Las madres siempre dicen que hay que pensar muy bien aquello que se dice, porque luego una vez dicho ya no se puede volver atrás. Probablemente eso se le olvidó al director Álex de la Iglesia cuando en plena promoción de su película 'Perfectos desconocidos', aludió a las señoras de nuestro país diciendo:
"No se me caen los anillos porque mis películas se vean en un móvil. El talibanismo ese de que el cine es una cosa proyectada se lo dejo a señoras mayores y gente muy seria".
Una desafortunada frase por la que luego se disculpó y retractó, pero que como muy bien dicen nuestras madres, "ahí quedó". Por ello, la directora Isabel Coixet, muy elegantemente y sutilmente contestó en los premios Goya de 2018 dedicándole su premio a "todas esas señoras de pelo blanco que van al cine y compran su entrada y hacen que hoy todos estemos aquí", este artículo es por ellas y sobre ellas, porque no existe un espectador más desprejuiciado, exquisito y con la mente más abierta que las señoras.
Porque a las señoras de pelo blanco les da igual quién salga en la película a menos que sean Sandra Bullock, Julia Roberts o Meryl Streep, ellas sí se han ganado un estatus que bien merece el precio de la entrada, sea la película que sea e independientemente de lo que la crítica opine sobre ellas.
A las señoras no les condiciona si una película ha hecho mucha o poca taquilla, o si ha ganado muchos premios, a las señoras y a las madres que van al cine lo que de verdad les interesa es que esa película transmita sentimientos, porque cuando hay sentimiento, entonces la película es buena.
Todos tenemos una película, esa película que independientemente de lo buena o mala que sea, nos recuerda a nuestra madre. A esos momentos de sobremesa del fin de semana en el que nos acurrucamos junto a ella en el sofá para ver esa película que al terminar se merece aquel apelativo de "¡qué bonita!". Una expresión que suele venir acompañada de una sonrisa y unos ojos vidriosos que se han pasado las últimas dos horas soltando lágrimas una detrás de otra y que en ocasiones vale más que cualquier otro premio. Porque lo que irremediablemente hace que una película se convierta en "películas de señoras", es el momento en el que la película se emite en televisión.
En ese precioso momento el estatus del film asciende de ser una buena película a ser un "peliculón" para las madres y señoras del mundo. Apelativo que viene provocado por haberlas hecho disfrutar y llorar durante las últimas dos horas.
Algo a tener siempre en cuenta en este maravilloso subgénero, es es que si una película hace llorar a una madre, entonces esa película se convierte automáticamente en un peliculón, o lo que Telecinco entendía durante finales de los años 90 y buena parte de los 2000 como "cine cinco estrellas". Un espectro en el que encaja perfectamente 'Wonder', la última película de Julia Roberts. En donde interpreta a la adorable madre de Jacob Tremblay, un niño con una extraña malformación en la cara que le impide llevar una vida normal, salvo por una razón, su madre es Julia Roberts y tal honor le permitirá ser más feliz que ningún otro niño y de paso dar una lección de valores a todo aquel que se siente a ver semejante preciosidad de película. Título que en cuanto se pase por televisión se convertirá en la película top de las madres del mundo.Un concepto que a lo largo de los años ha recibido varios nombres o referencias (muchas de ellas despectivas) que lo consideraban cine para mujeres. Una expresión tan sexista y afortunadamente en desuso que ha acabado por estar irremediablemente asociada a ese cine comúnmente conocido como "cine de tacitas", en las que sus protagonistas tienen conversaciones muy intensas mientras toman café o té. Algo que se podría resumir fácilmente con una frase: "toda la filmografía de James Ivory". Un cine idóneo para ese momento del día que se encuentra entre la sobremesa y la hora del té, que evoca historias intensas protagonizadas por madres coraje, con historias de amor en lugares fríos y alejados (preferiblemente durante la época victoriana o en una casa donde pudiera haber vivido Jane Austen) capaces de amenizar cualquier tarde de domingo, sobre todo si es en las estaciones frías del año.
