Para enumerar con justicia la cantidad de trabajos memorables que ha firmado Willem Dafoe a lo largo de su trayectoria necesitaríamos más de un especial. Y de dos. No se trata de un ejercicio de exageración, ni mucho menos, sino de la certeza absoluta de estar ante uno de esos talentos interpretativos que, de manera más que contundente, llevan escrita en su frente la palabra 'legendario'. Por cantidad y calidad.
Presencia magnética que consigue captar la atención del espectador a través tanto del gesto más forzado como del detalle más mínimo, Dafoe es un actor especial, único y radiante de personalidad. Una de esas figuras que engrandecen todas las historias en las que participan, ya sea desde un lugar protagonista o a través de un foco más secundario, marcando siempre una huella imborrable más allá de la pantalla. Resumiendo, cualquier película en la que aparezca Dafoe es automáticamente más interesante y atractiva.
Además, sucede que sus últimos años están siendo especialmente brillantes, destacando, con mucha diferencia, sus trabajos en un cine independiente que ha encontrado en él a una estrella dispuesta a aceptar cualquier riesgo y salto al vacío. Porque la valentía es otra de las muchas virtudes que atesora Willem Dafoe, un actor que, pese a ser ya historia del cine, continúa desafiando al paso del tiempo con interpretaciones que calan hasta los huesos. Más que un intérprete, algo muy parecido a un privilegio.
Los mejores papeles de Willem Dafoe
'The Florida Project'
La infancia como huida imposible, parque de atracciones repleto de minas y sueños dibujados con colores de helados derretidos. 'The Florida Project' se sitúa a la misma altura de los ojos de la inocencia y la ingenuidad para contar una de esas historias aparentemente sencillas que a la hora de la verdad, es decir, en la pantalla, explotan con toda la profundidad y el eco de la belleza y el dolor. Sean Baker construye así una obra maestra que es cine en su estado más puro, repleta de escenas y personajes inolvidables, con ese maravilloso Bobby interpretado por un pletórico Willem Dafoe a la cabeza, que se marcan a fuego en la memoria y en la piel. Nunca volveremos a ver Disney World con los mismos ojos.
'La sombra del vampiro'
Dentro del impresionante catálogo de personajes inolvidables que nos ha regalado Willem Dafoe a lo largo de su amplia trayectoria profesional, está claro que el Max Schreck de la (muy) notable 'La sombra del vampiro' tiene un aura especial, distinta, única e inclasificable. Ambientada en el rodaje de la legendaria e imprescindible 'Nosferatu', esta trama que tiene tanto de cine dentro de cine como de historia de auténtico terror, resultando espléndida en ambos frentes, constituye una de las cimas interpretativas más incontestables de un Dafoe absolutamente hipnótico, fascinante en su misterio, oscuridad y silencios. Cada una de sus miradas hiela la sangre. Un prodigio.
'Van Gogh, a las puertas de la eternidad'
Willem Dafoe es uno de esos actores que parece imposible que fallen, incluso cuando se mete en proyectos que están claramente por debajo de su nivel, y su interpretación en este biopic del legendario pintor neerlandés supone otra demostración de talento abrumador, intensidad perfectamente controlada y elegancia maestra en la gestión de los recursos expresivos. Se trata, en definitiva, de un actor de altísimo nivel haciendo lo que mejor sabe hacer de la mejor forma en la que sabe hacerlo. Sobra decir que él es el elemento más memorable de la irregular propuesta dirigida por Julian Schnabel.
'Platoon'
Lo único que provocó que Willem Dafoe no se llevara el Oscar a Mejor actor de reparto en la 59 edición de los premios Oscar gracias a su vibrante interpretación en 'Platoon', cinta que se convirtió en la gran triunfadora de la noche gracias a sus 4 estatuillas, incluyendo Mejor película y director, fue Michael Caine. Palabras mayores. El actor británico le arrebató el galardón con su incontestable trabajo en la obra maestra 'Hannah y sus hermanas' y Dafoe tuvo que aceptar con honor su derrota. Eso sí, más allá de premios, queda para la historia del cine una interpretación que nace en las entrañas y desemboca en la más desoladora de las emociones. Un Dafoe soberbio con o sin Oscar.
