Escribir el guion de 'Cuando Harry encontró a Sally', menuda joya, ya debería servir para tocar el infinito con la punta de los dedos, pero la añorada y celebrada Nora Ephron es mucho más que ese imbatible conjunto de personajes inolvidables, diálogos de acero y escenas perfectas. Tanto en su labor periodística como en sus proyectos cinematográficos, ya sea detrás de la hoja en blanco o de las imponentes cámaras, la neoyorquina siempre supo adaptar sus virtudes más representativas con esa fantástica combinación del encanto y la elegancia a la cabeza.
A lo largo de este especial, centrado de manera exclusiva en sus largometrajes, regresamos a un conjunto de historias, la inmensa mayoría de ellas ubicadas en el terreno de la comedia romántica, capaces de despertar automáticamente nuestra sonrisa y fijarla con contundencia en nuestro rostro. No todas lo consiguen con la misma fuerza, ni muchísimo menos, pero, exceptuando naufragios de los que es imposible salvar nada, queda la sensación de que el discurso creativo de Ephron seguirá sin envejecer ni una pizca.
Se trata de un cine tan propio como universal, alejado por completo de los tics y lugares comunes más desesperantes y obvios del género, engrandeciendo y honrando de manera directa el arte de contar varias veces la misma historia haciendo que siempre parezca la primera vez. El hechizo del eterno comienzo. El milagro de que, sabiendo el modo en el que todo va a terminar, acabes emocionado de la manera más honesta posible. La magia del cine. Y de Nora Ephron.
Norah Ephron de peor a mejor
'Embrujada'
El salto a la gran pantalla de una serie televisiva en la que las dosis de azúcar ya eran lo suficientemente altas como para saciar a medio mundo se convirtió en una catástrofe de taquilla y crítica. Y no podía ser de otra manera. Nicole Kidman hace lo que puede con lo que tiene, es decir, un personaje incapaz de despertar la más mínima simpatía de un espectador que asiste impaciente al final de la tortura.
Con escenas que cuesta creer que pasaran una primera lectura de guion, 'Embrujada' es uno de los puntos más bajos de la carrera de su protagonista y de su principal responsable, una Nora Ephron que jamás consigue encontrar el tono que requiere la historia. Una película sin gracia, perdida, insoportable en su empalagosa ingenuidad y aburrida hasta decir basta. ¿Y la magia? Desaparecida.
'Combinación ganadora'
Dos años después de reencontrarse con Tom Hanks y Meg Ryan, Nora Ephron volvió a tirar de agenda para volver a contar con John Travolta cuatro años después de la reivindicable 'Michael' en 'Combinación ganadora'. Por desgracia, este regreso no funcionó tan bien, ni mucho menos, como en 'Tienes un e-mail', resultando una de las propuestas menos acertadas de la trayectoria profesional de la guionista y directora. El principal problema de la película era que su historia nunca terminaba de arrancar, acercándose de forma demasiado peligrosa al terreno del aburrimiento.
Tampoco ayudaba, todo lo contrario, una interpretación demasiado estridente por parte de un Travolta también incapaz de encontrar la química con su compañera de reparto, una Lisa Kudrow que terminaba convirtiéndose en lo más interesante del conjunto, aunque solamente fuera por su entrega. En definitiva, una comedia no demasiado divertida que terminaba hundida en el terreno de lo intrascendente. Mediocre de inicio a fin.
'Julie & Julia'
Aunque se trate de una indiscutible obra menor dentro de la carrera de Nora Ephron, 'Julie & Julia' tiene tres elementos a su favor por los que se le perdona (casi) todo, especialmente su dolorosa intrascendencia. Meryl Streep, Amy Adams y un desenlace bastante emotivo. No es demasiado botín para una película de estas características, pero, oye, menos es nada. Salivando, sonriendo ligeramente y bostezando casi al mismo tiempo.
