Mientras uno ve sus películas, todas y cada una de ellas, puede sentir perfectamente como François Ozon se lo está pasando en grande. Poco importa que se esté contando la más grave de las tragedias o la comedia más imposible, el maravilloso y prolífico cineasta francés es uno de esos tipos capaces de convertir su cámara en punto de vista inconfundible, rasgos de personalidad única y máquina de disfrute constante. Maestro de la forma y adicto al riesgo asumido.
Centrándonos en su última década, Ozon ha firmado en esta etapa la friolera de ocho largometrajes, además de la reciente 'Peter von Kant' y la ya confirmada 'Mon crime' para 2023. Una cifra que, aunque impacta por sí sola, apabulla todavía más el comprobar el fabuloso nivel que demuestran la práctica totalidad de estos trabajos. Un conjunto de cintas que, además, contienen el sello total de su principal responsable.
Más madera, en definitiva, para la admirable trayectoria de uno de los grandes cineastas franceses de su generación, un talento travieso e inquieto que justifica las expectativas y la ilusión ante cada uno de sus estrenos. Dentro de una década, estamos seguros, seguiremos asombrándonos ante la cantidad y calidad de la obra del gran François Ozon.
La última década de François Ozon, de menos a más
'Una nueva amiga'
Interesante relato sobre la construcción de la identidad, 'Una nueva amiga' tenía todos los elementos característicos del cine de François Ozon, es decir, el viento a favor para convertirse en una de sus grandes obras, pero, lástima, no lo terminaba consiguiendo. Y eso que hablamos de una cinta que arrancaba con una de las mejores escenas de la trayectoria del cineasta, quien, a partir de ese memorable momento, transita entre el tedio, el azúcar, la fascinación, la emoción y el desatino. Una propuesta irregular salvada por puntuales destellos de genio marca de la casa.
'El amante doble'
Una locura absoluta. Una ruleta rusa de giros imposibles. Un thriller erótico de alto voltaje. Una intriga al más puro estilo Brian De Palma. Y, sobre todo, una oportunidad de oro para la virguería técnica que François Ozon no desaprovecha. Y es que, desde su impactante prólogo, 'El amante doble', adaptación de la novela firmada por la gran Joyce Carol Oates, es un salto al vacío constante, un entretenidísimo disparate que se bebe por los ojos y se agarra al estómago en un desenlace, para bien o para mal, inolvidable. Error o maravilla, no hay espacio para el término medio.
'Todo ha ido bien'
Conmover sin trampas, emocionar sin artificios y equilibrar la balanza entre tiernas risas y el drama más desolador. 'Todo ha ido bien' podría haber caído en el perezoso terreno de la lágrima fácil con suma sencillez, pero François Ozon logra esquivar todas las trampas desde la sobriedad, la intimidad y la delicadeza más arrebatadoras. Con un reparto liderado por Sophie Marceau en la mejor interpretación de su carrera, 'Todo ha ido bien' es otra estupenda película que sumar al envidiable catálogo de aciertos creativos de su principal responsable.
'Verano del 85'
No la citaré porque sería entrar de lleno en el terreno del spoiler, pero hay una escena en esta estupenda 'Verano del 85' que justifica por completo su visionado. Pista: Rod Stewart. Y ya está. Cima emocional de una película que, cuando no se lanza de lleno al despiporre argumental, especialmente pasado de rosca en su tramo final, se disfruta con la facilidad de un verano de atardeceres, romances y primeras veces. Una película con una luz y energía muy particulares en la que François Ozon logra sacar belleza de los más mínimos detalles.
'Joven y bonita'
Cuatro estaciones, cuatro canciones, una historia ubicada en el mismo filo que separa la reflexión del temible abismo, una dirección maestra y una interpretación, la de Marine Vacth, que hipnotiza y fascina con la misma contundencia. 'Joven y bonita' no alcanzaba la grandeza de su ilustre predecesora, 'En la casa', pero seguía regalándonos una versión más que notable de un François Ozon que equilibra de manera milimétrica cada elemento complejo, arriesgado y delicado de esta magnífica cinta.
'Frantz'
Remake de la fabulosa 'Remordimiento', cinta dirigida a comienzos de la década de los 30 por el maestro Ernst Lubitsch, 'Frantz' resuena como uno de los trabajos más sofisticados, delicados y elegantes de la trayectoria de François Ozon. Y también como uno de los más esenciales. Asentada sobre los pilares de una fotografía maravillosa y unas interpretaciones de auténtica altura, hablamos de una película que te atrapa sin opción a la réplica, manteniéndote siempre agarrado a esta historia de misterio y romance. Sobresaliente se queda corto para calificar la que, sin lugar a dudas, sigue siendo una de las cintas más redondas de Ozon hasta la fecha.
'En la casa'
Dentro de una trayectoria tan extensa e irregular como la de François Ozon, 'En la casa' sigue destacando como una obra especialmente compacta, inspirada, valiente y memorable. De hecho, es probable que, junto a 'Swimming Pool (La piscina)' y 'Gracias a Dios', nos encontremos ante lo mejor de su carrera. Y es que, desde su inolvidable prólogo hasta un tramo final de ovación cerrada, el guionista y director francés construye uno de esos arriesgados castillos narrativos en los que cualquier mínimo fallo podría haber acabado con todo.
El sobresaliente resultado supone así un mérito todavía mayor para una película que se mantiene constantemente en pie sin dejar de vivir sobre el filo de casi todo. Una de las mejores propuestas del cine francés en lo que llevamos de siglo XXI.
'Gracias a Dios'
Una obra maestra que revuelve el estómago. Una obra maestra que atraviesa el alma. Una obra maestra que quita el aliento. Una obra maestra que agita conciencias. Una obra maestra que silencia y hace gritar. Una obra maestra que impacta. Una obra maestra que conmueve. Una obra maestra que duele. Una obra maestra que no se olvida. Una obra maestra de obligado visionado. De eso se trata. Y de mucho más, lugares a los que las palabras no consiguen llegar. Una (la) obra maestra de François Ozon: 'Gracias a Dios'.
