Con tan solo tres películas a sus espaldas, a finales de los setenta Andrzej Zulawski ya se había hecho con un nombre propio dentro del circuito de festivales y entre los sectores de la crítica cinematográfica.
Tras haber rodado 'La tercera parte de la noche' y 'El Diablo' en su Polonia natal, el realizador dirigió en 1975 su primera producción francesa, 'Lo importante es amar' , protagonizada por Romy Schneider y Fabio Testi. Sin embargo, fue gracias a su cuarto largometraje que consiguió despuntar como uno de los autores más destacados de la modernidad europea.
El fin de un matrimonio
Presentada en el Festival de Cannes de 1981, 'La posesión' sigue siendo a día de hoy uno de esos títulos de difícil catalogación, el cual se convirtió en película de culto poco después de su paso por las salas y que ha sido reivindicada, estudiada y analizada en infinidad de ocasiones, gracias a todos los matices con los que Zulawski contó a la hora de representar en pantalla su propio drama personal durante el proceso de separación de su mujer.
Protagonizada por una inmensa Isabelle Adjani y un joven Sam Neill, la trama comienza con el regreso de él, quien interpreta a Mark, a casa tras haber estado en una operación como espía. A su vuelta, no solo descubre que Anna (Adjani) parece haber abandonado la cordura, sino que mantiene una relación extramatrimonial con un tipo que a la vez está siendo engañado con otro. Mark contratará a un detective que acabará descubriendo un horror inimaginable a la vez que los personajes se sumergen en una espiral de locura dominada por los celos y el trauma de la pérdida, en una de las crisis matrimoniales más perturbadoras de la historia del cine.
En el presente artículo, repasamos todas aquellas claves que convirtieron a 'La posesión' en el título de culto inclasificable que es a día de hoy, las cuales supusieron también parte de su éxito.
Las diez razones por las que 'La posesión' es una obra maestra
Adjani en cuerpo y alma
Habiendo debutado como actriz en 1970, Isabelle Adjani ya se había ganado el reconocimiento como intérprete desde comienzos de su carrera, pues en 1975 se ganó su primera nominación al Oscar gracias a 'Diario íntimo de Adela H.', de François Truffaut.
'La posesión' supuso su tercer acercamiento al cine de terror, después de haber protagonizado sendos títulos de culto del género europeo como 'El quimérico inquilino', de Roman Polanski y 'Nosferatu, vampiro de la noche', de Werner Herzog.
Gracias a su doble interpretación de Anna y Helen, y a su participación en 'Quartet' de James Ivory, Adjani consiguió el premio a la Mejor Actriz en el Festival de Cannes de 1981. Un año después, se llevó el César a la Mejor Actriz gracias a su desgarrada interpretación en el film de Andrzej Zulawski.
Retrato de un divorcio
Andrzej Zulawski escribió el guion de 'La posesión' mientras se encontraba inmerso de lleno en un complicado proceso de divorcio con la actriz polaca Ma?gorzata Braunek, junto a la que tuvo un hijo, Xalwery Zulawski (también director de cine).
Tal fue el desasosiego que el realizador sintió durante tan traumática experiencia, que nació esta historia en la que se demostraba al pie de la letra aquello de que la locura y la obsesión, muchas veces, van en total sintonía con el amor y los celos enfermizos. Porque, y citando textualmente a Chuck Palahniuk: "El arte nunca nace de la felicidad".
El Berlín dividido
El hecho de situar la acción de 'La posesión' en Berlín, atestigua aún más la dualidad de los personajes, los cuales están caminando en todo momento a través de la fina línea que separa la cordura de la locura, siendo el muro una suerte de metáfora acerca de dónde se sitúan los límites de la moralidad.
El ambiente sosegado, frío y gris de la ciudad se convierte en un escenario perfecto en el que poder dar rienda suelta a unas pulsiones sexuales convertidas en tabú, donde se reflejará la descomposición de una pareja que se mueve entre el muro y las calles desiertas.
La criatura
Para el diseño de la criatura tentacular que somete a Isabelle Adjani a base de placer en 'La posesión', Andrzej Zulawski contó con un experto en la materia.
Carlo Rambaldi, que había trabajado junto a maestros de la talla de Mario Bava ('Terror en el espacio', 'Bahía de sangre'), Lucio Fulci ('Una lagartija con piel de mujer') y Dario Argento ('Cuatro moscas sobre terciopelo gris', 'Rojo oscuro'), y en cuyo currículum figuraban títulos como 'Sangre para Drácula' o 'King Kong 76', llegó a 'La posesión' después de haberse encargado del diseño de los extraterrestres de 'Encuentros en la tercera fase' y de la cabeza del xenomorfo de 'Alien, el octavo pasajero'.
