Nacido en Ohio en 1939, Wes Craven tuvo la gran suerte de pasar a ser considerado como uno de los grandes nombres del cine de terror del último tercio del siglo XX, gracias a sus incursiones que llegaron con la intención de dinamitar las bases del mismo y para remover ciertos estandartes que, hasta ahora, eran propios de la serie B.
Junto a John Carpenter y David Cronenberg (Las Tres C's del Terror), llevaron las máximas de aquél cine de género, que podía ser considerado como de segunda, hasta lo más puramente mainstream, convirtiéndose en tendencias a seguir para cineastas posteriores. Con cerca de una treintena de trabajos a sus espaldas, Craven estuvo casi la totalidad de su vida plenamente inmerso en el terror, género que cosechó en toda su filmografía a excepción de un drama, 'Música del corazón', protagonizado por Meryl Streep.
Artesano del género
Tras su debut en 1972 con 'La última casa a la izquierda', Craven revolucionó el terror en repetidas ocasiones, siendo la primera de ellas en 1984 con 'Pesadilla en Elm Street'. Como la gran mayoría de sus compañeros del sector, el director logró hacerse un nombre propio abarcando todo tipo de producciones, que fueron desde sus incursiones en la pequeña pantalla como realizador de varios episodios de 'Más allá de los límites de la realidad' y como artífice de varios telefilms, entre los que destacó 'Las dos caras de Julia', protagonizada por Linda Blair. En el presente especial, escogemos las diez mejores películas de un cineasta eterno que fue y será uno de los nombres clave del terror de todos los tiempos.
Psychokillers, zombis, robots asesinos, ritos vudú, casas encantadas, ejercicios metacinéfilos, obras que siguen siendo polémicas a más de cuarenta años de su estreno y un total amor hacia la serie B, son tan solo algunos de los elementos que conformaron la obra de Wes Craven, un auténtico artesano del género que, junto a otros desaparecidos como Tobe Hooper o George A. Romero, dejó claro que su tendencia hacia una forma de entender el cine al margen de los grandes estudios, fue lo que acabó por consagrar las corrientes del terror y el fantástico de finales del siglo XX.
Siempre te recordaremos, Wes.
Las mejores películas de Wes Craven
'Amiga mortal'
Como si de una versión del clásico de Mary Shelley se tratase, aunque visto desde una perspectiva totalmente teen y centrando la historia en un pueblo perdido en mitad de la América profunda, en 1986 Craven estrenaba 'Amiga mortal', protagonizada por Matthew Labyorteaux y Kristy Swanson.
Basada en la novela 'Friend' de Diana Henstell, nos presenta a Paul, un joven científico que se muda junto a su madre y un robot que ha construido él mismo a Wellington, donde entablará una estrecha relación con su nueva vecina, Samantha, que vive con su padre alcohólico y quien la acabará matando tras una brutal paliza. Dispuesto a no dejar que su nueva amiga desaparezca de su vida, Paul introducirá la memoria de su robot en el cuerpo sin vida de la joven. Y como si de la criatura de Frankenstein se tratase, esta acabará revelándose en contra de su propio creador, dándonos incluso una de las muertes (la de la pelota de baloncesto) más brutas y recordadas del terror de los ochenta.
'Las colinas tienen ojos'
Rodada en el desierto de Mojave e inspirándose en la historia real del clan caníbal de Sawney Bean, en 1977 Craven firmaba una de las películas clave del terror moderno, 'Las colinas tienen ojos'.
Dinamitando la institución familiar y riéndose del american way of life, el realizador convertía su segundo trabajo detrás de las cámaras en una cruda experiencia en la que un viaje a través del desierto se convertía en una pesadilla que bebía directamente de 'La matanza de Texas' de Tobe Hooper y 'Las uvas de la ira' de John Ford.
'Scream 2'
Un año después de haber resucitado el terror adolescente con 'Scream. Vigila quién llama', Craven volvía a formar equipo con Kevin Williamson para traernos de nuevo a Ghostface.
En esta ocasión, 'Scream 2' servía para hacer un ejercicio referencial para las reglas del género y de las secuelas en el cine de terror, elevando a la categoría de estrellas a Neve Campbell, Courteney Cox y David Arquette, tirando por tierra aquello de que "segundas partes nunca fueron buenas".
'El sótano del miedo'
Convertido ya en uno de los nombres clave del terror de finales del siglo XX, en 1991 llegaba 'El sótano del miedo', con guion del propio Wes Craven y que le daba una vuelta de tuerca al subgénero de casas encantadas.
