Si hace unos meses os hablábamos de la relación entre el cine y la moda con 20 películas imprescindibles, hoy hablamos de una de esas películas que gusta a todo el mundo, aunque tú no seas nada de pasarelas, modelitos ni alta costura. 'El diablo viste de Prada' conquista sin necesidad de estilo alguno.
La adaptación del best-seller homónimo dirigida por David Frankel se ha convertido en una de las comedias más adoradas de los últimos años por varios factores: el primero y principal, Meryl Streep como Miranda Priestly, un bombón de papel que es ya mítico en la filmografía de la actriz; el segundo, una Anne Hathaway comedida, al servicio de la Reina y que vuelve a vivir una evolución al estilo 'Princesa por sorpresa' pero esta vez sin sangre azul de por medio; y tercero, unos secundarios fantásticos como son Emily Blunt y Stanley Tucci, el robaescenas máximo de la cinta.
Puede ser que tú aún no la hayas visto y estés esperando a que te contemos de qué trata. La historia gira en torno a Andrea, una muchacha sin gusto alguno por la moda pero muy inteligente que, casi de rebote, acaba trabajando como segunda ayudante de Miranda Priestly, la jefa de la edición americana de Runway, la revista más importante sobre moda. De este modo, Andrea acaba amoldando su vida a su nuevo y castigado trabajo, cambiando sus costumbres, su vestimenta y hasta su forma de ser.
Las lecciones de Miranda
Inspirado en Anna Wintour, jefa de la edición americana de la revista Vogue, el personaje de Meryl Streep es un ser despreciable y despótico que hará que tu jefe parezca Winnie the Pooh. Con mano dura, consigue derrumbar los cimientos del personaje de la Hathaway y reconstruirlo en algo muy distinto.
Hemos extraído 15 de esas lecciones que Miranda le da a Andrea por si tú también quieres cambiar de vida y convertirte en una 'it girl' o 'it boy'.
15 lecciones de vida de 'El diablo viste de Prada'
Lleva siempre tus mejores bragas
La película comienza con varias chicas seleccionando su lencería antes de ir a trabajar; sin embargo, mientras que todas ellas eligen conjuntos que podrían estar sacados de un desfile de Victoria's Secret, nuestra protagonista abre un cajón, coge las primeras bragas que pilla y se las pone. Sin selección, sin filtro.
¿Es que acaso nunca le dijo su madre que hay que salir de casa siempre con unas bragas limpias y monas? Ojo, tampoco es que se ponga unas con agujeros pero, claro, comparas con el resto de muchachas que aparecen en la secuencia y... ¡No puede ser!
El jefe es el enemigo número uno
Hay gente que alardea de tener un buen jefe, sensible, respetuoso con sus trabajadores. Esa gente... MIENTE. Un jefe es un jefe, aquí y en China (donde seguramente sean aún peores que aquí). En la película, sí es cierto que los trabajadores tienen que lidiar con la peor de las peores jefes del mundo y, por ello, saben que no hay nada más importante que actuar como una piña: "tres, dos, uno, todos en sus puestos, Miranda ya está aquí".
Todos sabemos que eso sólo ocurre en las películas: en la vida real, la primera ayudante haría una zancadilla a la segunda para que se cayera a los pies de la jefa nada más entrar.
Piensa dos veces tu outfit antes de ir a una entrevista de trabajo
¿A que no vas a la boda de tu prima segunda, la del pueblo, con lo primero que coges del armario? Pues, para las entrevistas de trabajo, deberías hacer lo mismo: planificar qué es lo que te vas a poner desde el primer momento que sabes que la vas a tener. La pobre Andy no sabía este superconsejito y se plantó en la revista Runway con lo primero que pillo y, claro, no murió despedazada porque las miradas aún no pueden matar.
Arreglado pero informal, tampoco vayas a aparecer con camisa y pajarita, por Dior.
'Vogue' es la canción perfecta para arreglarte antes de un evento
Aunque 'Jump' de la Reina del Pop también suene en la película, todos sabemos que 'Vogue' es el himno de la moda por antonomasia y, por ello, suena cuando Andrea que viste sus mejores trajes y lo peta por la redacción de Runway.
Tú probablemente no tengas que desfilar cada mañana por un nido de víboras ávidas de despellejarte por tus modelitos pero nada puede salir mal si reproduces 'Vogue' mientras te vistes. Es como si te poseyera el espíritu de Valentino y moviera tus manos por ti.
Ten siempre el teléfono a mano...
No nos hemos parado a contar todas las veces que Miranda llama a Andrea a lo largo de la película (y las que no nos enseñan) pero deben de estar alrededor del millón. El teléfono es un elemento indispensable en esta relación jefe-empleado: los cafés, los recados y las mil y una ocurrencias de alguien que se aburre demasiado se encuentran al otro lado de la línea.
Ay, pobre de ti como te quedes sin batería.
