de los puntos a destacar es el difuminado con el que se pasa de sueño a realidad manteniendo la misma colocación de personajes en ambas partes. Esta coherencia nos resulta muy familiar hoy en día, pero hay que pensar lo que supone cuando se plantea sin referentes anteriores. No es seguro que fuera el primero ya que hubo cortos que se han perdido con el paso del tiempo, pero de no serlo, estaría cerca.
'Dumbo' (1941)
Es curioso que 'Dumbo', una película de animación infantil de Disney, posea una de las representaciones simbólicas más reconocibles del alcoholismo .
Cuando Dumbo y el ratón Timothy se emborrachan, ambos se ven inmerso en una realidad de elefantes rosas hechos de burbujas. Estos paquidermos se les aparecen entre bailes psicodélicos que les engullen y transforman. Una escena marcada por púrpuras, rosas, verdes y amarillos sobre fondo negro que aportan el tono lúgubre de este desenfreno musical. El sueño termina con Dumbo despertándose al día siguiente sobre el sitio más insospechado, la rama de un árbol.
Tim Burton realizó un pequeño homenaje a esta escena en su adaptación de 2019. A pesar de su belleza visual, la versión live action carece del ritmo asfixiante que hizo memorable a la original.
'Recuerda' (1945)
Hitchcock quería jugar con el lenguaje del cine y la representación simbólica de los sueños. La historia de 'Recuerda' gira en torno a una psicoanalista (Ingrid Bergman) y sus esfuerzos por explicar los extraños sueños de su enamorado (Gregory Peck), que ocultan los secretos de un crimen traumático.
El director británico colaboró con el mismísimo Salvador Dalí para crear el espacio onírico en el que el personaje de Peck revive su pasado. Curiosamente el productor, David O. Selznick, estuvo en contra de la aportación del artista por su complejidad, pero finalmente se mantuvo.
La imaginaría de Dali se traslada en escenarios plagados de ojos, hombres sin rostro y la desproporción de elementos como las cartas de una baraja. Difícil olvidar la rueda deformada cayendo como si fuese un arma homicida.
'Grease' (1978)
Si se habla de 'Grease', se nos suelen venir a la cabeza John Travolta y Olivia Newton-John. Incluso se podría dedicar este apartado a su Cadillac volador, pero la protagonista es otro personaje. Se trata de Frenchie, interpretada por Didi Conn.
Mientras sus amigos suspiran entre líos amorosos, ella abandona el instituto para empezar una carrera como peluquera. Cuando se deja el pelo rosa por accidente, Frenchie empieza a darse cuenta del error que ha cometido al abandonar sus estudios. Esta inquietud viene personalizada en un musical sueño protagonizado por Frankie Avalon.
El cantante aparece en un escenario celestial entre blancos para mostrarle a Frenchie su error con una enternecedora canción con coro en rulos. La escena es tan reconocible que sirvió de inspiración para otros musicales, como es el caso de 'Glee' y 'La llamada'.
'Blade Runner' (1982)
El mayor misterio de 'Blade Runner' es su protagonista. Han pasado más de 20 años y la gente aún debate si Rick Deckard (Harrison Ford) es un replicante.
En una de las múltiples versiones de la película, este policía tiene una ensoñación en la que ve a un unicornio galopando entre los árboles de un bosque. La escena adquiere gran significado cuando Gaff (Edward James Olmos), compañero de Deckard, le deja un unicornio de papel de plata en su casa.
¿Cómo podía conocer este sueño si nunca se lo había contado? ¿Quizás porque los recuerdos y sueños de Deckard son implantados, como los de un replicante? El clip es sumamente corto y sencillo, pero su relevancia en una de las grandes incógnitas del cine le ha otorgado un merecido lugar en esta lista.
'Terminator 2: El Juicio Final' (1991)
En su inicio, 'Terminator 2: El juicio final' retrata el trauma de Sarah Connor (Linda Hamilton) tras los sucesos de 'Terminator'. Su miedo ante el apocalipsis que se aproxima viene reflejado en un sueño en un idílico parque infantil.
Sarah contempla tras una verja de metal familias felices entre las que se encuentra ella misma con su hijo. La ausencia de voces más allá de la risa de los niños nos pone a nosotros y ella en alerta ante lo que va a pasar. Resulta inquietante recordar el momento en que la onda expansiva de la explosión nuclear devasta todo, sobretodo cuando Sarah arde en llamas agarrada a la verja metálica dejando sólo sus huesos. Sin duda, uno de los puntos más inolvidables de la peli.