Como si de una adelantada a la moda del home invasion se tratase y pudiendo considerarse como inspiración para lo que sería la interesante 'El habitante incierto', la historia nos presentaba a un joven que deberá hacer frente al macabro hallazgo en el interior de su casa, entre cuyas paredes se esconde un secreto que sería la pesadilla para cualquier vendedor de seguros del hogar.
'La nueva pesadilla de Wes Craven'
Antes de ser absolutamente meta en 'Scream. Vigila quién llama', Craven ya lo había sido con 'La nueva pesadilla de Wes Craven', séptima entrega de la franquicia que él mismo inició en 1984 y que nos traía a una nueva encarnación de Freddy Krueger.
Llevando la trama a la realidad, en ella los actores que habían protagonizado la primera película se interpretaron a ellos mismos (incluido Craven haciendo de Craven), teniendo que hacer frente a una demoníaca versión de Krueger que había traspasado la ficción y que ahora suponía una amenaza para Heather Langenkamp, Robert Englund y compañía.
'La serpiente y el arco iris'
Protagonizada por Bill Pullman, en 1988 llegaba 'La serpiente y el arco iris', la cual recuperaba la esencia de las primeras adaptaciones de la mitología del vudú haitiano vistas en 'La legión de los hombres sin alma' y 'Yo anduve con un zombie'.
En esta, un eminente antropólogo de Harvard llegaba a Haití con la misión de investigar sobre unos extraños sucesos alrededor de la magia negra y una supuesta droga que zombifica a las personas, topándose con una realidad que jamás hubiese imaginado.
'Scream 4'
Nunca la cuarta parte de una saga se había convertido en algo tan celebrado como 'Scream 4', última película dirigida por Wes Craven allá por 2011, antes de su fallecimiento en 2015.
Una década después, regresaba a Woodsboro para darle sentido al ejercicio meta que había instaurado en los noventa, siendo esta una auténtica reflexión acerca de las nuevas tendencias en el cine de terror, sobre la naturaleza de los remakes y cómo ha podido cambiar la forma de consumo de los espectadores y la conexión de la generación millennial para con el mundo.
'La última casa a la izquierda'
Producida por Sean S. Cunningham, 'La última casa a la izquierda' fue el genuino debut con el que Craven escandalizó a medio mundo allá por 1972 con esta versión hardcore de 'El manantial de la doncella' de Ingmar Bergman.
Convertida en emblema de las nasty movies y pionera del rape & revenge, en ella éramos testigos de cómo dos adolescentes eran torturadas, violadas y dadas por muertas por un trío de psicópatas, quienes acabarán llegando a la casa de una de las jóvenes y serán recibidos por unos padres ansiosos de venganza.
'Scream. Vigila quién llama'
Tras haberse convertido en rey del terror adolescente en los ochenta gracias a 'Pesadilla en Elm Street', en 1996 Craven revolucionaba el cine de terror y ponía de moda el neoslasher gracias a 'Scream. Vigila quién llama', en la que convertía a Drew Barrymore en clara heredera de Janet Leigh como scream queen y primera víctima en una película de terror.
Bajo la premisa de un asesino que estaba llevando al límite su pasión por el cine de terror, la historia nos llevaba hasta la pequeña localidad de Woodboro, donde un asesino ataviado tras una máscara que recordaba a 'El Grito' de Munch, ha empezado a matar a los jóvenes mientras se construye alrededor de él todo un diálogo con el espectador que servirá como ejercicio referencial sobre las reglas básicas del cine de terror.
'Pesadilla en Elm Street'
Inspirada en un caso real que leyó en el periódico acerca de una persona que había muerto mientras dormía, y después de que el panteón del cine de terror ya tuviese asentados a mediados de los ochenta a Michael Myers y Jason Voorhees como sus máximos representantes, en 1984 llegaba Fred Krueger, villanísimo de 'Pesadilla en Elm Street'.
En esta especie de nueva versión del mito del Hombre del Saco, Robert Englund se metía en la piel de un psicópata con jersey de rayas, sombrero y un guante de afiladas navajas, quien tras haber sido asesinado por los padres de Springwood años atrás, regresa clamando venganza desde el mundo de los muertos, apareciéndose en los sueños de sus hijos para poder matarlos. Heather Langenkamp pasaba a la historia como final girl y, además, servía para presentar al mundo a un debutante Johnny Depp.