La cuarta jornada del Festival de Sitges nos dejó los emotivos homenajes a David Prowse, actor que dio vida a Darth Vader y que fue galardonado anoche con la Maria Honorífica del certamen, y al técnico de efectos de maquillaje Rick Baker, que obtuvo uno de los premios Máquina del Tiempo por su extensísima trayectoria. En cuanto a los films proyectados, el día estuvo marcado sin duda por la proyección de 'Love', el último film escándalo de Gaspar Noé, que fue sin duda lo más comentado entre los cinéfilos a lo largo del día. Os contamos a continuación nuestras impresiones sobre este y otros films vistos durante este lunes en Sitges.
'Love' (Gaspar Noé, Francia)
Con él llegó el escándalo. El cineasta Gaspar Noé acostumbra a llevar la polémica por donde su cine pasa y Sitges no fue una excepción. En su último trabajo, Noé cuenta la descomposición de una pareja a través de sus encontronazos personales y sexuales. Para ello, recurre a una narración desordenada y a una explicitud especialmente llamativa por la tridimensionalidad de la propuesta, que deja momentos tan impactantes como el comentadísimo plano en el que el fluído seminal amaga con empapar la platea.
Pero más allá de detalles anecdóticos, lo que intenta 'Love' es erigirse en radiografía del dolor de la pérdida, captar la desesperación ante la fugacidad del amor y mostrar la ambivalencia de la sexualidad como una droga tan terapeútica como enfermiza. Y es ahí, en el aspeto emocional, donde Noé se queda corto, resultando su vistosa parafernalia un mero barniz que abrillanta un material más bien hueco. Una pequeña decepción.
Nota: 5
'Love and Peace' (Sion Sono, Japón)
El japonés Sion Sono, uno de los homenajeados de esta edición del festival, también fue objeto de numerosos comentarios (generalmente positivos) en las proyecciones de su alocada Love and Peace, una astracanada tan graciosa como absurdamente estirada, que aún así dejará huella entre los asistentes al festival por su condición de estridente rareza.
En clave de comedia surrealista, Sono nos presenta a un perdedor con sueños de convertirse en cantante de éxito. Un día compra una tortuga a la que somete a todo tipo de juegos y a la que hace cómplice de sus irreales ambiciones. Cuando se deshace de ella y está se precipita por el retrete, va a parar a un refugio de juguetes rotos y mascotas abandonadas. Una absoluta locura con momentos deliciosos, pero que termina fatigando, víctima del histrionismo y la reiteración.
Nota: 5
'Miss Hokusai' (Keiichi Hara, Japón)
Sitges tiene una sección dedicada a la animación, pero en este caso ha querido introducir este anime en su sección oficial a concurso, una tendencia cada vez más extendida en los certámenes cinematográficos de todo el mundo, que viene a reconocer al género animado como expresión artística tan valida para emocionar como la imagen real. Más aún el anime japonés, tan dado desde hace mucho tiempo a abordar temáticas complejas y adultas sin necesidad de coartada comercial.
Sin embargo este 'Miss Hokusai', un biopic sobre la familia de un célebre pintor nipón premiado en el último Festival de Annecy', resulta frío, carente de magia y extrañamente insulso. A pesar de la belleza de sus imágenes y de ciertos momentos donde la emotividad brota de forma poética, la historia que nos presenta Keiichi Hara carece de enjundia y el resultado final es de una triste tibieza, que lo aleja de otras grandes obras contemporáneas que nos han regalado los animadores japoneses.
Nota: 5
'El cadáver de Anna Fritz' (Hèctor Hernández, España)
Tras la muy floja 'Vulcania', nos temíamos lo peor con 'El cadáver de Anna Fritz', la otra película española dentro de la competición oficial. Sin embargo, el film de Hèctor Hernández es un tan modesto como efectivo ejercicio de terror claustrofóbico, que no decepcionará a los fans del género puro. Su historia se desarrolla en el depósito de cadáveres de un hospital donde tres jóvenes "juegan" con el cuerpo sin vida de una joven y guapa actriz que acaba de fallecer.
El macguffin de la necrofilia, hábilmente colocado en el guion, pronto da paso a una historia de suspense más clásico, con una obvia referencia a la magistral 'La Soga' de Hitchcock. Y, aunque sus ambiciones disten mucho de las del maestro del género, el enredo de 'El cadáver de Anna Fritz' divierte, inquieta y se sigue con interés gracias a un guion lo suficientemente hábil para sostenerse durante sus ajustados 75 minutos con muy pocos elementos. Una nueva demostración de que el talento puede suplir la carencia de medios (y de apoyos institucionales).
Nota: 6
