Antes de que los premios llegaran a su vida, algo que sigue siendo un escenario absolutamente maravilloso para algunos e incomprensible para otros, Peter Farrelly y su hermano Bobby convirtieron la comedia estadounidense en el colmo de lo vulgar, lo zafio y lo ofensivo. Y no es que no se realizaran propuestas similares antes, pero, desde luego, pocas veces había conectado el género y el gran público de una forma tan salvaje y exitosa.
Desde 'Dos tontos muy tontos' a 'Algo pasa con Mary', pasando por 'Amor ciego' o 'Yo, yo mismo e Irene', los Farrelly dinamitaron expectativas y taquillas entre críticos que se llevaban las manos a la cabeza sin entender nada de nada. Es lo que tienen los fenómenos, las distancias y la voluntad de no querer ver más allá de lo evidente. Y es que, gusten más o menos, hablamos de un conjunto de películas que jamás trataron de ser algo diferente a lo que uno podía esperar de ellas, que nunca engañaron al espectador y que siempre fueron de frente.
A continuación, repasamos todas las películas en las que Peter Farrelly ha participado como director, ya sea en solitario o con su hermano, ordenándolas de peor a mejor. Una trayectoria que se encuentra, a priori, en plena fase de (académico) cambio, pero que, hasta ahora, ha dejado un buen puñado de carcajadas y momentos hilarantes por el camino.Siempre agradecidos.
Todas las películas de Peter Farrelly, de peor a mejor
'Los tres chiflados'
Las intenciones de los Farrelly con 'Los tres chiflados' eran buenas. Todas. Homenajear a la serie de cortos de la Columbia Picture que marcó en cierto modo a una generación de espectadores y volver a un tipo de comedia básica especialmente anclada en el slapstick más rotundo que andaba completamente desaparecida en el siglo XXI. Sin embargo, los resultados no estuvieron ni mucho menos a la altura, dando como resultado la peor película de su filmografía. Y es una auténtica pena porque se nota el cariño y el respeto absoluto que sienten los directores hacia sus protagonistas, pero, por desgracia, son incapaces de dar forma a un gag que alcance, al menos, el aprobado justo. Una tremenda decepción.
'Movie 43'
Dirigida por: Peter Farrelly, James Gunn, Griffin Dunne, Elizabeth Banks, Brett Ratner, Steven Brill, Bob Odenkirk, Steve Carr, Rusty Cundieff, James Duffy, Patrik Forsberg, Will Graham y Jonathan van Tulleken.
¿Veis esa apabullante colección de cineastas? Pues bien, 'Movie 43' consiste, exclusivamente, en verles sufrir a todos mientras dirigen algunos de los peores gags que se han visto en gran pantalla en las últimas décadas. Hay aciertos aislados, mínimos y tampoco demasiado destacados, pero el conjunto es tan terrible que solamente se puede aceptar su mera existencia entendiéndola como un chiste (malo).
'Dos tontos todavía más tontos'
No, no era la secuela que esperábamos. Porque sí, algunos recibimos con ilusión, casi entusiasmo, el anuncio del regreso de Jim Carrey y Jeff Daniels para interpretar de nuevo, veinte años después, a Lloyd y Harry, los personajes con los que consiguieron un inesperado taquillazo en 1994 gracias a 'Dos tontos muy tontos', sobresaliente comedia de los hermanos Farrelly en la que la estupidez se convertía en fuente inagotable de gags con capacidad para mantenerse en la memoria durante años.
Claro, los detractores de este tipo de cine atacaron sin piedad aquella joya de culto, pero en 2014, los defensores tampoco lo tuvimos fácil. Ni mucho menos. A lo largo de 'Dos tontos todavía más tontos', el espectador tiene la sensación constante de estar presenciando un quiero y no puedo, especialmente evidente en la interpretación de un Carrey incapaz de recuperar su facilidad para arrasar al espectador con su incendiario talento cómico, algo similar a lo que ocurre con el resto de elementos de una película que rima demasiado bien con la decepción.