Crítica al conservadurismo
Si algo hizo que ciertos sectores se pudieran llevar las manos a la cabeza por culpa de 'La posesión', es el hecho de que ataque directamente a dos instituciones que fueron consideradas sagradas durante décadas: la de la Iglesia y la de la familia.
Hacia la primera, Zulawski se empeña en dejar claro que el Dios como lo conocemos no existe, algo que deja bien claro en el momento en el que Anna (Adjani) se convierte en la creadora de esa deidad con tintes de Anticristo que la poseerá y que no será otra cosa que fruto de una de las crisis matrimoniales más desesperantes de la historia del cine, en la línea de lo que David Cronenberg contó en 'Cromosoma 3' o en la de la futura 'Anticristo' de Lars von Trier.
La desestabilización del núcleo familiar se verá claramente reflejada en el abandono de Bob (Michael Hogben), el hijo de la pareja cuya vida tendrá un trágico final.
La secuencia en el metro
Si algo queda grabado en la retina de por vida gracias a Zulawski, es la mítica secuencia del aborto en unos pasillos del metro desiertos por parte del personaje de Anna.
Isabelle Adjani conjugó, entre lo histriónico y lo terrorífico, una de las escenas más recordadas de la película, en la que entre gritos y lamentos, y después de haberse revolcado por el suelo y arrastrado por las paredes, acabará sangrando y emanando una serie de extraños fluidos desde el interior de su cuerpo.
La secuencia, convertida en uno de los emblemas de la película, fue una de las inspiraciones (otra fueron las esferas metálicas de 'Phantasma') para el videoclip de 'Voodoo In My Blood' de Massive Attack, donde Rosamund Pike homenajeaba a la Anna de 'La posesión'.
Doppelgängers
El término doppelgänger es el que define al doble fantasmagórico de una persona, el cual ha sido utilizado desde hace siglos en la mitología y la literatura para ahondar en la dualidad y en el arquetipo del doble maligno.
En 'La posesión', este aparece por partida doble, siendo la del personaje de Helen (Isabelle Adjani) la más significativa, ya que acaba siendo la versión cuerda y sensata de la esposa neurótica de Mark (Sam Neill).
Por su parte, esa especie de Anticristo nacido de la lujuria de Anna (Adjani), acabará teniendo las facciones de su marido, convirtiéndose así en el doppelgänger de manual de Mark.
Cruce de géneros
Queda claro que lo que hizo Andrzej Zulawski fue vomitar (primero en el guion, luego en la pantalla) todas las sensaciones que le provocó una situación tan tensa como lo fue su propio divorcio. Pero entonces ¿a qué género cinematográfico pertenece 'La posesión'?
Ahí es donde radica gran parte de su encanto, pues el film bien podría definirse como un drama psicológico sobre la crisis de pareja, en sintonía con 'Una mujer bajo la influencia' de John Cassavetes o 'Secretos de un matrimonio' de Ingmar Bergman; o como una película surrealista en la línea del cine de David Lynch; o un thriller psicológico que podría estar hermanado con 'Repulsión' (donde el personaje de Catherine Deneuve juega en la misma liga que el de Isabelle Adjani); o una película gore perteneciente a la filosofía de la Nueva Carne, propia del cine de David Cronenberg o Clive Barker.
La grandeza de 'La posesión' es que todas esas lecturas y adscripciones a diferentes géneros y subgéneros son posibles, incluyendo sus derivas hacia el cine de terror satánico o una reinterpretación de los mitos lovecraftianos.
Video Nasty
En los ochenta, la British Board of Film Classification (BBFC) elaboró una lista de lo que coloquialmente se conoció como Video Nasties, y la cual estuvo formada por una serie de películas que fueron censuradas por su alto contenido en violencia gráfica.
39 fueron los títulos que conformaron la lista de películas que fueron procesadas (y censuradas mientras que otras, prohibidas), y 'La posesión' formó parte del segundo bloque de films que no llegaron a ser procesados, pese a que en el Reino Unido se tuvo que estrenar censurada y no fue hasta 1999 que vio la luz el metraje original.
Madre terrible
El personaje de Isabelle Adjani en 'La posesión' podría estar adscrito a un arquetipo que ha hecho correr ríos de tinta desde hace décadas: el de la madre terrible en el cine.
Este, el cual ha tenido unas lecturas freudianas y jungianas por parte del psicoanálisis (desde la Sra. Bates de 'Psicosis' a la representación del monstruo en 'Babadook'), se representa en el personaje de Anna como una de las histéricas de Charcot, cuyas teorías asimiló Freud y es por ello que podemos enmarcar a ese personaje que ha perdido el norte a causa de una criatura con tentáculos (el símbolo fálico), dentro del arquetipo de la madre terrible, la cual despoja a su hijo de todo tipo de cuidados y lo abandona a su suerte.