Cine de emociones
Las películas que tradicionalmente se han considerado como películas para mujeres se extienden a un espectro mucho más amplío y digno de reivindicación de lo que muchos creen. No son películas necesariamente hechas por y para mujeres, la (triste) realidad es que en su inmensa mayoría son dirigidas y escritas por hombres, y huyendo del cliché, en muchos casos estas películas son dirigidas por hombres heterosexuales con una sensibilidad que ya quisieran muchos.
El cine que le gusta a nuestras madres es tan amplio como singular. Hay un poco de todo, como ocurre básicamente en la vida misma. Hay drama, amor, thriller doméstico, venganza, algún juicio que otro, de esos que te mantienen el corazón en un puño hasta el veredicto final y por supuesto la quintaesencia del cine de este subgénero, el de "basado en hechos reales". Esa frase que a las madres les encanta y que recoge como ningún otro conjunto de palabras hace, un sentimiento evocador que ya desde los créditos iniciales te encoge el corazón y te prepara psicológicamente para lo que vas a ver.
15 películas que le encantan a tu madre y tú deberías ver
'Memorias de África' (1985)
La película que ganó siete Oscar en 1985 lo tiene todo, pero todo, para enamorar a nuestras madres. ¿Exagero? Tomad nota: un continente salvaje y un país bello e inexplorado, adulterio, enfermedad mortal, animales bonitos, una banda sonora para levantarse y aplaudir cada vez que suena una nota, y por si eso no fuera suficiente, también tiene a Meryl Streep y a Robert Redford, el hombre que nuestras madres conocen con el sobrenombre de "el hombre más guapo del mundo", con permiso de Pierce Brosnan (otro que las vuelve locas).
Al margen de esos elementos dignos de mención, 'Memorias de África' es una de esas películas que han pasado a la historia viva del cine como memorable objeto de referencia e incluso a veces de copia. Probablemente pocas cosas más bellas hay en el cine que esa escena en la que Redford le lava el pelo a Streep, o ese primer vuelo en avioneta que literalmente te da ganas de llorar.
'Armas de mujer' (1988)
Mike Nichols se convirtió en una leyenda al encadenar dos clásicos instantáneos como fueron '¿¿Quién teme a Virginia Woolf?' (1966) y 'El graduado' (1967) y a través de su variada y selecta filmografía dejó patente su respeto y su necesidad por reivindicar el papel de la mujer en un mundo de hombres. Lema que trasladó al concepto de "feel-good movie" por excelencia como es 'Armas de mujer'.
Cinta en la que en clave de comedia empoderada, de forma sutil una todavía inocente y preciosa Melanie Griffith se habría camino treta tras treta y momentazo tras momentazo en un Wall Street atestado por hombres y arpías. Pocas películas han sabido representar tan bien el duro camino que tiene que recorrer una mujer para abrirse hueco en el mundo laboral y pocas frases lo han sabido resumir tan dignamente en el cine como esta:
"No estoy dispuesta a pasarme el resto de mi vida trabajando como una cabr*** para nada, sólo porque hay que seguir ciertas reglas que no fui yo quien estableció".
'Armas de mujer' es divertida, contiene valores, es inspiradora y un ejemplo a seguir por cualquier persona y además la protagonista acaba ascendiendo a lo más alto del mundo laboral y acaba llevándose a casa a Harrison Ford. ¿Qué más se le puede pedir a una película? Nada.
'Durmiendo con su enemigo' (1991)
Uno de los géneros favoritos por las señoras y madres del mundo son los "thrillers domésticos", un género que siempre triunfará si tenemos en cuenta el éxito de las sobremesas patrocinadas por Antena 3. Las historias con cierta carga de suspense y drama intenso funcionan muy bien porque son historias probables, muy de andar por casa y que a menudo son fácilmente identificables por las amas de casa. Aquí ellas son las protagonistas del relato y si encima ese relato está protagonizado por Julia Roberts, entonces el trabajo ya está hecho y el pelotazo está garantizado.
