El biopic es sin duda uno de los formatos más explotados en la industria cinematográfica norteamericana, quizá porque la habitual simplificación de sus mecanismos narrativos (inicios-ascenso-caída-redención) permite su fabricación en cadena con el único -aunque determinante- distintivo del personaje concreto en el que centre su interés. Otorga además a los intérpretes implicados la posibilidad de abordar laboriosos ejercicios de mimetización que, con un poco de fortuna, se convierten en gancho fácil de cara a la muy rentable carrera por los premios de la industria.
A veces, no demasiadas, algún cineasta intrépido se atreve a romper los corsés del género huyendo de esa molesta tendencia a la hagiografía que dirige el biopic hacia el publirreportaje condescendiente. Y en ocasiones es el propio personaje retratado, por su extraordinaria singularidad, el que permite al film alzarse sobre la mediocridad de una plantilla genérica. Es en esta singularidad en la que queremos centrarnos en este artículo para destacar una pequeña muestra de biopics que, bien por la extravagancia de sus protagonistas o por la audacia de sus responsables, traspasan la frecuente tibieza del biopic para erigirse en obras singulares.
A continuación, siete ejemplos de biopics tan rocambolescos como cautivadores. ¿Qué otros títulos añadiríais a esta lista?
Los biopics más rocambolescos
'Atrápame si puedes'
Spielberg ha sido tradicionalmente asociado por cierta crítica a un tipo de cine adocenado y comercial, cuyos márgenes ha trascendido en suficientes ocasiones a lo largo de su carrera como para seguir soportando la etiqueta de cineasta conservador. El Rey Midas de Hollywood abraza aquí la peculiar figura de Frank Abagnale, un escurridizo maestro de la estafa que puso en jaque a la policía durante décadas mientras emprendía un viaje emocional de destino incierto.
El film no se queda en la mera anécdota y, más allá del enfoque lúdico de la historia y de su lujoso envoltorio, reserva espacio para sumergirse en la psicología de un personaje fascinante a través del muy spielbergiano leit motiv de una frustrada relación paterno-filial. Pocas veces Leonardo DiCaprio ha estado más convincente que en la piel de este cautivador farsante.
'Man on the Moon'
El peculiar cómico Andy Kaufman permitió a Jim Carrey reivindicarse como actor válido, más allá de sus habituales patochadas, y llevarse un merecido Globo de Oro al mejor actor de comedia. Un mérito que no quiso reconocer la Academia de Hollywood, que excluyó al actor canadiense de la lista de nominados al Oscar aquel mismo año.
El cineasta checo Milos Forman reproduce la tortuosa carrera de este outsider del humor utilizando el lenguaje cinematográfico para reproducir el espíritu rompedor de su protagonista. Forman juega a introducir los créditos finales en la primera escena en la que el protagonista nos invita a dejar de ver el film, e intercala metraje en super 8 en el episodio de infancia de un sorprendente biopic que hace justicia a un personaje de extraño atractivo.
'Ed Wood'
El que es considerado el peor director de la historia del cine merecía por supuesto su particular biopic, no ya por el dudoso honor de ostentar ese título, sino por su excéntrica personalidad y una desastrosa vida privada a juego con la calidad de su filmografía.
Tim Burton reproduce con cariño a través del rostro de un excelente Johnny Depp, la figura de este cineasta, retratándolo como un incomprendido visionario de una subcultura trash que años más tarde reivindicarían no pocos fans de la serie Z. La película explora sus complejas relaciones con la industria y con las mujeres e incluso sus peculiares fetiches. Paradójicamente, este es un film magnífico sobre un cineasta deplorable.
'American Splendor'
Paul Giamatti encarna al escritor y dibujante Harvey Pekar, autor de un celebrado cómic de culto de carácter autobiográfico, cuyo primer volumen fue publicado en 1976 con la inestimable colaboración de Robert Crumb. Los problemas familiares y la anodina vida del esquivo protagonista, aderezada por reflexiones filosóficas y referencias contraculturales que atacan el American Way of Life, centran esta aclamada adaptación a cargo de Robert Pulcini y Shari Springer Berman.
La película propone un atractivo cruce entre realidad y ficción, con un inteligente uso del metalenguaje y unos atrevidos juegos de montaje que introducen en el plano elementos propios de la viñeta. Un biopic hábilmente experimental en el que resulta difícil averiguar cuánto hay de verdad en el autoretrato de Pekar, más aún tras pasar por el filtro de su adaptación cinematográfica.
'La escafandra y la mariposa'
El siempre excelente Mathieu Amalric se enfrenta aquí al reto de encarnar a Jean-Dominique Bauby, exitoso editor de una revista de moda francesa que ,tras sufrir un infarto, desarrolló el llamado síndrome de enclaustramiento, pudiendo expresarse únicamente gracias al parpadeo de uno de sus ojos. Con esta exigua vía de comunicación, Bauby logró incluso producir un inspirador libro sobre sus vivencias.
Julian Schnabel da una auténtica lección de audacia a la hora de abordar una historia que podría haber sido carne de biopic lacrimógeno. Sin regodearse en el sufrimiento ni adoptar las perezosas formas del relato de superación, Schnabel opta por la arriesgada decisión formal de un relato en primera persona desde la perspectiva óptica y psicológica del protagonista. La película es tan perturbadora como fascinante.
'Acordes y desacuerdos'
Woody Allen ya jugaba en los 80 al falso documental con la estupenda 'Zelig' que relataba la increíble historia de un camaleónico y enigmático personaje presente en los acontecimientos históricos más insospechados. Unos cuantos años más tarde, Allen aprovecha su condición de melómano para narrar la vida de Emmet Ray, un guitarrista de jazz a la sombra del célebre Django Reinhardt. Tan a la sombra que era de hecho absolutamente ficticio.
Un sobrio y convincente Sean Penn da vida a este artista de aire canallesco al que la estructura del film (con insertos de entrevistas a diferentes personalidades) pretende hacer pasar por una figura auténtica. A pesar de ser una mera fábula, se trata de un fascinante relato sobre el reverso del éxito, con un magnético personaje central
'I´m Not There'
¿Cómo retratar a un genio tan inabarcable e inaccesible como Bob Dylan? El ambicioso cineasta Todd Haynes propone como solución a este gran desafío, una visión coral del personaje a través de las distintas facetas que han marcado su Carrera y su vida personal, en un atrevido retrato múltiple del músico de Minnesota.
Actores tan variopintos como Cate Blanchett, Heath Ledger, Christian Bale, Richard Gere o Julianne Moore encarnan los diversos rostros del más admirado artista folk norteamericano de nuestro tiempo en un ejercicio arriesgado que termina por justificar su artificio como único método posible para abarcar con justicia el inmenso legado de Dylan.