Por mucho que sea un tópico algo perezoso y socorrido, lo cierto es que, en no pocas ocasiones, se cumple a rajatabla aquello de que segundas partes nunca fueron buenas. Y a lo largo de este especial, el cual se enmarca en los estrenos correspondientes a la última década, queda más que demostrado, aunque, ojo, también se incluye alguna que otra tercera, cuarta y hasta quinta entrega.
Dar continuidad a una película de éxito es, en estos tiempos que corren, algo con lo que se cuenta prácticamente desde el primer día en el que la taquilla es aplastada. Si algo funciona, ni una duda, sus responsables ya habrán recibido la propuesta/petición/orden de empezar a trabajar en una secuela que continúe explotando el producto de la manera más inmediata posible. Es parte del negocio y, exceptuando casos como lo que nos ocupan aquí, suelen funcionar bien en la mayoría de ocasiones, aunque solamente sea en términos comerciales.
Sin embargo, estos diez títulos aquí reunidos no lograron convencer, ni mucho menos, al público, por no hablar de la crítica, convirtiéndose así en tremendos fracasos desde todos los puntos de vista. La decepción y la nostalgia, el error de pensar que el camino más sencillo traería el triunfo como recompensar. Secuelas que, además de no estar a la altura de sus predecesoras, no funcionan como películas independientes. Todo mal, oye.
Las peores secuelas de la última década
'Independence Day: Contraataque'
¡Dios mío! ¡No! ¡Están de vuelta! ¿Los extraterrestres? No. Roland Emmerich, Jeff Goldblum, Bill Pullman y Will...¿Fichtner? La secuela de 'Independence Day', estupendo blockbuster noventero que unía el carisma de una nueva estrella, Will Smith, con un festival de efectos especiales que dejaron al mundo entero con la boca abierta, llegaba a las carteleras dispuesta a igualar los apabullantes datos de recaudación de su predecesora, pero, por no poder, no pudo ni derrotar a la tierna Dory de Pixar en la taquilla estadounidense.
Y el golpe fue de los grandes. ¿Causas del desastre de esta 'Independence Day: Contraataque'? Podemos resumirlas en que la primera entrega la dobla en diversión, espectáculo y entretenimiento, cayendo en esta ocasión en un guion todavía más estúpido, incapaz de escapar del absurdo absoluto. Más que un contraataque, gol en propia puerta en el último minuto.
'La Jungla: Un buen día para morir'
'La Jungla: Un buen día para morir' estaba dirigida por John Moore, un tipo al que le debemos estupideces del tamaño de 'Max Payne' y cuyo mayor mérito en terreno McClane es contagiar su torpeza tras la cámara al resto de factores de una película que, a diferencia de sus antecesoras, se preocupaba poco o nada en justificar, aunque sea un poco, sus escenas de acción. Evidentemente, no se le pedía un guion de hierro o una sucesión de giros que nos dejaran con la boca abierta, pero se debe exigir un mínimo de coherencia, algo de sentido. Imposible.
Todo es estúpido, rutinario, aburrido y decepcionante en un quinto capítulo en el que solamente destacaba, poca sorpresa, John McClane. Y es que, pese a estar interpretado por un Bruce Willis con el piloto automático más puesto que nunca, seguimos ante un personaje tan potente, con tanta presencia y carisma, que es capaz de estar por encima de un despropósito de estas dimensiones. Efectivamente, no era un buen día para morir. Tampoco para regresar.
'365 días: Aquel día'/'365 días más'
Pues sí, se podía caer más bajo que '365 días'. Y no una, sino dos veces: '365 días: Aquel día' y '365 días más' casi hacían buena la espantosa cinta estrenada hace tres años y dirigida por Barbara Bialowas y Tomasz Mandes, mismos responsables de estas dos secuelas indescriptibles. Puro horror cinematográfico, de verdad que no hay ni una sola escena que se pueda rescatar en esta pesadilla en formato doble, la experiencia de ver estos dos intentos de película han sido, sin lugar a dudas, uno de los puntos más bajos del cine en la última década.