'Spider-Man'
A falta de uno, tres han sido los Duendes Verdes que han pasado ante nuestros ojos a lo largo de estas casi dos décadas de saga cinematográfica arácnida. Empezando por Willem Dafoe, pasando por James Franco y terminando, en todos los sentidos, en Dane DeHaan. ¿El mejor de todos ellos? La duda ofende.
Dafoe aportó una energía maligna, un carisma notable y una sensación real de perversión al personaje en 'Spider-Man', que ni un correcto (y ya) DeHaan ni, sobre todo, una de las versiones más perezosas y aburridas posibles de Franco, consiguieron. Aquel primer encuentro con Norman Osborn es el que sigue contando como referencia real, auténtico material digno de aplauso envenenado.
'El paciente inglés'
Cada una de las apariciones de Willem Dafoe en la excelente 'El paciente inglés', una de esas muestras de cine profundamente clásico que siguen recibiendo ovaciones cerradas con todo merecimiento a pesar del paso del tiempo, se cuenta como otro pequeño gran éxito. Y es que, dentro de una cinta que es puro fuego en su interior, el actor, en un papel secundario, consigue equilibrar siempre la balanza entre la pasión y el dolor, la furia y el temblor, el desgarro y la locura. Un personaje maravilloso al que Dafoe se entrega en cuerpo y alma, es decir, con la contundencia y el talento que le caracteriza.
'Posibilidad de escape'
Escrita y dirigida por el legendario Paul Schrader, 'Posibilidad de escape' se consideró desde el mismo día de su estreno, y con toda justicia, una especie de 'Taxi Driver' protagonizada por un camello solitario, un alma perdida sin redención ni venganza, un corazón roto al que le pesa el pasado, le duele el presente y no le contesta a las súplicas el futuro. Un fantasma y un lobo hambriento de fantasmas interpretado por un excelso Willem Dafoe que consigue inyectar humanidad, fragilidad y melancolía a uno de esos personajes que nacen para permanecer en la memoria cinéfila. Una gran película liderada por un actor absolutamente arrollador. Uno de los trabajos más incontestables de la carrera de Dafoe.
'El Gran Hotel Budapest'
'El Gran Hotel Budapest' es el trabajo más melancólico y, al mismo tiempo, divertido y familiar que ha firmado Wes Anderson hasta la fecha. Más allá del diseño de producción, siempre deslumbrante, queda un catálogo de personajes encantadores, incluyendo secundarios tan fantásticos como el interpretado por un Willem Dafoe que reparte carisma arrollador en todas y cada una de sus escenas, que convierten este apasionante misterio en una mirada romántica, luminosa y nostálgica a una Europa que no volverá, al paso del tiempo y su manera de arrebatar todo menos el amor de toda una vida. Aunque sea solamente un viejo hotel que, al igual que el paisaje que nos rodea, vivió tiempos mejores. Todo lo contrario que Wes Anderson, cineasta que demostraba una vez más que vive en un permanente estado de gracia.
'Arde Mississippi'
Además de uno de los dramas sobre racismo más redondos e inspirados de las últimas décadas, 'Arde Mississippi' destaca por presentar una de esas batallas interpretativas que suponen todo un regalo para el espectador. Y es que, tanto Willem Dafoe como Gene Hackman, dúo de oro, se muestran inspiradísimos de inicio a fin en esta espléndida película dirigida por la mejor versión posible de Alan Parker, una historia desoladora en la que la pareja protagonista ofrece dos trabajos que se sitúan por encima del elogio. Química pura, elegancia sin excesos, rotundidad sin subrayados, perfección sin trampa ni cartón. Dos gigantes en pleno estado de forma.
'El Faro'
Aunque parezca increíble, es más que probable que Willem Dafoe haya entregado a estas alturas la mejor y más rotunda de las interpretaciones de su carrera. Tal cual. Y es que, desde su apabullante prólogo hasta su delirante final, 'El Faro' se rinde a los pies de un actor que traspasa la pantalla de una forma especialmente hipnótica, deslumbrante e incendiaria. Acompañado por un magnífico Robert Pattinson, Dafoe resulta terrorífico y divertido, fantasmal y carnal, loco y cuerdo, encantador y furioso. Y lo hace siempre con la precisión de un maestro, con la inteligencia de un genio y con la capacidad para hechizar al espectador de un mago. DAFOE. Con mayúsculas obligadas.
