De orígenes húngaro-rusos, Sam Raimi dejó sus estudios en la Michigan State University para rodar una película que acabaría convertida en un clásico del cine de terror y que revolucionó la concepción que, a principios de los ochenta, se tenía de los films de bajo presupuesto.
Fue gracias a 'Posesión infernal' que el nombre de Raimi empezó a ser conocido. Amigo de la infancia de Bruce Campbell, a quien convertiría una suerte de muso gracias a su personaje de Ash Williams, su afición por el cine se había materializado desde pequeño, cuando se familiarizó con las películas en Super 8.
Más allá del Necronomicón
Con dieciséis películas a sus espaldas, su labor dentro de la industria ha sido más que la de un realizador, pues Raimi también se ha labrado una carrera como productor, sobre todo del tipo de género con el que saltó a la fama.
Habiendo creado una trilogía de culto de la talla de 'Evil Dead', supo reinventarse haciendo su personal incursión en el cine de superhéroes gracias a la trilogía 'Spider-Man', y en su currículum ha habido desde westerns hasta títulos románticos. Sin embargo, han sido sus incursiones en el fantástico las que más alegrías le han dado a Sam Raimi, director cuya carrera repasamos en el presente especial seleccionando sus diez mejores trabajos.
Lo mejor de Sam Raimi
'Premonición'
En el 2000 no fuimos pocos quienes quisimos olvidarnos de la incursión de Sam Raimi en el cine romántico, género en el que había probado suerte en 1999 con la insulsa 'Entre el amor y el juego', aquella en la que Kevin Costner era una estrella del béisbol que debía lidiar con una crisis matrimonial.
Por ello, abrazamos con ansia 'Premonición', el regreso al terror sobrenatural del director en el que Cate Blanchett encarnaba a una médium con la que contactaba la policía para investigar la extraña desaparición de Katie Holmes (un aviso de lo que pasaría con la carrera de la ex mujer de Tom Cruise).
El resultado no acabó por contentar a un público que esperaba algo más de Raimi que una historia con intriga y apariciones en la que también deambulaban Giovanni Ribisi, Keanu Reeves y Hilary Swank.
'Spider-Man 2'
Con el brutal éxito de 'Spider-Man' a sus espaldas, en 2004 Tobey Maguire volvía a ponerse en la piel de Peter Parker.
200 millones de presupuesto para representar en pantalla el enfrentamiento del héroe neoyorkino contra un villano mítico de las historietas del trepamuros, el Dr. Octopus (encarnado por Alfred Molina).
'Spider-Man 2' no logró superar la barrera de los 800 millones de recaudación como su predecesora, pero sí acabó de asentar lo que parecería ser una franquicia cinematográfica a la que le quedarían muchos años de vida. Hasta que llegó 'Spider-Man 3'.
'Darkman'
Mucho antes de que Sam Raimi se encargase de dirigir la trilogía de 'Spider-Man', hizo sus pinitos en el cine de superhéroes con un título que pretendía rendir homenaje a los Monstruos Clásicos de la Universal.
Nacido después de que el propio realizador no se pudiese hacer con los derechos para poder adaptar a Batman (sería Tim Burton quien acabaría dirigiendo 'Batman') ni a La Sombra (que en 1994 llegaría de la mano de Russell Mulcahy), 'Darkman' fue e antihéroe que encarnó Liam Neeson en 1990 (en sus dos secuelas, totalmente prescindibles, el papel fue retomado por Arnold Vosloo).
La película ganó los premios a Mejor Director y a los Mejores Efectos Especiales en la edición de 1990 del Festival de Sitges, y se alzó como una original propuesta de espíritu pulp a la que el paso de los años le ha sentado bien y remarca que Raimi es uno de los realizadores de género más interesantes de su generación.
'Ash vs. Evil Dead'
Pese al rotundo éxito que 'Ash vs Evil Dead' ha otorgado a Starz, el canal por cable por el que lleva emitiéndose desde 2015, parece que la intención de Sam Raimi no va más allá de haber querido resucitar a un mito del género como Ash Williams, gracias a la total entrega de un Bruce Campbell totalmente absorbido por el personaje que ha marcado su carrera.
Y es que la serie funciona a la perfección entendiéndola dentro del universo cómico-terrorífico que Raimi conjugó en 'Posesión infernal 2: Terroríficamente muertos', al cual viene a referirse en repetidas ocasiones a modo de guiños y con cierto abuso por la nostalgia. Sin embargo, más allá del chascarrillo y el abuso de sangre (digital), el triunfal regreso del Necronomicón y todos sus males se entiende mejor como anécdota que como ejemplo clave en la filmografía de Sam Raimi, quien ejerce como productor ejecutivo y creador de la serie.
'El ejército de las tinieblas'
La tercera entrega cinematográfica de las aventuras de Ash (Bruce Campbell) nos llevaba hasta la Inglaterra del siglo XIV, lugar al que el héroe era teletransportado por culpa del Necronomicón y donde se convertiría en la última esperanza para combatir a las fuerzas del Mal.
Convertida en película de culto tras su irrupción en el mercado doméstico, 'El ejército de las tinieblas' elevó a la máxima potencia el universo que Sam Raimi había comenzado a idear más de una década atrás, y la cual conjugó a la perfección la comedia de terror con elementos propios de los mitos artúricos, 'Jason y los Argonatas', 'Los viajes de Gulliver' y 'Conan, el bárbaro'.
