Andrew Garfield es un actor peculiar. Sus interpretaciones siempre se sitúan al mismo límite del todo y la nada, abrazando el exceso y la intensidad sin temor, pero, al mismo tiempo, con una suerte de equilibrio imposible. Puede resultar irritante en muchas ocasiones, desde luego, pero el tiempo, casi siempre, termina dándole la razón a su valiente apuesta.
Convertido en intérprete de prestigio que salta del cine independiente al blockbuster con una facilidad envidiable, Garfield, por si faltara algo, también tiene la impagable capacidad de caer bien, resultando simpático incluso a aquellos que no comulgan con sus trabajos. Se trata, al fin y al cabo, de una cuestión de magnetismo y de saber manejar los tiempos, mediáticos y profesionales, sin abandonar por ello la necesidad de saltar de vez en cuando al vacío sin saber si el resultado acabará en océano o en golpe.
En el caso que nos ocupa, aquí tenemos una serie de películas en las que la recompensa estuvo del lado del actor, encontrando en todas ellas la mejor y más completa versión de Andrew Garfield. Un conjunto de interpretaciones de auténtica altura.
Los mejores papeles de Andrew Garfield
'99 Homes'
'99 Homes', película dirigida por Ramin Bahrani, tenía poco de memorable y mucho de decepcionante, pero justificaba su misma existencia gracias a una de esas batallas interpretativas que generan tanta afición como aplausos. Andrew Garfield, preciso en su contención general y vibrante en sus excesos puntuales, se ponía frente a todo un Michael Shannon, uno de esos actores incapaces de bajar del notable, para elevar una propuesta que, de otra forma, se quedaba en simple subrayado manipulador. Un claro ejemplo de que una película menor puede terminar sobreviviendo gracias a dos intérpretes en permanente estado de gracia.
'Nunca me abandones'
La novela de Kazuo Ishiguro en la que se basa esta 'Nunca me abandones' era un material profundamente complejo y delicado. Su mezcla de ciencia ficción y melodrama ofrecía tantas posibilidades como peligros, especialmente en el momento en el que se desvela la auténtica naturaleza de su historia, pero, afortunadamente, el director Mark Romanek supo como manejar todos los elementos hasta conseguir formar una película que pasó injustamente desapercibida para gran parte del público.
Y es una pena, insisto, porque 'Nunca me abandones' es una propuesta con altísimas dosis de cine en su interior, resplandeciendo desde el frío y la lágrima, la melancolía otoñal que baña cada escena, cada plano y cada mirada compartida por su trío protagonista. Y es que, tanto Andrew Garfield como Keira Knightley y Carey Mulligan, ponen todo su talento al servicio de unos personajes que se retuercen en el corazón tanto como dinamitan nuestras intuiciones y expectativas. Sus rostros recogen y reflejan la misma esencia de una película que conviene revisar de vez en cuando para admirar una y otra vez.
'Una razón para vivir'
Andy Serkis debutaba como director con 'Una razón para vivir', uno de esos dramas románticos que, a priori, llevan la palabra Oscar tatuada por todo su cuerpo. Hasta que se estrenan. Y es que, a pesar de contar con una historia basada en hechos reales, dos intérpretes jóvenes y atractivos, una trama de amor llena de complicaciones y, allá vamos, una enfermedad terrible que sufrirá el protagonista y que marcará para siempre su vida y la de su amada, la película fue completamente ignorada durante la carrera de premios del pasado año.
Algo hasta cierto punto comprensible, la película no pasaba del aprobado justo, que, sin embargo, podría haber sido muy diferente si se hubiera prestado atención a las interpretaciones de Andrew Garfield y Claire Foy. Dos trabajos alejados de todo tipo de artificio, honestos y transparentes y emocionantes sin acudir a la cansina grandilocuencia que sirven para convertir 'Una razón para vivir' en algo más que un ejercicio de cine académico y mil veces visto.
'The Amazing Spider-Man'
Marc Webb, responsable de '500 días juntos', una de las joyas románticas más brillantes de la última década, sorprendía como director elegido para esta resurrección y Andrew Garfield convencía desde el principio para cumplir un objetivo bastante asequible por delante, la de superar a Tobey Maguire como héroe, primero, y como Peter Parker después. Lástima, especialmente para él, que haya aparecido Tom Holland y le haya adelantado por completo por la derecha en esto de ser una leyenda arácnida.
