Es tan complicado hablar de Christopher Nolan como escribir sobre su cine. Toda su carrera ha estado marcada por dos frentes, el misterio y la grandilocuencia. La primera llevo a la segunda y, de ese modo, la visión que tenemos los espectadores sobre su trabajo es tan básica como humana, amor y odio. O esperas cada uno de sus estrenos marcando las fechas en el calendario o dedicas ese tiempo a afilar los cuchillos que sus monumentales películas te obligarán a lanzar con más fuerza que nunca. Con el paso del tiempo, de los años y de sus películas, la influencia de su trabajo es tan evidente que sería absurdo no valorar su obra como lo que es, un intento constante por conseguir el más complicado todavía, alcanzar el nivel máximo de grandeza que puedan aportar unas historias que, por otro lado, podrían contarse con menos recursos, menos esfuerzos y menos épica. Pero él no lo ve así. Y, salvo que nos sorprenda con otro thriller de bajo presupuesto como aquellos que marcaron sus inicios, tenemos director excesivo para rato. Por eso, si toca posicionarse, lo hago: Pro Nolan. Los exagerados somos así.
A continuación, repasamos sus nueve películas en una lista clasificada de la peor a la mejor. Advertencia: Criterio Subjetivo.
9 'Insomnio': ni más, ni menos
Cuando hablamos de Nolan podemos usar todos los adjetivos menos rutinario. Ninguna de sus películas está acomodada en lo predecible, ninguna juega con elementos perezosos y todas se esfuerzan por aportar algo diferente, desafiante y, al mismo tiempo, cien por cien comercial. En definitiva, traer al mayor número de espectadores posibles a una sala de cine para ofrecerles el mayor espectáculo posible incluso con el menor número de armas. Porque, sí, aunque parezca imposible de creer a día de hoy, existió un día en el que Nolan no manejaba gigantes. En sus primeros trabajos, nos encontrábamos con un director capaz de tejer telarañas en forma de argumentos de cine negro que mezclaba el ayer y el hoy sin apenas esfuerzo. Cada una de ellas tenía un valor diferente que las situaba en distintas posiciones dentro de un mismo círculo. Por eso, cuando se estrenó 'Insomnio', remake de una cinta noruega del mismo nombre pero menor nivel artístico, muchos nos quedamos algo fríos. De acuerdo, nada desentona en un thriller con una atmósfera arrebatadora y un sobresaliente dúo protagonista formado por Al Pacino y Robin Williams, pero Nolan va por el camino fácil y no aporta más que una factura visual más solemne a su material de origen y ligeros cambios argumentales. Más allá de eso, lo que queda es una película entretenida, un misterio bien mantenido y un clímax final que parece anticiparse a todo lo que Lisbeth Salander convertiría en oro años después. Todo es correcto, nada es inolvidable. Si hay un trabajo menor en su filmografía, aquí está.
8 'Following': misterios de un novato
Hay una costumbre bastante fea a la hora de hablar de la carrera de Nolan. Olvidar 'Following'. Debut en el largometraje, rodada en varios fines de semana, en blanco y negro y con un presupuesto de poco más de 6.000 dólares, la historia de un joven escritor perdido en la búsqueda de musas que decide seguir a gente por la calle, dejaba más de una pista que, dos años más tarde, 'Memento' convertiría en realidad. Todo lo que hizo grande a la película protagonizada por Guy Pearce está aquí. Un homenaje en toda regla al mejor Hitchcock que ya usaba la narración fragmentada para proponer al espectador un papel activo. No se puede pestañear sin perderse un detalle clave para una trama que, en apenas una hora, consigue hipnotizar dejando de lado su naturaleza semi amateur. En 'Following' nos encontramos con un director/guionista que sabe lo que quiere contar y la manera en la que debe contarlo. No hay tiempos muertos, no hay preguntas sin responder, tan solo una historia que no deja de jugar consigo misma sin dejarnos de lado. Si le prestamos toda nuestra atención, la recompensa es más que jugosa. Para muchos, la película inexistente de Nolan. Para otros, su tesoro mejor escondido.
