'Los asesinos de la luna' son 3 horas y 26 minutos de pura crudeza, de una violencia implícita que enturbia todo el ambiente hasta hacerlo triste, frustrante y apesadumbrado. Pero, rebuscando en sus 206 minutos, de vez en cuando encontramos pequeñas rendijas de luz entre tanta oscuridad, diseñadas para aligerar y rebajar la tensión creciente.
Uno de esos momentos transcurre en la primera hora, cuando la historia entre Ernest y Mollie Burkhart, es decir, entre Leonardo DiCaprio y Lily Gladstone, empieza a tejerse. Ernest comienza a trabajar en el Condado Osage como chófer privado de Mollie. Es a través de esa relación conductor-cliente cuando surgen sus primeras charlas, sus primeros recuerdos juntos.
Aunque Mollie es reacia a profundizar más en su relación con él, finalmente la dicharachera forma de ser de Ernest (y sus ojos, como admite más adelante) termina conquistándola. Un momento clave en esta relación surge cuando Ernest pregunta a Mollie si tiene otros pretendientes con los que competir. Ella le responde con una palabra en lenguaje Osage, a lo que Ernest responde al instante: "No sé lo que has dicho, imagino que 'apuesto diablo' en indio".
Pues bien, en una rueda de prensa con motivo del estreno de la película, Martin Scorsese ha revelado que esta salida pícara de Burkhart no estaba en el guion. Es decir, que se trata de una improvisación de DiCaprio, al igual que la sincera risa de Lily Gladstone al oírlo. "En ese momento estás viendo la relación real entre los dos actores", ha comentado el director.
Las peleas por la improvisación
Esta improvisación de DiCaprio aporta un plus extra al personaje y a la obra, y la risa de Gladstone completa una escena impecable, y prueba de ello es que Scorsese la usara en la película. Sin embargo, el cineasta terminó exhausto ante la necesidad constante del actor de salirse del guion.
En una entrevista para Wall Street Journal, Scorsese ha hablado sobre las "interminables" charlas y discusiones con DiCaprio por su empeño en la improvisación, algo que molestaba realmente a su compañero de reparto, Robert De Niro: "Cada vez que improvisaba, Bob (De Niro) y yo nos mirábamos y poníamos los ojos en blanco. Y le decíamos de nuevo: 'No necesitas ese diálogo'".