Una delicia que muchos se atreven a tachar como "placer culpable".
'Terroríficamente muertos'
Cinco años después de su debut, Sam Raimi quiso relanzar su carrera tras el fracaso que había supuesto su anterior película, 'Crimewave' (cuyo guion habían escrito Ethan y Joel Coen). Para ello, retomó a Bruce Campbell como Ash Williams y volvió a llevar a la cabaña del bosque en la que tan mal lo pasó en 'Posesión infernal'.
Debido a algunos problemas con los derechos, Raimi contó de nuevo la historia que había planteado en su ópera prima durante la primera mitad de 'Posesión infernal 2: Terroríficamente muertos', título en el que el humor negro y el slapstick acabaron por eclipsar al completo la formulación de terror de serie B de su predecesora.
'Arrástrame al Infierno'
Hay que echar la vista atrás el 2009 para encontrar el último gran título que Sam Raimi nos ha dejado. Conjugando a la perfección el humor y la comedia que tan bien le fueron en la primera etapa de su carrera, presentó al mundo su particular historia de horror sobrenatural con espíritu vengativo bajo el nombre de 'Arrástrame al infierno'.
Protagonizada por Alison Lohman y Justin Long, cuenta cómo Christine Brown (Lohman), ávida por escalar puestos en su trabajo en un banco, deja en evidencia a la señora Ganush (Lorna Raver), quien acabará perdiendo su casa y lanzando una maldición sobre la joven.
Jumpscares, algunas de las mejores aportaciones a la galería del terror de los últimos años, una cabra parlante y mucha mala baba, están presentes en la última gran película de Raimi, título que no es extraño ver entre las listas de las mejores películas de terror de lo que llevamos de siglo.
'Spider-Man'
Seamos sinceros: gracias a 'Spider-Man' llegó la esperanza para las adaptaciones cinematográficas de Marvel Comics. Cierto es que hacía poco que se habían estrenado 'Blade' y 'X-Men', pero el título de Sam Raimi fue el que acabó de abrir la veda a las posteriores adaptaciones que llegaron (previas a la creación del Universo Cinematográfico Marvel).
Con un guion de David Koepp ('Parque Jurásico', 'Misión imposible'), la primera adaptación de estudio del trepamuros (llevado antes a la pantalla en 1977) le enfrentó a uno de sus enemigos más carismáticos, el Duende Verde, protagonizado por Willem Dafoe).
Tobey Maguire se convertía en el Peter Parker para toda una generación y Kirsten Dunst hacía lo propio con Mary Jane Watson en un título que, pese a las tres reinvenciones que ha habido del personaje en menos de 15 años, sigue siendo uno de los mejores de superhéroes de todos los tiempos.
'Posesión infernal'
Con un presupuesto total que no llegó a alcanzar los 400.000 dólares, a finales de la década de 1970 Sam Raimi se embarcó en lo que acabaría siendo su ópera prima, 'Posesión infernal', la cual surgió de un cortometraje llamado 'Within the Woods' que había rodado en 1978.
Además de convertirse en uno de los emblemas ya clásicos para el género y sentar las bases de todas las películas de terror futuras ambientadas en cabañas en el bosque, la película de Raimi dejó claro el espíritu referencial que el cineasta tenía presente a la hora de llevar a cabo su debut cinematográfico, estando seguro en el momento de su gestación que estaba ante un film que acabaría pasando a la historia.
New Line, la compañía encargada de la distribución, no vio que estaba ante un hito hasta que durante la noche del estreno, varios cines agotaron sus entradas y la gente no paraba de hablar de ella. 'Posesión infernal' se convertía en un éxito indiscutible, recaudando el 25% de su totalidad en los autocines. "La película era la quintaesencia de los drive-in", afirma el realizador .
Ni el escaso presupuesto, ni los problemas de rodaje, ni lo de ser un producto realizado sin ningún tipo de respaldo económico por parte de ninguna productora, pararon a uno de los títulos que parecían destinados a convertirse en uno de los imprescindibles del cine de terror. Y su éxito vino dado gracias a la clara autoconsciencia de cine de puro género que lleva intrínseca, erigiéndose como ejemplo idóneo de película de terror de serie B.
'Un plan sencillo'
Bridget Fonda, Billy Bob Thornton y Bill Paxton protagonizaron en 1998 la que se ha convertido en la obra más redonda de Sam Raimi, título que estuvo presente en todas las quinielas de premios en su año y que nos llevaba hasta una América profunda que el realizador consiguió retratar de forma magistralmente sórdida.
Con 'Un plan sencillo' Raimi no solo consiguió redimirse de la crítica tras el bochornoso western 'Rápida y mortal' junto a Sharon Stone, sino que adaptó a la perfección la novela de Scott B. Smith (quien guionizó su propio trabajo, como haría también con se sehunda y última novela, 'Las Ruinas') y acabó presentando uno de los mejores thrillers contemporáneos, en clave neo-noir.
Gran joya que fue un fracaso comercial pero que la crítica no se cansó de reivindicar desde el primer momento. Ya va siendo hora de que se le reconozca como intachable producto cinematográfico que es.