"M. Night Shyamalan está de vuelta", gritan los titulares alrededor del mundo. Si le preguntas al director de 'El sexto sentido', él te dirá que nunca se ha ido. Y es verdad: incluso en su peor película, 'After Earth', había algo del estilo y el espíritu que ha bañado obras maestras como 'El protegido' y 'El bosque'.
Pero lo cierto es que 'La visita' y, ahora, 'Múltiple', están consiguiendo corregir el curso que tomó su carrera con varios fracasos de taquilla y crítica generalizada. Su última película, protagonizada por un James McAvoy que se desdobla en más de un puñado de personajes (todos dentro del cuerpo de un hombre con trastorno de personalidad múltiple), llega a los cines el 27 de enero.
Pero antes unos cuantos afortunados, entre los que se contaban "fans" como Álex de la Iglesia, Nacho Vigalondo, Eduardo Casanova y El Rubius, pudimos ver 'Múltiple' mes y medio antes de su estreno, y charlar un rato con el hombre detrás de la cortina. Hablamos de muchas cosas, entre ellas del giro de guion de turno, que supone la sorpresa más grande de la carrera del cineasta de origen hindú, pero aquí os traemos un resumen libre de spoilers. Un cinéfilo nunca se perdonaría a sí mismo destrozarle a otro la experiencia que supone el final de 'Múltiple'.
El tema de las múltiples personalidades ha fascinado a Shyamalan desde que era un niño. "Cómo de conectados están la mente y el cuerpo. No son personas en diferentes estados de ánimo, o fingiendo ser otra gente. Sus cuerpos experimentan cambios dependiendo de qué personalidad está presente", asegura el de Filadelfia. "Hay estudios científicos de casos como una personalidad que sufre diabetes mientras las demás no. Y esta personalidad necesita insulina. O personalidades que son alérgicas a los picotazos de abejas".
Ahí reside el mayor reto de James McAvoy: interpretar a un hombre de mediana edad con trastorno obsesivo compulsivo, a un pizpireto joven diseñador de moda, a una señora controladora y a un niño de 9 años algo travieso, a veces a todos ellos en la misma escena. Conseguir ya no que nos lo creamos, sino que los distingamos, y sin caer en los recursos más fáciles. "Llegué a imaginar un plano en el que James andaba sobre el agua, y en el reflejo veías a [una de sus personalidades], pero lo evité porque me gustaba la idea de que tuvierais que imaginároslo", confiesa Shyamalan.
El secreto de M. Night con sus actores
El coloquio, que duró una hora, estuvo marcado por un Shyamalan entregado y hablador. Cada pregunta se ganaba una respuesta de entre cinco y diez minutos. Pero cuando se le preguntó por su dirección de actores, y más en un reto como 'Múltiple', se notó que esta es una faceta del cine que le apasiona realmente. Y compartió cuál es su técnica a la hora de empezar a rodar: "Nunca les digo «mira allí», o «anda por la habitación». Es más ¿qué está sintiendo el personaje?", confesaba el director de 'Señales'. "Por ejemplo, el típico final de película estadounidense pastelosa en el que el protagonista gana el partido, y todo el mundo está aplaudiendo. (...) Yo lo haría así: el tío marca el último punto decisivo y su madre está aplaudiendo, y yo le susurraría a la madre, como director: «Acabas de perder a tu hijo. Ya no te necesita. Este es un gran momento para él, pero ya no está atado a ti, este es el momento en el que lo pierdes para siempre, y lo sabes». Así, cuando ella aplauda, habrá tragedia y oscuridad. Y tú no sabrás lo que está pensando, pero te va a emocionar, porque hay un equilibrio con esa especie de pérdida".
En el caso del personaje (o personajes) de James McAvoy, para Shyamalan esto era el triple de importante. "Tienes que conocer a todos estos personajes de pies a cabeza, para saber qué sienten, piensan, pretenden. El niño no es un crío gracioso, es un niño que siempre tendrá nueve años. No va a experimentar muchas cosas, así que ahí hay algo de tragedia".
El director confiesa que el trabajo no es igual con todos los actores. Ha trabajado con Bruce Willis, Mel Gibson y Joaquin Phoenix, pero también con muchos niños que estaban empezando, como es el caso de Anya Taylor-Joy, que aterrizó en el rodaje de 'Múltiple' después de su primera película, la magnífica 'La bruja'. "Cuando trabajo con niños lo que hago es decirles esto: «Acabas de hacer esto, y el personaje parece un arrogante insoportable. ¿Es eso lo que querías dar a entender? Lo que tienes que hacer es empatizar con este personaje y defenderle. Tienes que dejar de ser Anya y defenderle, ir a lo profundo. Y cuando digas "amor", piensa "odio", y cuando quieras escapar, saber que hay una parte de ti que no quiere salir de aquí». A veces doy estos pensamientos al actor, en otras ocasiones, como en el caso de James, solo tengo que provocarlos".
