Nos encontramos en el ecuador del Festival de Cine de Toronto, también conocido como TIFF. Este evento es el claro ejemplo de que los festivales han dejado de ser un sitio reservado para los "culturetas", para los delicatessen, cerrado para el público general.
Es más, el de la ciudad canadiense es la clara demostración del crecimiento de este tipo de mercados del cine. Y el TIFF hasta hace poco no contaba demasiado en el circuito de festivales previos a la temporada de premios. Pero en 2011 han pasado por su alfombra nombres que lo convierten en una nueva cita obligatoria en el calendario cinéfilo.No sólo eso, sino que los afortunados asistentes están pudiendo ver las cintas que darán que hablar de cara a los días en los que las preciadas estatuillas son el premio final. Todos los grandes acuden para que se empiece a hablar de sus películas, y lo consiguen.
A Toronto este año hemos visto a unos acaramelados Brad Pitt y Angelina Jolie, por desgracia para los tabloides que venden su ruptura. La actriz acompañó a su pareja en el estreno de 'Moneyball', la cinta de Bennett Miller que ya le pone directo a los Oscar. Keira Knightley y Viggo Mortensen hicieron lo suyo con 'Un método peligroso'.
Francis Ford Coppola dejó al público dividido con 'Twixt', un arriesgado experimento que desató tanto aplausos como caras de indiferencia. Madonna, como informan nuestros compañeros de Bekia, volvió a intentar convencer con 'W.E.', y George Clooney afianzó su 'The ides of march', otra que tendrá mucho peso.
España desembarca en Toronto
Incluso hemos tenido representación patria con la pareja protagonista de 'La piel que habito', Elena Anaya y Antonio Banderas, por supuesto acompañado de Melanie Griffith, como embajadores de la película de Almodóvar fuera de nuestro país. Y Nacho Vigalondo encantó con 'Extraterrestre', una extraña mezcla entre comedia romántica y ciencia ficción.
De todo para todos, pero con sello de calidad. Y sólo estamos a la mitad del certamen. Toronto es sólo un ejemplo del resurgir de los festivales, a los que tendremos que volver a mirar con cien ojos, tanto para disfrutar del glamour de sus protagonistas como de las películas que recuperarán nuestro amor por el Séptimo Arte.