7 'El Caballero Oscuro. La leyenda renace': lo máximo y lo mínimo
Todo en la última entrega del Batman de Nolan es gigantesco, monumental, excesivo. Él y su equipo son plenamente conscientes del punto al que han llevado a la trilogía y no escatiman en épica, acción, dramas humanos y tesis psicológicas sobre el héroe, su papel en la sociedad, sus causas y consecuencias, sus impulsos y obligaciones. Cerca de tres horas sin descanso alguno, que dejan al espectador exhausto, anclado en su butaca ante una película que lleva el término de 'cine espectáculo' a su máxima expresión, depurando a base de potencia la esencia del cine de entretenimiento, sin dejar de lado el dramatismo implícito que ha abrazado la saga de modo ejemplar. Sin embargo, la perfección anhelada no existe en una película que cuenta con el guión más irregular de la trilogía, suplido por espectacularidad, donde supera sin duda alguna a sus dos antecesoras. La mano de Nolan para facturar escenas de acción insuperables sigue ahí, pero patina en lo que respecta a sus personajes, demasiados, ignorando más de la cuenta a alguno, como el Lucius Fox de Morgan Freeman y olvidando a otros, caso de Alfred, un Michael Caine permanentemente lacrimógeno. En cuanto a las novedades, Anne Hathaway como una deliciosa, en todos los sentidos, Catwoman y Tom Hardy, imponente Bane, se convierte en lo mejor de la función, todo lo contrario que el absurdo papel de Marion Cotillard, gran lastre de la película, compensado por Joseph Gordon-Levitt, actor con presencia y magnetismo particular que saca adelante un personaje algo previsible. Por último, Christian Bale se reafirma como el mejor Bruce Wayne posible, otorgando intensidad y personalidad a un protagonista que, en especial en sus dos últimas entregas, se ha visto eclipsado por personajes y tramas secundarias, pero que consigue alcanzar su plenitud como leyenda y mito, como el superhéroe más completo y complejo que ha aparecido en la gran pantalla. ¿Alcanza la calidad de 'El caballero oscuro'? No, aquello era una obra maestra. ¿Se echa en falta al Joker? Evidentemente. ¿Es decepcionante? Lo mínimo. 'La leyenda renace' es gran cine, grandísimo en algunos momentos, menos profundo de lo que parece y tan majestuoso como pretende.
6 'El truco final': nada por aquí, todo por allá
Un juego de magia hecho película. Así planteó Nolan su quinta película tras conseguir resucitar al hombre murciélago, un enorme truco de 130 minutos que, de nuevo, necesita el compromiso del espectador para terminar de encontrar toda su gracia. Muchos no se la vieron y la describieron como una trampa imposible cuyo principal defecto era, precisamente, la necesidad de dar ese giro final que dejara las mandíbulas desencajadas. Otros, los que más, simplemente disfrutaron de un parque de atracciones con dos protagonistas, estupendos Hugh Jackman y Christian Bale, cuyos juegos de manos y grandes espectáculos mágicos no eran más que una excusa para profundizar en la dramática de la rivalidad, la necesidad de ser más y más grande, de conquistar a más y más personas que sean testigos de lo imposible. Todo se dirige, y lo sabemos, a ese desenlace que no desvelaremos y del que depende, de manera innegable, el triunfo o el fracaso. La explicación era algo absurda pero, efectivamente, pocos pudimos anticiparnos a ella. Nolan y su hermano, responsables de un guión basado en la novela de Christopher Priest, ganaban la partida. Y, de paso, conseguían un nuevo taquillazo. El trono estaba dispuesto y respondía más a la calidad cinematográfica de películas como 'El truco final' más que a magia de andar por casa. Este truco con fundamento sigue siendo uno de los trabajos más polémicos de su director, algo que es ya un extra para una cinta que respira espíritu palomitero por todos sus poros. Y, encima, coincidió en el tiempo con una hermana más fea, más tonta y más cursi, 'El ilusionista'. Hasta la magia depende de la suerte.
5 'Batman Begins': encantados de conocerte (de nuevo)
No, todo no empezó con 'Memento'. O, al menos, no del todo. Si tenemos que precisar el inicio del éxito masivo de Nolan, sus primeros pasos como rey del taquillazo épico y saturado, debemos viajar hasta 2005 para encontrarnos con la resurrección en toda regla de un superhéroe que estaba absolutamente muerto. Todo lo que Tim Burton había conseguido con la dupla 'Batman' y 'Batman vuelve', Joel Schumacher lo destrozó con 'Batman Forever' y, especialmente, 'Batman y Robin'. No quedaban opciones ni esperanzas que nos hicieran creer que Bruce Wayne pudiera salir de esa tumba hasta que Nolan decidió ponerse manos a la obra y, haciendo que NADA había pasado hasta ese momento, decidió contarnos todo desde el principio. Apuesta arriesgada, un reboot en una época en la que no sabíamos ni siquiera lo que significa esa palabra, y un salto de cabeza a una piscina que, en principio, parecía estar más vacía que llena. ¿El resultado? Fantásticos resultados tanto en taquilla como en crítica. Una película que servía como capítulo inicial de una trilogía cuya influencia y presencia en los, aproximadamente, últimos 300 blockbuster es más que innegable. Y, casi siempre, molesta. Un homenaje en toda regla a un personaje que necesitaba de alguien como Nolan para resurgir de sus cenizas y retomar su posición como icono de varias generaciones, 'Batman Begins' es todo lo que una película de presentación de superhéroe debe ser, fascinante, sorprendente y con el poder suficiente como para dejarnos con infinitas ganas de más. Algo que conseguía, y de qué manera, con ese último golpe de efecto en forma de carta guardada en la manga. Un Joker, claro.