'Durmiendo con su enemigo' es una de las películas mejor tituladas del mundo, y además un perfecto ejercicio de cine femenino que juega con todos los tópicos del cine históricamente enfocado para mujeres que te volverá loco. Su premisa pionera en retratar la violencia de género, mezclada con giros al más puro estilo Hitchcock en modo recreo, la han convertido en una película de referencia para muchas que vinieron después tratando de repetir el éxito. Su capacidad para empoderar a su protagonista y convertirla capa a capa y paso a paso en toda una heroína (cambio de look incluido) son algunas de las genialidades de este clásico noventero que todo el tiempo está a punto de cruzar la fina línea que lo separa de ser un ejercicio de buen cine de género, de un endiabladamente entretenido telefilm.
Un sensacional entretenimiento que la crítica española describió como un "Pastel con relleno envenenado".
'El príncipe de las mareas' (1991)
Cualquier título de la filmografía de Barbra Streisand merece un puesto en esta y en cualquier lista de películas que definitivamente hay que ver, pero su segunda incursión en la dirección es tan exquisita y emblemática que hace imposible que cualquier madre, o ser humano, pueda resistirse.
'El príncipe de las mareas' es tal y como enuncia su subtítulo "de una de las novelas más queridas de nuestro tiempo". Barbra Streisand adaptó el popular best-seller de Pat Conroy con una visión capaz de fusionar varias historias y varios géneros en una misma película, y todos probablemente los favoritos de las señoras. Una historia de amor imposible entre el Nick Nolte más guapo que existió nunca y una elegantísima Barbra Streisand, sobre un hombre con la necesidad de compartir unos recuerdos que lo obsesionaban y una psiquiatra en busca de una verdad capaz de hacerla libre. Un evocador film que alterna presente y pasado con uno de los más sobrecogedores y emotivos flashbacks de la historia del cine, capaz de mostrar un dolor inimaginable de gran poder liberador para su protagonista.
La película definitiva sobre cómo para los niños sus madres pasan de ser los seres más excepcionales del mundo, a convertirse simplemente en un ser humano, con miles de defectos y virtudes capaces de seguir amándolas toda la vida.
Su impecable opening de las costas de Carolina del Sur y su memorable secuencia final solo son comparables al enorme impacto emocional que provoca recordar estas palabras: "Lowestein, Lowestein".
'Tomates verdes fritos' (1991)
El director Jon Avnet dirigió en 1991, el que es posiblemente el mejor retrato cinematográfico de la amistad femenina hecho nunca. Así de contundente es lo que genera 'Tomates verdes fritos', una adaptación de una popular novela que reunió en la gran pantalla a las inmensas Kathy Bates y Jessica Tandy.
El film narraba la amistad entre sus dos protagonistas y de cómo a través de diferentes flashbacks se iba descubriendo una apasionante historia de "amistad" entre otras dos mujeres en un tiempo en el que hasta las amistades eran susceptibles de la prohibición. Un relato increíblemente bello y perspicaz que todavía hoy, casi 30 años después, sigue funcionando como una lección de feminismo para cualquier que se atreva a adentrarse en ella más allá del a menudo muy despectivo apelativo de "película para mujeres".
Nota a tener en cuenta: la escena en la que Kathy Bates usa un espejo de bolso para verse por primera vez su vagina, es una de las cosas que más ha hecho por el feminismo nunca.
'Mujercitas' (1994)
Realizar un remake de un film tan famoso como lo era la versión de 'Mujerecitas' de 1949 no era un empeño fácil. Pero la directora Gillian Armstrong se atrevió a filmar una nueva versión de la inmortal novela de Louisa May Alcott sin que nadie pudiese reprocharle nada.
