El primer tráiler de 'Logan' nos dejó a todos con ganas de más. Algunos críticos afortunados ya han podido disfrutar de sus primeros 40 minutos de metraje, y la mayoría coincide en que se trata de la mejor película de la trilogía de Lobezno. Mientras el público general espera su estreno, Fox va publicando imágenes de la película de vez en cuando.
Compartida en la cuenta oficial de Instagram de la película, la fotografía en blanco y negro (como es habitual) muestra un primer vistazo al Doctor Zander Rice. El personaje al que da vida Richard E. Grant es lo único que vemos en la imagen, manteniendo una cara que parece comunicar desprecio.
Un enemigo conocido
Zander Rice es un personaje que ya ha aparecido en los cómics de Lobezno. Es hijo de Dale Rice, que trabajó en el proyecto Arma X original, y continúa con el legado de su padre. Rice es el científico detrás de la creación de X-23 (Laura Kinney), la clon de Lobezno que ya hemos visto en el tráiler y a quien interpreta Dafne Keen.
Logan tendrá que salvar a Laura del malvado doctor, que experimentó con ella para repetir el éxito de su padre con el mutante al que da vida Hugh Jackman. Para ver si los dos héroes se vengan de este villano tendremos que esperar hasta marzo de 2017, cuando se estrene la cinta.
'X-Men', de peor a mejor
'X-Men Orígenes: Lobezno'
Convertido en superestrella internacional gracias a las garras más famosas del cine contemporáneo, estaba claro que, más pronto que tarde, Hugh Jackman y su álter ego Lobezno iban a tener una película independiente. Esta llego en 2009 con Gavin Hood ('Tsotsi') tras las cámaras, tres años después del (aparente) cierre en falso de la (entonces) trilogía 'X-Men': ¿qué mejor que seguir alimentando a la gallina de los huevos de oro que con el más carismático de los superhéroes mutantes como estrella indiscutible de la función? Sin embargo, y aunque el film contaba con una buena cantidad de mimbres que prometían un buen resultado, 'X-Men Orígenes: Lobezno' resultó ser excesivamente irregular, con algunos aciertos (Liev Schreiber, Danny Huston) y demasiados errores de construcción de guion, ritmo narrativo desacertado y personajes que poco o nada aportaban a la trama (¿qué pintaba Taylor Kitsch como Gambito?). Vergüenza ajena daba ver a un silente Ryan Reynolds encarnando a un sosías de Deadpool; ahora, resulta divertido ver al mismo actor resarciendo al personaje gracias a la exitosa y gamberra película homónima estrenada hace apenas unos meses.
'La decisión final'
Cuando Bryan Singer anunció que dejaba la saga tras 'X-Men 2' para intentar resucitar a otro superhéroe de su infancia, Superman, muchos se temieron que una saga que iba viento en popa pudiera embarrancar, más aun cuando se supo que el inconsistente Brett Ratner ('Hora punta', 'El dragón rojo') sería quien cogiese el relevo y firmaría la tercera entrega. En esta ocasión, los augurios fueron más que acertados: 'X-Men 3: La decisión final' planteaba conflictos que borraban de un plumazo el espíritu de la ya construida mitología (al enfrentar a mutantes que consideraban sus habilidades como especiales frente a otros que las veían como enfermedades), introducía personajes de irregular carisma (Ellen Page/Kitty Pryde y Ben Foster/Angel compensaban en parte la insólita presencia del cómico Kelsey Grammer/Bestia y del exfutbolista Vinnie Jones/Juggernaut) y, lo que es peor, eliminaba a algunos de los veteranos con los que nos habíamos encariñado fielmente. Tiene momentos que han sido obviados deliberadamente en posteriores entregas: ahí está ese prólogo con Ian McKellen y un andante Patrick Stewart que, cronológicamente, no habría dónde calzarla en la toda la serie. En su momento fue considerada una película "matafranquicias". Menos mal que luego llegó Matthew Vaughn y la 'Primera generación' como bote salvavidas.
'Lobezno Inmortal'
La segunda y (por poco tiempo) última aventura en solitario de Hugh Jackman/Lobezno (ya se ha anunciado una tercera entrega para 2017) intentó apostar sobre seguro poniendo a los mandos a un director con cierta reputación, James Mangold ('Inocencia interrumpida', 'El tren de las 3:10'), y con un guion inspirado en la serie nipona del héroe que Chris Claremont, John Byrne y Frank Miller publicaron para Marvel en los años ochenta. Sin embargo, y a pesar de que no era muy difícil superar las terribles sensaciones que nos había dejado la cinta de Gavin Hood, en cierto modo esta no-secuela (se sitúa cronológicamente después de 'La decisión final', no de 'Orígenes') es casi tan decepcionante como su antecesora, tomándose licencias difícilmente explicables (el amnésico Logan recuerda un episodio vivido en la II Guerra Mundial) y rodeando al protagonista de personajes sin punch. Como entretenimiento banal, 'Inmortal' cumple su función, pero resulta del todo inocua tanto si la ves como blockbuster individual como dentro de la franquicia 'X-Men'. Intrascendente.