4 'Memento': el amante que se marchó
Antes de hombres murciélago con traumas infantiles, Nolan despuntó como director y guionista con una película contada al revés. Tal cual. ¿Prepotencia? ¿Genialidad? La eterna duda que le ha rodeado siempre comenzó con una historia de tatuajes, investigaciones, polaroids, asesinatos y memoria perdida. Un puzzle en toda regla cuyo triunfo dependía, de manera casi exclusiva, en un trabajo de guión, de nuevo con la ayuda de su hermano, medido al milímetro, casi perfecto en todos sus rincones, giros, explicaciones y misterios. Ayudaba un reparto en estado de gracia en el que, por brillar, lo hacía hasta Carrie-Anne Moss. Una sorpresa que nadie vio venir, especialmente aquellos que no sabían de la existencia de 'Following', y que situó a Nolan ante un espacio abierto cuyas posibilidades a la hora de elegir proyecto brillaban por acumulación. Por suerte o por desgracia, poco ha quedado del amante del cine negro, del mejor thriller comercial, del tipo que manejaba los hilos de la intriga con pulso de hierro. Pero siempre nos quedará recordar 'Memento' como una de esas películas cuyo poder de fascinación continúa vigente en un género que necesita más que nunca ideas tan radicales, originales y arriesgadas. La maravilla de observar el esqueleto de un autor que decidió apostar por la fuerza a partir de entonces. Al menos, tenemos el alivio de saber que lo hizo con resultados igual de buenos. O mejores.
3 'Interstellar': corazón contra músculo
En 'Interstellar' se dan citas muchas películas, todas ellas complementarias y necesarias las unas a las otras. Por un lado nos encontramos con un recital de física cuántica, gravedad y espacios temporales, agujeros negros y agujeros de gusano a través de los cuales se llevan a cabo las tramas más lúdicas y, curiosamente, también las más poéticas. Es en este apartado en el que descubrimos al Nolan más atrevido y, al mismo tiempo, comedido. Con sorprendentes ecos a Malick, más allá del omnipresente Kubrick, cada escena desarrollada en el espacio desprende una belleza hipnótica que corta el aliento. Sin embargo, también tenemos una trama terrenal en la que comanda la influencia Spielberg, especialmente en un primer tercio sobresaliente, perfecto en la presentación de personajes y trama principal. Cuidado, no hay que confundirse, la cantidad de influencias no anulan ni un solo gramo de la personalidad arrebatadora de Nolan, cineasta capaz de atrapar con la misma fuerza explosiones y lágrimas, múltiples dimensiones y despedidas. Aunque sea en esa parte, la emocional, el drama humano puro y duro, en la que sobre algo de épica y falte naturalidad. Porque, y aquí está la gran novedad, Nolan ha vestido de enrevesada ciencia ficción su gran tratado sobre el amor. Su fuerza, su contundencia, su solemnidad, su poder, su función de motor básico para cambiar vidas se descubre como auténtico eje central de un relato algo irregular en su desarrollo (y fallido en su epílogo) pero con la fuerza más que suficiente para aguantar la inmensidad de su propuesta. Guiada por un inmenso Matthew McConaughey, actor con el que debemos seguir enfadados pensando en la cantidad de grandes interpretaciones que nos hemos perdido por su pereza a la hora de escoger guiones, 'Interstellar' supone un paso hacia delante para Nolan, aportando corazón a una filmografía que hasta la fecha se basaba exclusivamente en el músculo. Visualmente deslumbrante, con un guión tan complejo y tramposo como conmovedor y apasionante, estamos ante el trabajo de un director que continúa creciendo a pasos agigantados, que continúa apostando por el más difícil todavía, que no se acomoda en sus laureles, que no se conforma con entretener. Y puede que ese golpe comercial que muchos esperan nunca se termine produciendo, que esa cerilla con la que juega al lado de la gasolina no prenda, que su cine siga ofreciendo monumentos épicos y solemnes inimitables. Porque no son pocos los que prueban a ser Nolan y fracasan en el intento. Ellos, y nosotros, tenemos en 'Interstellar' una nueva demostración. Un inteligente espectáculo de autor que levita muy por encima de la media. Un golpe en la mesa que suena con fuerza. En la tierra y en el espacio.
