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MUSICAL FAMILIAR

'Lilo, mi amigo el cocodrilo' es el primo americano de Paddington, para bien y para mal

La película, dirigida por Josh Gordon y Will Speck y protagonizada por Javier Bardem, Constance Wu y Shawn Mendes como la voz original de Lilo, llega a los cines el 21 de octubre.

Por Pedro J. García Más 21 de Octubre 2022 | 08:55
Redactor y crítico pop. Me apasiona la animación y veo series por encima de mis posibilidades.

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'Lilo, mi amigo el cocodrilo' es el primo americano de Paddington, para bien y para mal

Las películas sobre niños que se hacen amigos de un animal, monstruo o criatura fantástica son un género en sí mismo. 'El gigante de hierro', 'Un monstruo viene a verme', 'Un monstruo viene a verme', 'Mi amigo el gigante'... La lista sigue y sigue, y crece cada año con nuevas incorporaciones. La última en sumarse a esta entrañable tradición es 'Lilo, mi amigo el cocodrilo', aventura híbrido de acción real y animación CGI que nos presenta a una de las creaciones digitales más adorables de lo que va de año: Lilo, un cocodrilo cantarín, y un poco sibarita, con la voz en inglés de Shawn Mendes.

Lilo

Dirigida por Josh Gordon y Will Speck, conocidos por comedias de corte más adulto como 'Fiesta de empresa' o la serie animada de Marvel 'Hit-Monkey', dan el salto al cine para toda la familia con la adaptación de un clásico de la literatura infantil escrito por Bernard Waber y publicado en 1965. El libro no es muy conocido fuera de Estados Unidos, pero con su adaptación a la gran pantalla, salta a la vista el interés de los realizadores (y el estudio) por universalizar la historia, haciendo una película que se adhiere a todas las normas del cine infantil actual, y busca convertirse en una nueva propiedad de reconocimiento mundial, como 'Peter Rabbit', 'Clifford, el gran perro rojo' o 'Paddington'.

En 'Lilo, mi amigo el cocodrilo' conocemos a la familia Primm, formada por un padre (Scoot McNairy), su nueva mujer (Constance Wu) y su hijo, Josh (Winslow Fegley). Los tres se mudan a un nuevo apartamento en Nueva York, donde el joven Josh lucha por adaptarse a su nueva escuela y su nueva vida en la gran ciudad, aunque su miedo al mundo exterior le dificulta la tarea. Todo cambia cuando el joven descubre que en el ático de su nuevo domicilio se esconde un compañero de piso muy especial: un cocodrilo a quien le encanta el caviar, la buena música y darse largos baños relajantes. Inicialmente asustado, Josh pronto se da cuenta de que Lilo es en realidad un animal apacible, con la particularidad de que no habla, sino que se comunica a través de la canción. Los dos se convierten en mejores amigos, pero su cascarrabias vecino y presidente de la comunidad pone en peligro su existencia, lo que hará que Josh y sus padres recurran al carismático Hector P. Valenti (Javier Bardem), el antiguo dueño de Lilo, a quien abandonó porque su miedo escénico no se alineaba con las ambiciones del showman.

'Lilo, mi amigo el cocodrilo' es una historia sobre el cambio, las segundas oportunidades y la idea de superar los miedos y salirse de la zona de confort. En mayor o menor medida, todos los personajes viven en los confines de sus propias limitaciones, con reticencia a explorar caminos desconocidos que pueden depararle más de una sorpresa. El cocodrilo protagonista simboliza ese salto al vacío que todos deberíamos realizar alguna vez, una lección de vida que da lugar a una moraleja más bien simple, pero sin duda efectiva. Si no te atreves a intentarlo, ¿cómo lo vas a conseguir? Se puede aplicar al niño que tenga miedo a empezar en la escuela, al adulto que se sienta estancado en su trabajo y no le venga mal un empujón para tirarse a la piscina y cambiar de trayectoria, o a alguien que quiera cambiar de aires (Nueva York, como eterna metáfora de la idea de empezar una nueva vida, es una presencia importante en el film). Y en general, a cualquiera que necesite una angelical voz interior en forma de cocodrilo que le diga que merece la pena dar ese paso (de baile).