Para contar la historia de ese grupo de súper mujeres que permanecen unidas mientras el padre de familia está en la Guerra de Secesión, su directora se reunió de lo mejor de lo mejor, fichó a Susan Sarandon como a la madre y para sus hijas a Winona Ryder, Kirsten Dunst, y Claire Danes, mientras que para sus pretendientes escogió a Gabriel Byrne y Christian Bale. Un reparto perfecto enmarcado con una banda sonora de Thomas Newman mágica, que te hará replantearte tus principios sobre el amor, la independencia y la importancia de la familia.
La película perfecta para ver con tu madre un domingo por la tarde, preferiblemente en épocas estivales como la Navidad.
'Los puentes de Madison' (1995)
En 1995 y en el ocaso de su carrera como actor y reputado director, Clint Eastwood dio una lección de cine que sorprendió a muchos. La emotiva película que cambiaría para siempre el concepto de "tipo duro" que se tenía de él, fue promocionada con una de las mejores frases promocionales escritas nunca: "la película que hizo llorar a Steven Spielberg", frase que años después se ha convertido en meme pero que funcionó al 100%.
Probablemente 'Los puentes de Madison' es el mejor drama romántico de las últimas décadas, y una de las cosas que la hace tan perfecta es que no está protagonizada por dos jóvenes guapos, sino por dos estrellas maduras descarnadas y entregadas a un guión perfecto.
La película ahonda en el amor adulto a través de Franchesca (Meryl Streep), un ama de casa que abandonó sus sueños por cuidar de su marido y criar a sus hijos en una pequeña granja del perdido condado de Madison. La llegada de un fotógrafo del National Geographic (Clint Eastwood), un fin de semana que su familia está fuera, le abrirá los ojos y el corazón a un mundo enterrado en años de rutina, y le hará aflorar sentimientos escondidos que entrarán en conflicto con la persona que ha sido hasta ese momento.
Una melodrama icónico y totalmente atemporal que incluye una de las escenas más emotivas de la Historia del Cine, como es la del coche y ese semáforo que podría haberlo cambiado todo.
'Un paseo por las nubes' (1995)
Justo después del enorme éxito que cosechó la encantadora 'Como agua para chocolate', su director Alfonso Arau debutó en Hollywood con una película que se ha hecho más grande en nuestras salones y corazones que en su estreno.
'Un paseo por las nubes' pasará a la historia por ser el intento fallido de triunfar en Hollywood de Aitana Sánchez-Gijón, pero para muchos y sobre todo para muchas, será siempre esa preciosa historia de amor en un lugar de ensueño, con una pareja protagonista arrebatadoramente sensual y con química a raudales. Keanu Reeves (posiblemente una de las mejores personas del mundo) conoce de forma casual a una joven y hermosa Aitana Sánchez-Gijón, y tras enamorarse de ella a primera vista, accede a hacerse pasar por su prometido ante a su autoritario padre, para que este no la repudie cuando descubra que está embarazada. Una premisa aparentemente simple, que luego se convierte en una adorable comedia familiar, con una fotografía inolvidable y unas líneas de diálogo que recordaremos siempre.
'Sentido y sensibilidad' (1995)
Una adaptación de Jane Austen sí o sí tenía que estar en esta selección, y puestos a escoger una, nos quedamos con la más laureada del siglo XXI y de paso una enmarcada dentro de la década de los 90 que es probablemente el cine que mejor y más conocen nuestras madres.
Ang Lee demostró una vez más su versatilidad y su capacidad para adaptarse a prácticamente cualquier género en 1995 cuando dirigió la adaptación de la emblemática y querida novela de Jane Austen 'Sentido y sensibilidad'. El guión adaptado por Emma Thompson (que también protagonizaría la película) fue premiado con un Oscar de la Academia, aunque lo que más perduraría en el imaginario colectivo femenino fue la interpretación de esas dos hermanas tan distintas y tan adorables que representaban la cordura y la razón (Emma Thompson) y la otra, la sensibilidad y la pasión (Kate Winslet). El film nos descubrió a una jovencísima Winslet y el recuerdo de que el amor por inesperado e impetuoso que sea, puede llegar en cualquier momento, justo cuando menos te lo esperas.