'Un día de locos'
Para llevar a cabo su particular visión de la comedia francesa 'Le père Noël est une ordure', Nora Ephron reclutó a un conjunto de intérpretes que, a la hora de la verdad, terminaron salvando por completo esta 'Un día de locos'. De Steve Martin, el auténtico rey de la función, a Rob Reiner, pasando por Rita Wilson, Madeline Kahn, Juliette Lewis, Adam Sandler o Liev Schreiber, todos y cada uno de ellos se mostraban plenamente entregados a la causa, elevando de esta manera el listón de una película que, por otra parte, no terminaba de aprovechar al máximo su potencial cómico. Lo que quedaba, en definitiva, era un entretenimiento más o menos solvente con puntuales destellos de carcajada limpia. No es un desastre, para nada, pero queda muy lejos de los mejores trabajos de Ephron.
'Michael'
'Michael' es, por encima de casi todo, el show de John Travolta. Y la confirmación de Nora Ephron como experta a la hora de manejar con acierto, elegancia, equilibrio y toneladas de encanto propuestas que, sobre el papel, parecían destinadas al exceso de azúcar más empalagoso. En ese sentido, esta historia de un ángel que revoluciona el pueblo de Iowa con su imprevisible actitud y sus formas alejadas del estereotipo religioso, casi nada, el milagro es todavía más meritorio. Podría haber sido un auténtico horror, pero en las sabias manos de Ephron y con la inestimable ayuda de un Travolta bastante inspirado, 'Michael' funciona bastante bien en su condición de comedia romántica con toques de fantasía, resultando un entretenimiento más que agradable.
'Tienes un e-mail'
Las comparaciones son tan odiosas como inevitables. Repetían Nora Ephron en la dirección y Tom Hanks y Meg Ryan como pareja protagonista, pero esta 'Tienes un e-mail' se parecía más bien poco a la emblemática 'Algo para recordar', la exitosa joya que unió a estos tres talentos cinco años antes. Entonces, ¿estamos ante una mala película? Ni muchísimo menos.
Esta historia de amores conectados por correos electrónicos llenos de dudas existenciales, confesiones inconfesables y referencias literarias y cinematográficas, es una notabilísima comedia romántica que encuentra en su elegante puesta en escena y, sobre todo, en la maravillosa química de Hanks y Ryan sus virtudes más incontestables. Puede que su duración sea excesiva, se podía contar este romance en menos tiempo y con menos personajes secundarios, pero lo que queda es una propuesta perfecta para los amantes del género. No es lo mismo que 'Algo para recordar', de acuerdo, pero tampoco se queda muy lejos de ella.
'This is My Life (Esta es mi vida)'
La gran joya escondida en la filmografía de Nora Ephron se llama 'This is My Life (Esta es mi vida)' y sigue brillando en la actualidad como uno de los debuts más importantes de la historia del Hollywood reciente. Un impacto motivado, principalmente, por la refrescante y ácida visión femenina aportada por una guionista y directora que mostraba ya en este primer largometraje propio la mayoría de virtudes que marcarían su trayectoria en el futuro. Una historia sencilla contada con talento y fluidez, dirigida con pulso firme, interpretada de manera sobresaliente y coronada con un desenlace tan emotivo como efectivo. Nada falta y nada sobra en una propuesta en la que habitan las virtudes más características del sello Ephron.
'Algo para recordar'
El momento clave sucede cuando la voz de Tom Hanks asegura al otro lado del teléfono que su mujer hacía que todo fuera bonito y que su plan para soportar el dolor de la pérdida en un presente cargado de oscuridad es: "Levantarme cada mañana y respirar. Dentro de un tiempo no tendré que acordarme de que tengo que levantarme y respirar, y dentro de un tiempo ya no tendré que pensar que hubo una época maravillosa y perfecta". En ese instante, el rostro conmovido e hipnotizado de una maravillosa Meg Ryan es el mismo que el de todos los espectadores, capaces de notar la forma en la que nuestro corazón se rompe en mil pedazos.
Sin embargo, también sentimos que todo puede cambiar, que la vida de ese tipo tan machacado por el infortunio volverá a ofrecerle una nueva oportunidad de ser feliz. Y ahí reside la magia de 'Algo para recordar', una de las grandes comedias románticas de las últimas décadas, en su capacidad para traspasar por completo la pantalla y alcanzar nuestros miedos, inseguridades, carcajadas, ilusiones e ideales románticos. La mejor película de la trayectoria profesional de Nora Ephron.