Bebé Lilo

Concebida como un musical para para toda la familia, en el que precisamente todos los miembros de la familia acaba entonando una u otra canción (todos, desde Wu a McNairy, pasando por el niño y Bardem, tienen su número), 'Lilo, mi amigo el cocodrilo' busca ser la prima americana de 'Paddington', pero se queda más bien en compañera de clase de 'Clifford, el gran perro rojo', un producto inocuo y simpático, que no hace daño y se deja ver, pero que carece de personalidad propia y verdadera aspiración artística. Más bien superficial, 'Lilo' no logra encontrar esa magia que sí forma parte de muchas de las películas mencionadas aquí, sintiéndose en todo momento como algo más bien mecánico y creado por un algoritmo, una de esas películas que fuerza el corazón en lugar de dejar que lata por sí solo.

Eso sí, a pesar de este evidente carácter de producto prefabricado, hay destellos en ella que la acercan a esa magia que separa los clásicos infantiles de los Happy Meal. Sobre todo en Lilo, una creación CGI excelente que, con su mera presencia, compensa bastante las carencias de un guion muy formulaico. El cocodrilo es simplemente adorable, especialmente en su versión infantil (baby Lilo es una cosa monísima que aparece muy poco y deja con ganas de más), pero también de mayor, con un Mendes insuflándole alma a través de su dulce voz y haciendo patente que el personaje no solo canta como él, sino que también reproduce atributos del popular artista canadiense. Pero es que además de eso, Lilo está perfectamente integrado con el entorno real, haciendo de sus interacciones con los humanos uno de los mayores atractivos del film. Parece mentira, pero en 2022 seguimos viendo películas de moderado y alto presupuesto con CGI chapucero, y aquí, Lilo parece estar ahí, la familia Primm interactúa con él de forma realista y, por tanto, la conexión con ellos -y por extensión, con el espectador- es mucho más efectiva. Por no hablar de los números musicales y las escenas de acción, que lucen por encima de la media.

'El gran showman' versión infantil

'Lilo, mi amigo el cocodrilo' no es un musical modesto precisamente, sino que cuenta con dos de los compositores más aclamados y solicitados del momento, a cargo de sus canciones originales: Benj Pasek y Justin Paul, los músicos detrás de 'Querido Evan Hansen', 'La ciudad de las estrellas: La La Land' y 'El Gran Showman'. Aunque suenan muy a déjà vu, los temas de 'Lilo' tienen todo el sentido del espectáculo y la épica musical de los trabajos del famoso tándem, recordando especialmente a las canciones de la película protagonizada por Hugh Jackman y Michelle Williams, con la que comparte además (aunque de forma periférica) el tema circense, representado en el personaje de Javier Bardem, un charlatán ambicioso en busca del éxito sobre los escenarios con el que tiene bastante en común.

Y bueno, Bardem merece mención aparte. El oscarizado actor español siempre lo da todo, y esta no es una excepción. Lejos de poner el piloto automático, se entrega por completo al personaje y su espíritu esperpéntico y de vodevil, demostrando una vez más su versatilidad como artista, a la vez que se aplica a sí mismo el mensaje de la película. Bardem salta de cabeza a un género en el que no tenía experiencia previa, el musical, y no solo sale airoso, sino que acaba destacando por encima de todos (también hay que decir que Wu y McNairy no son gran competencia), protagonizando números enérgicos y divertidos en los que canta y baila como si ya hubiera protagonizado varios musicales de Broadway.

Javier Bardem

Por lo demás, 'Lilo, mi amigo el cocodrilo' cumple con lo que se espera de ella. Aunque no logra traspasar su pintona superficie, es una película muy dulce y fácil de ver, que no hace daño, lo cual ya es más que muchos otros productos similares. Con su pintoresco protagonista, su optimismo contagioso, su aire irresistiblemente neoyorquino y su sentido del espectáculo, la película ofrece las distracciones necesarias para que los más pequeños se diviertan y los mayores se olviden por momentos de que debajo, no hay casi nada.

Nota: 6

Lo mejor: La integración del CGI con la acción real, Lilo bebé y Javier Bardem dándolo todo.

Lo peor: Las canciones suenan demasiado familiares y la historia es más bien plana. Sabe a producto más que a película.