'Quédate a mi lado' (1998)
Chris Columbus ha pasado a ser uno de los directores favoritos en todos los hogares del mundo gracias a una legión de películas hechas por y para ver en familia, que dicho sea de paso han hecho una auténtica pasta en taquilla. A sus espaldas quedan títulos tan recordados como 'Solo en casa' y 'Solo en casa 2: Perdido en Nueva York', 'Señora Doubtfire, papá de por vida' o 'Nueve meses' sin olvidar su incursión en las dos primeras entregas de la saga de 'Harry Potter'. Pero si hay una película que nuestras madres no pueden olvidar, esa es 'Quédate a mi lado'.
No existe una película que mejor capte los dramas de la vida adulta en familia como esta. Lo tiene absolutamente todo, un matrimonio separado enfrentado por la custodia de sus hijos, un hijo pequeño carismático, una hija "marisabidilla", una madre moribunda y a Julia Roberts. Un cóctel explosivo de emociones desbordantes que por si no fuese ya suficiente, todos son buenas personas, en esta película no hay malos, ni siquiera la nueva madrastra joven e inexperta es capaz de resistirse a ese sentimiento tan bonito como es la maternidad (hasta con hijos que no son tuyos).
'Quédate a mi lado' es una deliciosa dramedia familiar plagada de momentos auténticos y perfectamente reales que nunca olvidarás. Además tiene una escena en la que Susan Sarandon y Julia Roberts se desarman cara a cara y recuerdan al mundo por qué cada una tiene un Oscar. Si eres capaz de verla sin derramar una sola lágrima, es que estás muerto por dentro.
'Chocolat' (2000)
Durante una época (muy corta de tiempo) Lasse Hallström fue sinónimo de cine exquisito. Durante aproximadamente una década el director acumuló varias nominaciones a los Oscar gracias a un cine de corte clásico y profundamente entrañable. Después de destrozarnos con su preciosa y muy dura 'Las normas de la casa de la sidra' nos trajo la adorable 'Chocolat', una película tan dulce que literalmente nos despertaba el hambre.
Un pequeñito pueblo francés en medio de las montañas era el lugar en el que Vianne Rocher (Juliette Binoche) y su hija Anouk (Victoire Thivisol) llegaban atraídas por el viento del Norte para inaugurar una pequeña chocolatería que despertaría la atención de todos los habitantes. Justo cuando se aproxima la fecha de Cuaresma, los diferentes miembros del pueblo se enfrentarían a la mujer con la excusa de lo inapropiado de su negocio, cuando en realidad la atacaban solo por ser distinta y feliz.
Una deliciosa fábula sobre la búsqueda del amor, la madurez, la familia y la necesidad de ser libres, que patrocinó Nestlé y su caja roja de bombones que decoraron todos y cada uno de los exquisitos carteles de una película, que igual que el chocolate caliente, sienta muy bien una tarde lluviosa de domingo en el sofá bajo una manta.
'Erin Brokovich' (2000)
Sí, una vez más una película de Julia Roberts, pero eso sí, no es otra película de Julia Roberts, es LA película de Julia Roberts. La película que le valió su primer y (de momento) único Oscar, es un festín para aquellos que se consideran fans de la novia de América y para los que la detestan, porque ver esta película sin declarar tu amor por ella es imposible.
'Erin Brockovich' es una madre soltera de clase baja que consigue un puesto de trabajo en un pequeño despacho de abogados y que por su empeño, y sus ovarios, decide investigar un extraño caso de clientes afectados por un agua en mal estado. Un caso por el que consigue sacar adelante la mayor compensación económica de la historia para sus necesitados clientes. Un film exquisito dirigido por el ganador del Oscar Steven Soderbergh que nos regaló una de las películas "basadas en hechos reales" favoritas de todo el mundo. Esta película supuso en el año 2000 ser la película protagonizada por una mujer más taquillera de la Historia en Estados Unidos, un hito que hace que cuanto menos debas preguntarte por qué no la has visto todavía o por qué no la estás volviendo a ver.
