Comencé a interesarme por la trilogía de Suzanne Collins cuando surgieron las primeras noticias de la adaptación a la gran pantalla de 'Los Juegos del Hambre'. Realmente no se vende nada mal, al menos el argumento consigue llamar la atención. Pero las novelas guardan mucho más de lo que puede parecer para ser libros destinados a jóvenes adultos.
Gary Ross tenía un trabajo relativamente sencillo, Collins había escrito el guión perfecto en el libro, si lo hubiera preferido podría haberlo adaptado al pie de la letra. Pero de la misma forma, era tremendamente fácil que se le fuera la mano con "su propia visión" o trastocando toda la historia. No se me ocurre ningún ejemplo de ello ('Harry Potter').
Por suerte, la orquestación de los septuagésimo cuartos Juegos del Hambre se merece una gran ovación por parte del público de Panem, y el nuestro propio. Su largometraje consigue ser casi idéntico al viaje al Capitolio que los lectores hicimos con Katniss y Peeta. Pero, como digo, gran parte del trayecto estaba ganado.
Estamos en Panem, antiguamente conocido como Estados Unidos. Trece distritos son gobernados por un tiránico Capitolio que se sirve de sus recursos. El Distrito 13 inicia una guerra civil, convenciendo a los doce restantes que se unan contra el gobierno. Pero no cuentan con la tecnología del Capitolio, y el Distrito 13 es exterminado, siendo el resto devueltos a una opresión mayor. Para recordarles que pueden hacer con ellos lo mismo que le ha ocurrido al Distrito 13, crean Los Juegos del Hambre. Un reality show en el que un niño y una niña de cada distrito deberá competir a muerte contra los Tributos del resto de zonas en una arena hasta que solamente quede uno. Katniss Everdeen y Peeta Mellark son los elegidos por el Distrito 12 en esta edición. "Y que la suerte esté siempre, siempre de vuestra parte".
Recapitulemos: Crítica a las dictaduras, a la propaganda, a la televisión actual y a nuestra sed de sangre y morbo, solamente en la descripción. De los que no conocieran el argumento, muchos ya tendrán algo de curiosidad. Y gracias a estos temas, que siguen muy presentes en la actualidad, no será difícil generar empatía con la protagonista y la situación que le rodea. Una sociedad futurista pero arcaica que podría dar mucho de sí pero que simplemente actúa como escenario.
El contraste entre Capitolio y distritos es palpable en una cuidada fotografía: oscuro y gris, lleno de naturaleza sin embargo, para el extrarradio; colorido, hortera y extravagante, pero artificial, en el caso del Capitolio. Es reflejo no solo de la situación, sino también de su manera de pensar. Personajes como Effie Trinkett (Elizabeth Banks) mostrarán lo superficiales que pueden ser en el Capitolio, pero también lo ignorantes que pueden llegar a ser, lo aturdidos que están por la propaganda del presidente Snow (Donald Sutherland). La pobreza será la tónica en el Distrito 12.
Jennifer Lawrence, la auténtica "chica en llamas"
Aunque el reparto esté lleno de caras conocidas, 'Los Juegos del Hambre' es la arena de Jennifer Lawrence. La actriz sale victoriosa, demostrando por fin que se puede ser protagonista de un blockbuster para jóvenes y una soberbia actriz al mismo tiempo. La pantalla es suya, y la maneja tan bien como Katniss el arco y las flechas. Hace al personaje hasta deseable, algo que Katniss nunca es capaz de conseguir en el libro. En el caso de ellos, mientras que todavía no es el gran momento de Liam Hemsworth (recordemos que es una trilogía), en el caso de Josh Hutcherson consigue un buen Peeta Mellark, sobre todo que sea el chico adorable que conquista al público con su sonrisa y amabilidad. A diferencia de para la protagonista, para el espectador es imposible desconfiar de él. Todos los demás, unos más que otros, hacen bulto alrededor sobre todo de Lawrence, siendo Donald Sutherland con el presidente Snow el más críptico y profundo, y tampoco lo hemos visto todo de él.