'Transformers: La era de la extinción'
Hablar del argumento de 'Transformers: La era de la extinción' o analizar los detalles de su historia estaría de más. Sí, es absurda, aunque comparada con las tramas vistas en la saga con anterioridad parece Shakespeare. En cualquier caso, no importa. Es una excusa, hay que entenderlo así, para regresar a una saga que parecía finiquitada. Espectacularidad, espectacularidad y espectacularidad. Un derroche de set pieces de acción incansables en su búsqueda de La Escena Más Espectacular Del Año. En definitiva, el DNI de Michael Bay.
Una entrega protagonizada por unos Transformers a los que se les suma los Dinobots, auténtico logro visual para las escenas más delirantes en una película repleta de ellas. Un excesivo metraje al que le sobran una cantidad considerable de subtramas (románticas, adolescentes y gubernamentales) y que convierte su visionado en algo muy similar a un maratón de bostezos.
'Desencantada
¿Tanto tiempo esperando para este pequeño gran desastre? Quienes soñábamos con una secuela de la maravillosa 'Encantada: La historia de Giselle' desde el mismo instante en el que terminaba el visionado de aquella joya nos hemos dado un buen golpe de realidad con esta horrible 'Desencantada'. Dos horas interminables para una continuación en la que desaparece por completo todo el encanto, gracia y magia de su predecesora. Una de las decepciones más contundentes del 2022 cinematográfico.
'Scary Movie 5'
Lo realmente sorprendente no es que aparezca por aquí esta insoportable 'Scary Movie 5', sino que el resto de secuelas, sobre todo la segunda, continúen siendo un disfrute tan absurdo como eficaz. Sin embargo, nada en esta quinta entrega puede, ni merece, ser rescatado. No hay un chiste, ni uno, al que poder agarrarse con cierto entusiasmo, resultando una comedia desganada, previsible y mucho más aburrida de lo que uno podría esperar. Lo peor de la saga. Y con amplia diferencia.
'G.I. Joe: La venganza'
Cuatro años después de la entretenida y más que solvente 'G.I. Joe' del siempre infravalorado Stephen Sommers, el director John M. Chu tiraba toda la (hipotética) franquicia a la basura con esta desastrosa secuela. Ni siquiera el contrastado carisma de Dwayne Johnson y Bruce Willis, ambos presentes exclusivamente por el cheque correspondiente, conseguía salvar del naufragio a una cinta de acción rutinaria con nula capacidad de sorpresa y una puesta en escena cercana a lo imperdonable.
'Space Jam: Nuevas leyendas'
Partimos de la evidencia: LeBron James no es Michael Jordan. Dicho esto, lástima, tampoco 'Space Jam: Nuevas Leyendas' es 'Space Jam', el queridísimo clásico de 1996. Todo lo que en aquella cinta era diversión, sorpresas, locura, autoconsciencia e incluso destellos de emoción, alguno había, queda convertido en esta secuela en una especie de anuncio interminable de distintos productos audiovisuales que, ni siquiera recurriendo a la nostalgia, logran entusiasmar ni una pizca. Por no funcionar, ni los maravillosos Looney Tunes están a la altura. Y eso es un tema serio.
'La primera purga: La noche de las bestias'
Tampoco es que 'Anarchy: La noche de las bestias' y 'Election: La noche de las bestias', las dos primeras secuelas de la notable 'The Purge: La noche de las bestias', fueran para tirar cohetes, pero ambas se situaban un pequeño peldaño por encima de esta infumable cuarta entrega. Y es que, ya desde su prólogo, 'La primera purga. La noche de las bestias' se mostraba como un producto descuidado, vago, anclado en el pasado y sin la más mínima intención de aportar algo nuevo o diferente a la saga. Una propuesta que ni siquiera en sus escenas de acción lograba elevar un vuelo que nació muerto.
'La reina de España'
Aunque lo normal sería culpar a las expectativas, justificadas en todo caso, lo cierto es que 'La reina de España' es una de las grandes decepciones del cine español de la última década. Había ganas, ilusión y esperanza por reencontrarse con los inolvidables personajes de la deliciosa 'La niña de tus ojos', pero nada funcionaba en esta secuela sin gracia, encanto, alma y corazón. Bueno, casi nada, porque, por supuesto se salvaba la interpretación de una Penélope Cruz capaz incluso de destacar en mitad de un desastre de estas dimensiones. El destello de una estrella en plena penumbra creativa.