El amor, la familia, el duro camino que una mujer ha de recorrer en el mundo laboral, cuando encima no tienes estudios que acrediten tu capacidad, son los temas centrales de esta preciosa dramedia con tintes de thriller judicial inolvidable.
'Infiel' (2002)
La infidelidad, ese gran y apasionante tema muy recurrente en el cine de los 90, captó la atención de todos, en especial la de nuestras madres, con esta película. Porque quién no ha soñado alguna vez, por efímera que sea, cómo hubiera sido tu vida si te hubieses dejado llevar por ese señor que te miraba como nadie antes te había mirado nunca. La respuesta a esta pregunta y a por qué no es una buena idea ser infiel a tu marido, la firmó el siempre interesantísimo Adrian Lyne en el año 2002.
Diane Lane logró una nominación al Oscar como mejor actriz por su retrato de una mujer feliz que lo tenía todo, incluido al marido perfecto Richard Gere, (que es el Ryan Gosling de nuestras madres) y lo arriesgó todo por dejarse llevar. El señor en cuestión era Olivier Martinez.
'Infiel' tiene todos los géneros favoritos de nuestras madres, el drama, el thriller, el romance, las pelis para llorar y un toque erótico que puso una vez más de manifiesto el exquisito toque de su director para abordar como nadie la sexualidad femenina.
'Mamma Mia!' (2008)
Si dejamos a un lado (porque se puede hacer) la calidad puramente cinematográfica y abordamos una película como 'Mamma Mia!' hay que reconocer que esta película te eleva el espíritu a una dimensión de alegría y jolgorio con canciones de Abba y encima con Meryl Streep y Pierce Brosnan en paños menores, vamos, lo que nuestras madres consideran el paraíso.
Los musicales son un género bien apreciado que tiene su público fiel, aunque nuestras madres "habitualmente" no suelen ser precisamente ese público. Pero esta comedia de enredos con reparto de lujo y las mejores intenciones del mundo logran arrancar sonrisas y lágrimas a partes iguales a todas esas orgullosas señoras (y señores) fans del grupo musical pop que cuando suena en una fiesta levanta hasta a los muertos de sus tumbas.
A Meryl Streep la acompañaron, además de Brosnan, Colin Firth, Amanda Seyfried, Julie Walters, Stellan Skarsgård y Christine Baranski, y todos ellos cantando y bailando temazos de Abba en Grecia y de boda. ¿Qué podía salir mal? Nada, esta película está por motivos propios por encima del bien y el mal, es sencillamente una fiesta a la que siempre te apetece ir un rato cuando nadie te ve.
'Criadas y señoras' (2011)
"Tú eres buena, tú eres lista, tú eres importante", este mantra trajo consigo una de esas películas absolutamente conmovedoras y honestas que nos recordaron el duro camino que muchas mujeres tuvieron que recorrer para lograr que hoy el resto de mujeres tengan un poco más de visibilidad. El camino para la igualdad entre sexos y razas está aún por librarse, pero 'Criadas y señoras' es una de esas películas inspiradoras que nos hacen querer luchar con más ganas para conseguir esa meta.
Basada en el bestseller súper ventas 'The Help', Tate Taylor reunió a un plantel impresionante de actrices para retratar una historia sobre la diferencia de clases, de sexo, de género, y racial en el sur de Estados Unidos, en clave de dramedia ideal para disfrutar en cualquier momento.
Cinco nominaciones a los Oscar y una estatuilla para Octavia Spencer obtuvo una de las películas mejor valoradas por el público en el 2011.
Un film tan entrañable y recomendable que enalteció una vez más ese denostado subgénero conocido como cine de señoras.