La última película de Quentin Tarantino, 'Érase una vez en... Hollywood', ha sido aclamada por crítica y público por su historia y sus grandes actuaciones. Una de las más alabadas ha sido la de Leonardo DiCaprio, quien da vida a un actor cuya carrera va cuesta abajo y sin frenos. Ahora el director ha comentado que la escena en la que Rick Dalton pierde la compostura en su tráiler fue improvisada por el actor.
Según IndieWire, durante una ronda de preguntas y respuestas tras la proyección de la película en el cine New Beverly, Tarantino declaró que el momento en el que Dalton empieza a lanzar objetos en su tráiler, enfadado por no recordar sus frases durante la grabación de la serie 'Lancer', fue una idea de DiCaprio. "No estaba en el guion, así que nunca la ensayamos. Leo tenía esta idea y en un momento me dijo: «Tengo que meter la pata durante la escena de 'Lancer', ¿vale? Y después de eso tengo que tener una crisis real de consciencia y recuperarme de ella»", dijo el director.
Tarantino grabó dos versiones: una en el que Dalton dice sus frases a la perfección y otra, la que aparece en la película, en la que no para de equivocarse. El director le dio su toque a la escena al decidir cómo quería que ocurriera y para ello se inspiró en 'Taxi Driver': "Creo que la describí y grabé así. Tiene que ser como cuando Travis Bickle está hablándose a sí mismo frente al espejo".
A pesar de ser idea de DiCaprio, Tarantino comenta que nunca había visto al actor tan nervioso como en aquel momento. Por su parte, el actor ha confesado que se inspiró en su propia experiencia. "También he tenido días malos como esos, pero no creo que jamás haya reaccionado de semejante manera", añade.
La preparación de Margot Robbie
Las escasas líneas que tiene Margot Robbie en la última película de Quentin Tarantino suscitaron muchas críticas por parte de la prensa y llevaron al propio director a enfadarse por esta reacción. Sin embargo, Robbie guarda un buen recuerdo de su participación en ella: "No creo que jamás me haya sentido tan transportada como lo hice en el set de Quentin porque todo era práctico. No eran unos objetos en primer plano y el resto un chroma. Todo a tu alrededor te llevaba a 1969, desde las calles hasta los coches de la época".
Sobre cómo se preparó para el papel, la actriz comenta que trabajó con un instructor de movimiento. "Corría alrededor pensando que era una nube. También escribí una lista con las cosas que me hacían feliz e intentaba hacerlas el día anterior a ir a trabajar. Eso me permitió eliminar todo el estrés y la angustia", comenta Robbie.