'Dos tontos muy tontos' (1994)
Más allá de los chistes, 'Dos tontos muy tontos' es el viaje de Lloyd (Jim Carrey) para entregar de vuelta un misterioso maletín a Mary Swanson (Lauren Holly), de quien se enamora nada más verla. Por supuesto, esta buena acción viene marcada por el deseo de conquistarla.
Su anhelo se ve reflejado en el sueño del que disfruta mientras conduce en su viaje a por la chica. En la escena, se contempla como Lloyd logra su objetivo y disfruta de la vida en común con su nueva novia. Todo ello con una felicidad exagerada y momentos que ensalzan la grandeza de Lloyd, que desembocan en combatir en una lucha de artes marciales. La batalla es tal desmadre que Lloyd acaba arrancando el corazón de su rival con tiempo suficiente para guardarlo en una bolsa de comida para llevar. El sueño se acaba cuando el protagonista contempla los faros de Mary, literalmente.
'Trainspotting' (1996)
La desintoxicación es otra fuente de inspiración para los sueños. En 'Trainspotting', Rent (Ewan McGregor) pasa por este proceso y cae en el delirio.
La escena repasa los traumas que el personaje acumula en una versión grotesca de su dormitorio. La deformación de la habitación alargándose y la oscuridad sirven para reverberar con la agonía del mono que padece. Un pequeño viaje en el que Rent se encuentra con apariciones de sus amigos entre sabanas, cadenas o uniformes escolares.
La música, la televisión y el gateo imparable de un bebé en el techo marcan la atmósfera de opresión a la que se ve sometido el personaje de Ewan McGregor.
'Abre los ojos' (1997)
Una de las grandes películas de Alejandro Amenábar a pesar de los intentos de Tom Cruise por destrozarla en su propia versión, 'Vanilla Sky'. Nada más empezar, César (Eduardo Noriega) se despierta, se ducha y se marcha. Todo normal hasta que se da cuenta que hay algo distinto. Está sólo en las calles de Madrid.
Este sueño es el pistoletazo de salida de una obra marcada por el carácter onírico subyacente. El plano de César recorriendo la Gran Vía madrileña vacía es uno de los más llamativos de nuestro cine. Una pena que nadie se diera cuenta de los pocos despistados que se encuentran desperdigados en este impresionante encuadre.
'El gran Lebowski' (1998)
En su periplo, El Nota (Jeff Bridges) se encuentra con matones que le mangonean, golpean y secuestran. Con tanta paliza es lógico que 'El gran Lebowski' tenga dos grandes escenas de sueño.
La primera es aquella en la que El Nota vuela el cielo nocturno de la ciudad mientras se escucha 'The Man in Me' de Bob Dylan. Una escena bastante calmada que acaba adquiriendo un toque de dibujos animados cuando nuestro protagonista se da cuenta de la bola de bolos en sus manos. La segunda es mucho más elaborada e incluye introducción y todo.
Con 'Just Dropped in' de Kenny Rogers y The First Edition, El Nota se encuentra en una bolera onírica entre blancos y negros con un Saddam Hussein en puesto de alquiler de calzado y una Julianne Moore convertida en vikinga. Una escena muy sexual que, curiosamente, entre tijeras gigantes y unos matones cubiertos en leotardos rojos. Los sueños son bonitos hasta que se convierten en pesadillas.
'American Beauty' (1999)
La crisis de la mediana edad de Lester Burnham (Kevin Spacey) quedó enmarcada con su encaprichamiento por Angela Hayes (Mena Suvari), la amiga adolescente de su hija. Convertida en objeto de deseo, esta joven rubia se le aparece sin ropa y recubierta de pétalos de rosa que acentuaban el rojo de su lujuria.
Tres fueron los sueños protagonizados por Angela: El baile con las animadoras, el desnudo en el techo, y la bañera. El erotismo está plasmado con una gran belleza que desaparece ante la realidad de lo que supone acostarse con una menor.
'Take Shelter' (2011)
¿Visión o un sueño? Probablemente los dos. La vida de Curtis (Michael Shannon) se vuelve patas arriba después de padecer una serie de pesadillas que predicen el fin del mundo.
Entre los sueños destaca uno en que misteriosos extraños golpean la puerta de la casa del protagonista. Temiendo que puedan hacerle daño, Curtis agarra a su hija e intenta protegerla. La fuerza de los golpes van en constante en aumento. Cuando el estruendo llega a su culmen, los muebles se alzan y levitan. Un instante que congela el tiempo sin detenerlo hasta que los sofas y sillones vuelven a caer.
Los sueños de 'Take Shelter' sirven para aunar en su atmósfera. Al igual que en la película, ellos giran en torno a una amenaza oculta que va creciendo. Una revisión de la historia de Noé o el mito de Casandra en la que también se encuentra una representación de la personalidad de Curtis.