Considerado uno de los hombres más atractivos del star-system, a sus 44 años, Hugh Jackman se ha ganado indiscutiblemente la simpatía del público y la confianza de los estudios. Este versátil intérprete, formado como bailarín y cantante de musicales en el teatro, alcanzó el éxito de masas en el año 2000 al encarnar al mutante Lobezno en la saga 'X-Men' que inició Bryan Singer y que desató la fiebre hollywoodiense por las adaptaciones al cine de los comics de Marvel. Pero más allá de esta taquillera franquicia, Jackman posee una interesante carrera que le ha unido a cineastas de la talla de los que siguen. Este es un pequeño repaso a sus trabajos con varios de los directores más respetados del panorama actual.
Cinco cineastas - cinco personajes
Woody Allen (Scoop, 2006)
Jackman interpreta, a las órdenes del genio neoyorquino, a un rico y apuesto galán sospechoso de asesinato en la divertida comedia detectivesca 'Scoop', en la que una astuta reportera interpretada por Scarlett Johansson, trata de resistirse a sus encantos mientras husmea en su intimidad en busca de los rastros de un crimen. El actor luce su lado más seductor y atractivo en un papel a su medida, dentro de una comedia menor en la filmografía de su autor, pero tremendamente efectiva.
Darren Aronofsky (La fuente de la vida, 2006)
El melodrama filosófico-existencialista de Aronofsky, polarizó a la crítica cinematográfica como pocos films de su año. Hugh Jackman interpreta a un hombre que viaja en el tiempo en busca del árbol de la vida para poder salvar a su esposa (Rachel Weisz) de una enfermedad terminal. Entre la reflexión inspiradora y el delirio espiritual, 'La fuente de la vida' tuvo una mala acogida inicial en su estreno en el Festival de Venecia, pero el tiempo la ha elevado a categoría de cult-movie.
Christopher Nolan (El truco final, 2006)
Jackman se enfunda aquí la indumentaria de mago de principios del siglo XX en busca del truco perfecto y en eterna rivalidad con su archienemigo Christian Bale. Película de endiablada lógica narrativa y notables resultados, en la que el duelo (también interpretativo) de los protagonistas se convierte en un aliciente más. Si bien su estimulante colaboración con el reputado Nolan no fue el gran éxito comercial esperado, artísticamente el logro no es en absoluto menor.
Baz Luhrmann (Australia, 2008)
Nuestro hombre aterriza en el megalómano proyecto australiano de Luhrmann para desbloquearlo, tras el abandono de un Russell Crowe harto de esperar la resolución de los múltiples problemas de pre-producción del film. A pesar de un resultado irregular -glorioso en lo visual, para muchos decepcionante en casi todo lo demás- y de una dudosa química con su amiga y compatriota Nicole Kidman, la película, una reivindicable épica desvergonzadamente kitsch y un fracaso en taquilla en toda regla, le dio la oportunidad a Jackman de lucirse como galán romántico y héroe de una vistosa aventura en parajes exóticos.
Tom Hooper (Los miserables, 2012)
El Jean Valjean de la ambiciosa adaptación cinematográfica del célebre musical, es a día de hoy el papel más importante de la carrera del actor australiano. Nominado al Oscar y ganador del Globo de Oro por su estupendo trabajo -notable en lo vocal, excelente en lo dramático- Jackman se confirma como un intérprete de peso, cuya fuerza está lejos de residir únicamente en su presencia física. El gran éxito comercial del film, por el que además le llueven nominaciones y premios, supone un punto álgido en la trayectoria del intérprete, que ya había exhibido sus dotes para el musical ejerciendo de (magnífico) maestro de ceremonias en la gala de los Oscar de 2009.