Sin embargo, y aunque su secuela sigue produciendo pesadillas, esta 'The Amazing Spider-Man' funcionaba de manera más que solvente. Y es que, a pesar de esos primeros compases algo dubitativos, la película arrancaba de verdad cuando Garfield se coloca por primera vez el inconfundible traje y empieza a desplegar su carisma, talento y, sobre todo, vis cómica. A partir de ahí, los temores desaparecen y queda abierta la vía del disfrute más palomitero y vibrante. Entretenimiento notable con toda una estrella al frente.
'La red social'
'La red social', una de las obras maestras cinematográficas más incontestables del siglo XXI, contaba con David Fincher detrás de la cámara, Aaron Sorkin firmando el guion y un reparto perfecto para conseguir alcanzar todas y cada una de sus ambiciosas metas. Misión cumplida.
Clásico contemporáneo tan deslumbrante como necesario, incapaz de envejecer con el paso del tiempo, este retrato del ser humano contemporáneo sigue provocando tantos aplausos por su forma como escalofríos por su fondo, ofreciendo además algunos recitales interpretativos de primera categoría como, en el caso que nos ocupa, el que protagoniza un inmenso Andrew Garfield. Y es que, desde un papel secundario, el actor parece contagiado por lo magistral de una película inabarcable en su perfección, entregando así uno de los trabajos más redondos de su trayectoria profesional.
'Boy A'
Tremendo drama dirigido con pulso de hierro por John Crowley ('Brooklyn'), 'Boy A' nos descubría a un joven actor llamado Andrew Garfield que aprovechó a lo grande su primera gran oportunidad. Un golpe inicial en su carrera con el que demostraba un talento que pocas veces ha vuelto a brillar de una manera tan contundente y, sobre todo, emocionante. Si bien es cierto que el resto de elementos de la cinta juegan muy a su favor, Garfield no se toma ni un segundo de respiro en una interpretación repleta de detalles y aciertos, de precisión y equilibrio, de sabiduría e intensidad. Un actor que, sin duda, había llegado para quedarse.
'Hasta el último hombre'
Andrew Garfield cerró un 2016 para el recuerdo con su nominación al Oscar. Podría haber sido gracias a 'Silencio', pero la Academia se terminó inclinando hacia el lado de 'Hasta el último hombre', el regreso triunfal de Mel Gibson a Hollywood y a las estatuillas. En ambos casos habría sido justo, ya que el actor había entregado sus dos interpretaciones más redondas hasta la fecha, con diferencia.
En el caso de la cinta bélica, Garfield encontraba por completo el tono que requería la historia, andando siempre por la fina línea que separa la entrega máxima del histrionismo, saliendo airoso en la puesta en marcha del equilibrio más complejo. De esta manera, aquellos que llevaban años celebrándole como uno de los mejores actores de su generación, se encontraron aquí unos cuantos argumentos a los que agarrarse. Y con los que zanjar cualquier debate.
'Silencio'
'Silencio' no es una película para todo el mundo. Puedes odiar un comentario de estas características, abierto a la interpretación y a la incógnita, pero aquí no quedan muchas más salidas. La cuestión, en cualquier caso, es más simple de lo que parece. Si no entras en su historia, en su universo de contención constante, estás muerto. No hay opción, desiste, nunca vas a comulgar con ella. Y perdón por el chiste fácil.
Pero, cuidado, si se produce el efecto contrario, tienes la oportunidad de disfrutar de una de las películas más hermosas de los últimos años, un conjunto de actores de primer nivel, con mención especial para un Andrew Garfield que pocas veces ha estado mejor, y una reflexión tan apasionada como interesante sobre el concepto de las creencias y la defensa que hacemos de las mismas servida en bandeja de plata por un Martin Scorsese a la altura de su leyenda. Una obra maestra tan amada como odiada desde su estreno donde crítica y público solamente se pusieron de de acuerdo en una cosa: la memorable interpretación de su protagonista.