'X-Men'
En el año 2000, Marvel no era sino la sombra de aquella editorial que había inundado nuestros sueños infantiles con coloristas tebeos de superhéroes. Y nadie se atrevía a llevar a éstos a la gran pantalla: el 'Capitán América' de Albert Pyun (1990) era para echarse a llorar, el 'Spawn' de Mark A.Z. Dippé (1997) había espantado a público y crítica, y Joel Schumacher había descalabrado a Batman con sus dos entregas de purpurina y láseres discotequeros. El joven Bryan Singer, que había sorprendido con sus tres primeros trabajos ('Public Access', 1993; 'Sospechosos habituales', 1995; y 'Verano de corrupción', 1998), convenció al matrimonio Richard Donner-Lauren Schuler para que le produjeran su visionaria aventura mainstream con los mutantes 'X-Men' (o 'Patrulla X', como los conocíamos por aquí) como protagonistas. Órdago a la grande con un presupuesto medio-bajo para los estándares de Hollywood (75 millones de dólares) y un reparto entonces semi desconocido para una cinta que se convirtió en todo un éxito de público gracias a su espíritu jovial y desenfadado y que, a pesar de algunas evidentes limitaciones (tanto artísticas como técnicas), no podemos dejar de verla con mirada cómplice y cariñosa, pues supuso la primera piedra de un auténtico boom que, más de tres lustros después, domina el mercado internacional del Séptimo Arte.
'Días del futuro pasado'
¿Por qué queda la sensación de que 'Días del futuro pasado', siendo una notable película de superhéroes, podía haber sido mucho más apoteósica? Apuntamos varios factores: primero, que tras el justificado subidón que nos produjo la 'Primera generación' de 2011 (título que, incuestionablemente, resucitó a la saga), quien más y quien menos acogía con quizá demasiado entusiasmo esta continuación directa; segundo, a pesar de que el aplaudido Matthew Vaughn no volvería a sentarse en la silla de director, los 'X-Men' recuperaban a su padre fílmico, Bryan Singer; tercero, la mezcla de los dos castings de la serie (Hugh Jackman, Patrick Stewart, Ian McKellen o Halle Berry por un lado; James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence y Nicholas Hoult por el otro) en una trama de viajes en el tiempo con el inconformista Lobezno a modo de bisagra, más la incorporación de Peter Dinklage ('Juego de tronos'), villano y macguffin a la vez, no hicieron sino disparar el hype en torno a la película. ¿El resultado final? Quizá le colapsan algunas escenas mastodónticas (Magneto levantando un estadio entero) y una doble trama paralela en distintos momentos de una línea temporal, cayendo repetidamente en paradojas difícilmente explicables; pero aún hace gala de escenas excepcionales (ese momentazo de Quicksilver en la cocina del Pentágono) y de personajes arrebatadores. Si tenéis ocasión, echad un vistazo a 'Rogue Cut', un montaje sutilmente diferente a la versión comercial lanzado en formato digital por el propio Singer y que, con unos pocos minutos más de metraje y la necesaria aparición de Pícara (Anna Paquin), mejora ostensiblemente a lo visto en salas.
'Primera generación'
Tras el amargo sabor de boca que nos había dejado Brett Ratner con 'X-Men: La decisión final' (2006) y Gavin Hood con el primer spin-off en solitario de Hugh Jackman, 'X-Men orígenes: Lobezno' (2009), muchos dieron por condenada la serie. El anuncio de que Matthew Vaughn ('Stardust', 'Kick-Ass') pondría en marcha una especie de reboot con algunos mutantes en plena efervescencia adolescente parecía, a priori, el clavo que terminaría de sellar el ataúd de la gallina de los huevos de oro de Marvel/Twentieth Century Fox. Sin embargo, en una jugada muy astuta, 'Primera generación' no solo tuvo la habilidad de mostrar con ingenio, frescura y buen humor los primeros pasos del profesor Charles Xavier (James McAvoy) y de Raven Darkholme/Mística (Jennifer Lawrence), o de cimentar el turbio pasado de Erik Lensherr/Magneto (Michael Fassbender) que apenas se había esbozado en el primer film de Bryan Singer, sino que además ambientó la trama dentro de un contexto histórico tan inestable y a la vez tan poco conocido por el gran público como la Crisis de los Misiles en Cuba de octubre de 1962. Un espléndido guion trufado de escenas antológicas (atención al episodio en Argentina) al servicio de una excelente producción que se benefició de un magnífico reparto con Kevin Bacon como supervillano y con la (discreta) aportación de nuestro Álex González.
'X-Men 2'
La esperada secuela de la exitosa 'X-Men' (2000) tardaría tres años en llegar de la mano del mismo director de la primera entrega, Bryan Singer, y con prácticamente idéntico reparto más las celebradas incorporaciones de Brian Cox como el coronel William Stryker, posiblemente el mejor villano de toda la serie, y Alan Cumming en el papel de Rondador Nocturno, uno de los mutantes más aplaudidos de la saga y que, sin embargo, no ha vuelto a aparecer hasta 'Apocalipsis' (2016). Quienes esperaban una continuación en la misma línea de entretenimiento liviano y juvenil que ofrecía la antecesora, se encontraron con una compleja cinta de acción con sorprendentes giros en la trama (traiciones insospechadas, alianzas inesperadas), revelaciones en la cronología 'X-Men' (empiezan a esbozarse algunas respuestas sobre el misterioso pasado de Logan/Lobezno) y, sobre todo, un potente subtexto como alegato a favor de la diversidad y la libertad de identidad individual y en contra de los prejuicios sociales. Al fin y al cabo, ¿qué es un mutante, sino alguien a quien el entorno le obliga a esconder su naturaleza? Hasta la fecha, la más redonda y uno de los mejores cómics cinematográficos jamás realizados.