'Pegado a ti'
Tras 'Dos tontos muy tontos', 'Vaya par de idiotas', 'Algo pasa con Mary', 'Yo, yo mismo e Irene', 'Ósmosis Jones' y 'Amor ciego', Peter Farrelly y su hermano firmaron su primera película realmente fallida en, bueno, todo. 'Pegado a ti' contaba con dos cabezas de cartel de auténtica altura, Matt Damon y Greg Kinnear, interpretando a dos hermanos siameses en uno de esos puntos de partida que te hacen soñar con una alta cantidad de gas memorables. Sin embargo, a la hora de la verdad, la película nunca termina de encontrar la carcajada, quedándose en tímidas sonrisas mediante situaciones tan previsibles como fallidas. Unos Farrelly con el piloto automático conectado de manera evidente que dejaban marchar así una de sus mejores oportunidades de redondear su discurso salvaje/azucarado.
'Carta blanca'
Mientras uno ve 'Carta blanca' no puede dejar de pensar en lo mucho que habría mejorado si se hubiera contado con los servicios de dos cómicos mucho más efectivos que unos perdidísimos Owen Wilson y Jason Sudeikis. Y es que, por mucho que la película cuente con un puñado de situaciones divertidas, especialmente el clímax final, una interesante reflexión sobre el matrimonio y algunos diálogos especialmente inspirados, Peter Farrelly y su hermano cometieron un error tan básico como el de escoger a sus dos protagonistas. Por fortuna, ahí están Jenna Fischer y Christina Applegate, geniales ambas, y un desatado Richard Jenkins para salvar 'Carta blanca' del naufragio. Por los pelos.
'Amor ciego'
'Amor ciego' no es una película especialmente inspirada en lo que respecta a dirección, una de las más sosas y desganadas del dúo Farrelly, y a guion, lleno de una condescendencia alarmante, pero tiene un arma capaz de acabar con todas las dudas y decepciones: Gwyneth Paltrow. Ella es el alma, el corazón, el encanto y la virtud más destacada de una película que se ilumina por completo cada vez que ella aparece en pantalla. Tiempo después de haber visto 'Amor ciego', y tras comprobar que no recuerdas con claridad ninguno de sus chistes, volverás a sonreír pensando en su interpretación. Hay recompensas y recuerdos mucho peores.
'Amor en juego'
Poca sorpresa, si te apellidas Farrelly y trabajas con un guion basado en una novela del gran Nick Hornby supervisado por el propio escritor, lo normal es que tu película aumente considerablemente las opciones de colarse entre lo mejor de tu filmografía. Y así ocurrió con 'Amor en juego', terrible traducción del original 'Fever Pitch', que, sin embargo, consigue incluso superar esa zancadilla lingüística. Y es que, exceptuando la interpretación algo acartonada de Jimmy Fallon, nos encontramos ante una cinta con altas dosis de encanto, humor tan blanco como efectivo y un romanticismo contagioso en su sencillez. Si a todo esto le sumamos a la maravillosa Drew Barrymore, una banda sonora estupenda y unos diálogos bastante atinados, el resultado se sitúa tranquilamente en el notable.
'Matrimonio compulsivo'
Después de la estupenda 'Amor en juego', los hermanos Farrelly volvieron a acertar con 'Matrimonio compulsivo', remake de la película dirigida por Elaine May a comienzos de los años setenta que, en su nueva versión, mantenía en líneas generales su tono de comedia salvaje, excesiva y vulgar que, sin embargo, también cedía un sorprendente espacio para la emoción. Protagonizada por un Ben Stiller entregado a la causa y bordando un papel hecho a su medida, 'Matrimonio compulsivo' es un entretenimiento más que correcto capaz de encontrar un sorprendente equilibrio entre la carcajada y la reflexión. Mínima, sí, pero reflexión al fin y al cabo. De lo más logrado de la filmografía Farrelly.
'Ósmosis Jones'
¿Los hermanos Farrelly rodando una buddy movie? Hasta aquí nada nuevo bajo el sol, ya que la mayoría de sus propuestas han partido desde lugares diferentes para terminar abrazando claramente este género en el que los guionistas y directores se muestran especialmente cómodos. Sin embargo, una de las sorpresas que trae 'Ósmosis Jones', la rareza más estupenda escondida dentro de su carrera, es que todo ese tramo resulta ser animado mientras que los actores de carne y hueso, con un notable Bill Murray a la cabeza, protagonizan una trama complementaria y, para sorpresa general, inferior.