... incluso cuando duermes
¿Dormir? POR FAVOR, sabéis que eso es para gente sin trabajo. Si quieres ser un buen trabajador, tienes dos opciones: regular tus energías a lo largo del día o darlo todo lo que puedas y más y reposar tu cabeza sobre la almohada cuando llegues a casa pero nunca, nunca, nunca se te ocurre cerrar los ojos y dejarte llevar por el sueño. ¡Tienes que estar lista para salir corriendo en cualquier momento!
Y, claro, deja el móvil en la mesilla, bien pegadito a ti. Ni se te ocurra apagarlo o dejarlo en silencio.
La belleza interior es para los que no tienen gusto con la moda
'La Bella y la Bestia' nos enseñó que debemos enamorarnos del interior y no de la fachada pero, en la vida real, todos sabemos que sin una buena fachada poco podemos hacer. Puedes ser la mejor persona del universo pero si no llevas unos buenos Manolos en los pies y un Channel colgado del brazo, ¿a quién puedes interesarle?
Así que, ya sabes, ponte guap@ y sal a la calle como es debido.
Hay más tipos de azul después del 'oscuro' y el 'clarito'
Quizá no hiciera falta pero, después de esta maravillosa escena de 'El diablo viste de Prada', todos sabemos cuál es el azul cerúleo, ¿verdad? Osea, en una rueda de reconocimiento de todos ellos, podríamos distinguir fácilmente entre toda la escala de azules ¡porque es facilísimo!
Sólo un daltónico no sabría distinguir entre el azul cielo, el egeo, el zafiro y el baya. ¡Por Dior!
La moda somos todos
Por mucho que trates de huir y que te canses de decir que tú no sigues modas, cariño, La Moda somos todos. Incluso tú, que vistes de Primark. Como bien dice Miranda, todo lo que vestimos ha sido elegido por alguien, hasta el más mínimo calzoncillo de Pull & Bear. Por ello, nunca pienses que estás fuera del movimiento porque estás tan adentro como los demás.
Y (ahora) lo sabes.
Piensa bien, viste mejor
Puede que hayas sido siempre la más inteligente de tu casa, de tu familia, e incluso de tu clase pero, una vez que te has hecho mayor, tu inteligencia queda relegada a tu imagen. Básicamente porque nadie va a querer escucharte si vas vestido de trapillo. Tú eres tu imagen, tu ropa, tu peinado, tus complementos. Y después, ya vendrán tus ideas.
Los accesorios no son 'accesorios'
Aunque comúnmente se hable de los accesorios como lo último, lo que complementa al resto del conjunto, debes saber que es tan importante o más como el outfit que te pongas. Un buen bolso, unos bonitos pendientes, una pulsera a juego puede salvarte la vida y hacerte quedar como la más divina de toda la sala. Así que, nunca te olvides de ellos... Ellos nunca lo harían.
Los carbohidratos no combinan con la moda
¿Cómo quieres ir a la moda si no cabes en ella? La talla 36 ha sido la elegida para que luzcan los mejores modelos y no la 38, ni mucho menos la 40. Sabes que, otro años más, llegas tarde a la operación biquini pero, tranquilo, porque tenemos la solución para el año que viene pero te tienes que poner YA con ello: la dieta del quesito. ¿La recuerdas? Se trata de no comer nada y, cuando notes que te vas a desfallecer, te comes un quesito. ¡Te vas a quedar ideal!
Un atropello no es motivo para faltar al trabajo
Ni ése ni ninguno. ¿Qué va a hacer Miranda sin su ayudante? ¡Estamos locos! Si no puedes ni levantarte de la silla para ir al baño, ¿cómo piensas quedarse escayolada en casa? ¿Te has dado un golpe en la cabeza y no riges?
Si no se da cuenta de que llevas un Prada, es que no te quiere
Tu pareja debe entender que tú y la moda vais estrechamente de la mano. Y más que entender debe darse cuenta de que todo lo que te pones, en parte, es por él y porque quieres estar guapa cuando te lleva del brazo. Por ello, debería darse cuenta de que el Louis Vuitton que cuelga de tu brazo no es el mismo que el Gucci que llevabas ayer.
Todo lo anterior es mentira (menos lo de 'Vogue')
Si algo nos ha enseñado 'El diablo viste de Prada' es que, por mucho que vistas de Dior y tengas todo el éxito del mundo, no tendrás nada sin el amor de tu vida al lado para disfrutarlo y unos buenos amigos para celebrarlo. ¿De qué te sirve ser el Rey del Universo si todo el mundo gira la cara a tu paso y los que no lo hacen, se quedan por el interés? Miranda prefiere perder toda su humanidad a perder un ápice de su éxito y así se queda al final: sola, sin marido, sin amigos, sólo con su séquito de súbditos que no llegan a conocerla ni lo más mínimo.
Así que, pon 'Vogue' bien alto, ponte lo primero que pilles del armario y sal a bailar, que tú lo haces fenomenal, y, sobre todo, ten siempre en mente una idea: trabaja para vivir, nunca vivas para trabajar. A fin de cuentas, ésa es la gran lección de vida que nos enseña 'El diablo viste de Prada'.