Dos chicos avanzan hacia la cámara en un plano secuencia que se ve interrumpido por el sonido violento de unas guitarras eléctricas y por un rojo puro sobre el cual se imprimen los títulos de crédito. Un arranque potente. Intuimos que nada puede acabar bien cuando vemos a los dos jóvenes inmigrantes armados con una escopeta.
Amat Escalante pertenece a esa nueva estirpe del cine mexicano liderada por Carlos Reygadas (aquí como productor): formas exquisitas y un planteamiento radical. 'Los Bastardos' sigue la senda de 'Funny Games': dos chicos, una casa, una puesta en escena incómoda y el peso de la violencia.
En dos palabras: obra maestra.
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