La trama en la novela es muy trepidante, con un comienzo muy emocionante, que se mantiene en la película. Gary Ross le da el tiempo suficiente de preparación a los antecedentes, la Cosecha de los Tributos y los entrenamientos, antes de soltar a los jóvenes a la arena. Tanto antes como durante los Juegos del Hambre, los movimientos de la cámara parecen marcarnos el nerviosismo de Katniss, o la velocidad de sus reacciones, ya que no tenemos el monólogo interior para acompañarlo. También merece una mención la buena banda sonora de James Newton Howard.
Una vez dentro de la competición, los acontecimientos suceden con rapidez, casi sin dejarnos respirar, algo que quizás en el libro no ocurre y que es un punto a favor de Ross. La relación entre Katniss y la pequeña Rue (Amandla Stenberg) o con el mismo Peeta se ve afectada por ello, y aunque tampoco sea una pérdida sustancial, habrá ciertos momentos que podrían haber eclosionado con mucha más fuerza.
La película no está recomendada a menores de doce años, y sin embargo hay partes (sobre todo al inicio del concurso) en el que se la calificación se queda hasta corta. La historia es muy cruda, y la película lo mantiene por suerte, sin regodearse en la sangre, pero con la dosis de violencia que necesita para que sintamos asco por lo que está ocurriendo mientras no apartamos los ojos de la pantalla. No quiere ser 'Battle Royale', el público es otro, pero la violencia gratuita de los Juegos quedará claramente palpable aunque cuente con el toque Hollywood.
Gary Ross se toma obviamente ciertas licencias con algunas modificaciones, pero en pocas veces casan tan bien como lo que hace él con 'Los Juegos del Hambre'. Reduciendo ciertos momentos poco importantes, o cambiando la forma de narrarlos, como es el caso de la anécdota con Peeta y una barra de pan quemada que une a los protagonistas desde pequeños, agiliza la velocidad en una película que quizás le haya quedado algo larga. Algunos personajes son obviados (la hija del alcalde) por otros con mayor peso (Séneca, interpretado por Wes Bentley) con buen resultado. El Haymitch de Woody Harrelson, eso sí, pierde "ebriedad" y se convierte en un personaje más amistoso que el bruto borrachín de la ficción.
[SPOILER] Si hay algo que echar en cara es el cambiar los mutos por simples perros gigantes, sin la modificación genética de los Tributos caídos, le resta espectacularidad. Pero mucho mejor es el cambio en la reacción del Distrito 11 tras la muerte de Rue y el homenaje de Katniss, convirtiéndose en el inicio de unos disturbios que no sólo son más impresionantes y aunque aparezcan más tarde en las novelas, marcan muy bien la evolución de Panem tras esta edición de los Juegos. [FIN SPOILER]
Todos somos bienvenidos en Panem
Si no hemos leído la novela, nos encontraremos igualmente con una aventura que nos mantendrá expectantes en casi todo momento, con altas dosis de acción que no está vacía y que cuenta con una fina telaraña a su alrededor que enriquece la historia. La violencia y la muerte están aseguradas, por eso llegará a contentar a los más exigentes. El amor, como en todas las novelas para jóvenes adultos, estará presente, pero mucho más diluido hasta casi no aparecer hasta la segunda mitad de la cinta. Además, cuenta con la ventaja que es la frialdad de Katniss, que no nos dejará ver si todo es un truco para contentar al público o si el sentimiento es real. Estamos en un concurso en el que la muerte es la principal atracción, el amor no entra en la ecuación de forma normal, y por suerte Gary Ross lo ha dejado así.
'Los Juegos del Hambre' es, en definitiva, una película que cuenta con todos los ingredientes para convertirse en el taquillazo que ya ha demostrado ser en Estados Unidos. Por fin puedo decir que se trata de una adaptación que está orgullosa de su origen, que lo cuida con mimo y no quiere hacerlo pasar por lo que no es. Por eso, la marcha de Gary Ross es muy mala noticia para la saga, ya que ha logrado crear un producto perfecto para fans y para captar nuevos adeptos, una propaganda efectiva que convencerá con ideas que nos sonarán pero que cautivarán igualmente. Y mientras que las novelas pueden ir perdiendo ligeramente algo de fuelle con 'En llamas' y 'Sinsajo', en formato película podrían ir hinchándose de forma exponencial. El heredero de su puesto lo va a tener complicado, porque "la chica en llamas" sólo acaba de iniciar su camino, y la chispa que se ha prendido ya es todo un incendio.