La filmografía de Scott Stewart como director es más bien breve.
De hecho, 'Legion' es su primer largometraje, si bien ya se encuentra trabajando en su segundo proyecto, 'Priest'. En el apartado de los efectos visuales, en cambio, su filmografía es mucho más extensa, incluyendo los créditos de filmes como 'Mars Attacks!', 'El mundo perdido', 'Mercury rising', 'Sin City', 'Superman returns', 'Noche en el museo', 'Grindhouse', 'Piratas del caribe: el cofre del hombre muerto', 'La Jungla 4.0', 'Iron Man' o incluso el Final Cut de 'Blade Runner', eso sí, siempre como miembro no acreditado de la compañía The Orphanage.
Así pues, no resultará extraño a muchos si concluimos que lo único mínimamente rescatable de 'Legion' son, precisamente, algunos de sus efectos especiales, siendo el conjunto del film más bien olvidable. La película de Stewart aprovecha el tirón de la creciente oleada de títulos (post)apocalípticos para confeccionar un film de acoso y derribo en base a un risible entramado en torno a un vengativo Dios cristiano. Todo hay que decirlo, dicha premisa, extraída abiertamente del Antiguo Testamento, podría resultar más que atractiva realizada con un mínimo de seriedad o decoro, pero por desgracia la mayor parte de las escenas, personajes y diálogos de los protagonistas de 'Legion' están más próximos a la parodia que a la épica.
De este modo, 'Legion' ni tan siquiera llega a poder ser valorado como un naif entretenimiento, aburriendo a lo largo y ancho de su entramado, en una constante sucesión sin demasiado criterio de déjà vus a otros filmes de su mismo y otros géneros, cuya comparativa no ayuda en nada al film de Stewart, el cual carece tanto de personalidad como de nervio.
En definitiva, una pérdida de tiempo.