Y es que la aventura policial protagonizada por un glóbulo blanco, tal cual, les permite a los Farrelly ir un poco más allá de su zona de confort, sin olvidar el inevitable humor de trazo grueso marca de la casa, pero descubriendo que, por encima de los tópicos que recorren su cine, están dos cineastas con interés en probar nuevos rumbos. Lástima que la taquilla no comulgara con 'Ósmosis Jones' y no les permitiera seguir profundizando en este sentido, pero siempre quedará como la películas más incomprendida de su catálogo.
'Vaya par de idiotas'
Dos años después de horrorizar a la crítica y entusiasmar al público con su debut, 'Dos tontos muy tontos', Peter y Bobby Farrelly regresaban con 'Vaya par de idiotas', una película que, pese a ser vendida como una especie de remake encubierto de la joya protagonizada por Jim Carrey y Jeff Daniels, terminó siendo otra cosa completamente diferente. Y mucho más interesante.
Protagonizada por un correcto Randy Quaid y un sobresaliente Woody Harrelson, mención especial para un hilarante Bill Murray, estamos ante una propuesta que profundiza en el sueño americano para, directamente, vomitar sobre él, reírse a la misma altura de su cara y ridiculizar la poética más manida y tópica. Es una comedia sucia, arriesgada, pesimista y llena de (celebrada) mala leche. El tiempo ha hecho su labor y la ha terminado convirtiendo en una de las grandes favoritas de los Farrelly, sobre todo y curiosamente para aquellos que nunca han comulgado con su cine.
'Yo, yo mismo e Irene'
¿Qué se puede hacer después de firmar una de las comedias más taquilleras de todos los tiempos ('Algo pasa con Mary')? Llamar a Jim Carrey para depositar sobre su inmenso talento cómico toda una salvajada de la talla de 'Yo, yo mismo e Irene'. Los Farrelly lo tuvieron claro y repitieron éxito comercial, aunque con una recepción crítica mucho menos cómplice que con su anterior trabajo, gracias a una de esas películas que se mueven constantemente en el límite del exceso, marcando por sí solas las líneas que se pueden cruzar y las que no.
Mientras tanto, Carrey despliega su arsenal y entrega una de las mejores interpretaciones cómicas de su trayectoria, palabras mayores, consiguiendo que brillen incluso los gags menos inspirados, que, en cualquier caso, son muy pocos. En definitiva, una de las películas más memorables de la marca Farrelly.
'Algo pasa con Mary'
Aquel verano de 1998 en el que todas las previsiones apuntaban a Michael Bay y su 'Armageddon' como la película que arrasaría con todas las taquillas del mundo, recibió la visita inesperada de una chica llamada Mary. Los hermanos Farrelly, en un punto de su carrera especialmente delicado, consiguieron un éxito absolutamente espectacular con 'Algo pasa con Mary', la comedia romántica más vulgar, excesiva y malhablada de la década de los noventa. Doble mérito. No había nada que perder y mucho que ganar, ellos lo sabían, y pusieron toda la carne en el asador. La moneda no es que cayera del lado de la cara, es que cayeron dólares del cielo de una manera salvaje. La comedia del año. La mejor interpretación de la carrera de Cameron Diaz. Y el clásico menos esperado para sumar al género.
'Dos tontos muy tontos'
Un debut, de eso se trata, como 'Dos tontos muy tontos' podría haber salido fatal para Peter y Bobby Farrelly, pero difícilmente podría haber salido mejor. No hablamos de un territorio idóneo para escandalizarse, se deben conocer las reglas del juego antes de empezar la partida, pero sí que estamos ante un tablero de gags salvajes, escenas que son comedia de nivel oro y diálogos brillantes a la hora de convertir la estupidez en caviar.
Su estatus dentro de la comedia norteamericana reciente está relacionado directamente con el respeto y la admiración y eso, tratándose de una película que cuenta, entre otras cosas, con un pájaro decapitado en manos de un niño ciego, ataques de diarrea imposibles y corazones arrancados tras una pelea cuerpo a cuerpo en modo Kung-fu, es más que un logro. Hablamos de algo similar a un hilarante milagro. Todavía hoy, la cima de Peter Farrelly y compañía.