2 'El Caballero Oscuro: una sonrisa para la eternidad
Desde el estreno de la segunda entrega de las aventuras del Batman Nolanita supimos que estábamos ante el reflejo sombrío al que la mayoría del cine de superhéroes querría acercarse durante la próxima década. Fuimos testigos, quizás de manera inconsciente, de lo milagroso del suceso, del fenómeno marcado como pocas veces ha ocurrido entre el gusto del cinéfilo de pro y el público masivo. La historia del cine está marcada por algunas películas que consiguen conmover, apasionar y cautivar a millones de personas a través de los años, ya sea a través de familias mafiosas, intrépidos arqueólogos o guerras espaciales. Toca sumar a todas ellas, la protagonizada por el hombre murciélago que sobrevuela el cielo de Gotham. Batman, dentro de una trilogía que no baja del notable, tiene una entrega a la altura de lo que merece. Y el cine de entretenimiento, de espectáculo puro y duro, tiene una película histórica, referente, generacional, emocionante y, toca jugársela contra el tiempo, inolvidable. Todo lo que vimos en 'Batman Begins' explotaba por los aires en una secuela que contaba con más épica, más acción, más drama, más sorpresas, más personajes y una creación inolvidable. La llevaba a cabo un actor, Heath Ledger, que dejó como testamento cinematográfico un Joker que es un ejemplo esencial a la hora de intentar explicar el nivel de grandeza que puede alcanzar el séptimo arte. Él es el corazón de un espectáculo que consiguió llevar el género de adaptaciones de cómic a los primeros puestos de la liga de grandes películas. Desde el principio, te agarraba del cuello y no te soltaba, te zarandeaba, te ponía el nudo en la garganta, te mantenía en tensión, te obligaba a sujetarte al asiento con unas uñas que, con el paso de los minutos, empezaban a desaparecer de manera constante. 'El caballero oscuro' tiene de todo y todo lo que tiene es memorable. Es cierto que con el paso de los años han ido apareciendo unos cuantos detractores de una película que, en su momento, consiguió una unanimidad asombrosa. Muchos seguiremos defendiéndola como la mejor película de superhéroes jamás vista. Y, si se quiere, podemos quitarle el género y dejarla, a secas, como uno de los grandes logros del cine de las últimas décadas.
1 'Origen': Nolan
La pregunta era evidente: ¿Hay vida después de 'El caballero oscuro'? Nolan no necesitó más que dos años para responder con toda la contundencia posible. 'Origen' es su espectáculo definitivo. Un blockbuster épico, emocionante, trepidante y con una capacidad envidiable para hipnotizar gracias a un universo que bebe directamente de esa otra obra maestra que es 'Paprika, detective de los sueños' de Satoshi Kon, con la que comparte no pocas similitudes, pero a la que se le perdonan las más que evidentes influencias. Su película más personal hasta la fecha, protagonizada por un excelente Leonardo DiCaprio, contiene todas las claves con las que podemos identificar el universo de un director que encontró en este juego de sueños dentro de sueños, de amores perdidos, de segundas oportunidades y de finales abiertos y ciudades cerradas sobre sí mismas, un artefacto perfecto para demostrar todas sus capacidades. El cine de Nolan en toda su dimensión, grandeza y aspecto de gigante. Una película que consiguió asentar de manera definitiva su estatus de hombre esencial dentro del cine palomitero y, al mismo tiempo, inteligente, grandilocuente y, por encima de todo, deslumbrante. Con un buen puñado de escenas para la posteridad, 'Origen' funciona como una máquina de entretenimiento perfecta, capaz de hacer de su duración de casi tres horas una anécdota, de ir creciendo y creciendo hasta una inolvidable sucesión de clímax finales que redondean un trabajo inconmensurable. Una cima a batir, una película asentada en la historia de blockbusters imprescindibles, plagiada desde su estreno hasta la extenuación, empezando por más de la mitad de trailers que usan la inolvidable banda sonora de Hans Zimmer, y responsable de un movimiento cinematográfico por el que el cine de acción intentaba aportar ideas nuevas, diferentes, realmente valiosas. ¿Es 'Origen' la mejor película de Nolan? No. 'Origen' es Nolan.