El director también compartió cómo él y James McAvoy trabajaron en una de las escenas más curiosas de la cinta: un momento en el que la personalidad del niño pequeño hace un baile para impresionar a Casey (Taylor-Joy). "Es una escena turbadora porque es un hombre adulto que está pensando como un niño. Pero si ves la escena de nuevo, lo que está haciendo es lo siguiente: está en una discoteca, y alguien le reta a una batalla de baile. Le empujan en el hombro, y él está en plan "no quiero bailar, no quiero bailar, tío...", y de repente accede: "venga, vale, bailaré". Y hace una coreografía que ya ha practicado muchas veces, que es sobre alguien que se convierte en zombi. Le muerden, y entonces sale la sangre, y se convierte en zombi y se acerca a ella para atacarla. Todo eso, no lo vas a saber cuando lo veas, pero sabes que él sabe eso. Que ese personaje está pensando algo. Y por eso esa escena funciona, más que como un gag. Es turbadora, y extraña, y divertida", contaba el director, antes de admitir que fue el propio actor el que dio con la historia de fondo detrás de la escena.
El hermano mayor con experiencia, en busca de inspiración
'Múltiple' es la primera película desde 'El sexto sentido' en la que Shyamalan no ha tenido música compuesta por James Newton Howard (en 'La visita', directamente no había banda sonora). Hay dos razones principales, según contó el director. La más obvia es el presupuesto. "Estas películas las he hecho con la menor cantidad de dinero posible, yo no cobro nada a menos que funcione en taquilla. Y todo el que trabaja en ellas lo está haciendo por muy poco dinero o ninguno, lo hacen por amor a la película. Así que no podría pagar al compositor con el caché más alto del mundo. James está en un momento diferente de su carrera, diferente edad y diferente lugar".
Sin embargo, este hándicap, más que suponerle un problema, le brindó una oportunidad. Contrató un equipo joven lleno de ilusión y energía que le aportó ideas frescas e inesperadas. "No es que no quiera trabajar con los grandes, es que cuando haces tantas películas seguidas con alguien, caes en un patrón. ¿Estás haciendo las preguntas necesarias? ¿Se le va a ocurrir grabar el violonchelo en un cuarto de baño, y regrabarlo y regrabarlo y cambiarlo digitalmente y que eso acabe en la película? Porque ese es el sonido de la Bestia en la película. ¿Se le va a ocurrir eso a James? ¿Voy a recomendárselo yo?".
No se trata solo de gente joven que está empezando (el montaje corre a cargo de Luke Ciarrocchi, que sólo ha editado dos películas: 'La visita' y 'Múltiple'), sino de profesionales que salen de los fenómenos más actuales. La música la compone West Dylan Thordson, el autor de la banda sonora de 'El gafe', la bestial miniserie documental de HBO. Al director de fotografía, Mike Gioulakis, le llamó por su trabajo en 'It Follows'. El vestuario ha sido diseñado por el canario Paco Delgado, nominado a dos Oscar por 'Los miserables' y 'La chica danesa'. A la encargada del diseño de producción, Mara LePere-Schloop, la pescó directamente desde 'True Detective'. "A la hora de intentar alcanzar ese punto óptimo, mi experiencia puede ser algo positivo, pero no es lo único. Ellos traen esa energía de no haber hecho esto nunca antes. Y traen todo tipo de fuentes de inspiración, como una fotografía, un cuadro, una idea. He vuelto a trabajar con ese entusiasmo de nuevo, a trabajar fuera de las reglas de nuevo. Y es peligroso".
Entre todas esas fuentes de inspiración, a los más cinéfilos les sorprenderá encontrar cierta película de los comienzos de Yorgos Lanthimos, el director de 'Langosta'. "Se crea una bonita unión entre la experiencia que yo tengo, el hermano mayor, y sus nuevas formas de mirar. Por ejemplo, el director de fotografía y yo empezamos a pasarnos películas para hablar de encuadres y demás. Y nos obsesionamos con una película griega, 'Canino', que tiene un uso muy irreverente y violento del encuadre, y me parece muy bonito. Y lo usamos en la película. También he empezado a revisitar las películas de Robert Altman, porque él sigue enamorado de Altman. Y volví a ver cosas como los grandes zooms, las tomas largas...".
En resumen, Shyamalan sabe muy bien qué se hace. Él mismo asegura pretender tener una carrera muy larga ("puedo llegar a hacer ochenta películas"), y para llegar al "punto óptimo" le hacen falta dos cosas: "experiencia e inspiración". "Cuando yo era un niño, los directores en boga eran Spielberg, Zemeckis, Ron Howard, Chris Columbus, y en los márgenes del cine estaban David Fincher y Chris Nolan. Y ahora se ha dado la vuelta y ellos están en el centro. Y cuando haces películas a lo largo de las décadas, tienes que darte cuenta de lo que está pasando".
"El objetivo de 'La visita' y 'Múltiple' es ponerme pruebas a mí mismo (...). Porque llega ese momento en el que un cantautor ha escrito un montón de grandes canciones, y de repente sigue trabajando pero ya no nos llega nada de lo que hace. Es decir, que han sobrepasado ese momento de inspiración y experiencia". Con 'Múltiple', todos coincidiremos en una cosa: Shyamalan sigue muy inspirado.