La historia del cine está repleta de grandes parejas artísticas que, en mayor o menor cantidad, nos han regalado diamantes artísticos de incalculable valor. Uniones de talentos, personalidad y carisma entre los que destaca con una fuerza casi inigualable la que han formado a lo largo de las últimas décadas dos gigantes de la talla de Robert De Niro y Martin Scorsese. Palabras mayores. Historia del cine.
Desde 1973, casi nada, el actor, uno de los mejores de todos los tiempos, y el director, uno de los mejores de todos los tiempos, han ido dando forma a una serie de películas que, en todos y cada uno de los casos, han aportado, como mínimo, alguna escena para el recuerdo. Y en lo que corresponde a sus trabajos más redondos, bueno, hablamos de obras maestras que forman parte de las páginas más doradas del séptimo arte.
A lo largo de este especial, uno de esos textos a los que da gusto enfrentarse solamente por la oportunidad de revisar estos monumentos cinematográficos, queda claro que la etiqueta de clásicos les viene como anillo al dedo a estos dos titanes cuyo legado, tanto juntos como por separado, merece ser celebrado por todo lo alto. Ya esperamos desde la impaciencia absoluta sus próximas aventuras conjuntas.
Martin Scorsese y Robert De Niro: Todas sus películas, de peor a mejor
'New York, New York'
Lo único malo que tienen en común esas dos obras maestras absolutas llamadas 'Taxi Driver' y 'Toro Salvaje' es la película que se sitúa entre ellas: 'New York, New York', una carta de amor al musical clásico que, entre tanto exceso y ambición, quedó condenada a formar parte de la lista de trabajos menores del apabullante catálogo firmado por Martin Scorsese y Robert De Niro. Claro, hablamos de un cineasta e intérprete capaces de sacar oro incluso de los charcos más sucios, pero aquí hay que hacer un esfuerzo importante para encontrar algo más allá del bostezo.
La lista de errores es amplia, pero, resumiendo, diremos que las pretensiones con las que nació el proyecto fueron las mismas que se encargaron de hundirlo a nivel comercial y crítico. Todo era demasiado gigantesco, incluyendo las cantidades de drogas que manejaba Scorsese en aquel lejano 1977, todo era demasiado apabullante, demasiado grandilocuente y, lástima, demasiado vacío. Uno puede sentir en cada fotograma el nervio de un director obsesionado con realizar un Everest cinematográfico, pero no es suficiente, principalmente porque las bases sobre las que se quiso edificar este sueño de celuloide se deshacía minuto a minuto.
'El rey de la comedia'
Si quieres dar el salto de la comedia al drama, y eres un titán de la talla de Jerry Lewis, probablemente la opción de hacerlo de la mano de Martin Scorsese sea la más apetecible de todas. Con 'El rey de la comedia', Lewis, uno de los mayores genios de la historia del cine a la hora de provocar la carcajada de millones de espectadores en todo el mundo, no solamente se atrevía con el drama, sino que jugaba con el thriller en una propuesta elevada al infinito por el pulso maestro del cineasta.
Y es que la historia de un cómico que hará cualquier cosa por convertirse en estrella y referente en el mundo de la comedia, Rupert Pupkin, interpretado por un estupendo Robert De Niro, le ofrece a Lewis la oportunidad de interpretar a Jerry Langford, un personaje que ofrece el lado más prepotente y desagradable de la industria, perfecto contrapunto del protagonista y maravillosa excusa para ser testigos de una batalla interpretativa de primer nivel.
'Malas calles'
Por compartir, Robert de Niro y Martin Scorsese compartieron hasta su primera obra maestra, una 'Malas calles' que, además de su primera colaboración, supuso el primer triunfo realmente destacado de ambos. Una propuesta en la que se dan cita las mejores y más reconocidas virtudes tanto del cineasta como del actor, generando así una simbiosis de puro talento que sigue resonando con el poder del mejor cine. Lo que viene siendo un inicio soñado.
'El cabo del miedo'
Alocada, excesiva, desquiciada, grandilocuente, incluso en sus momentos más íntimos, terrorífica, asfixiante y, por encima de todo, memorable. 'El cabo del miedo' es una experiencia tan exigente como satisfactoria, un auténtico tour de force para un Robert de Niro absolutamente inolvidable, resulta imposible contabilizar el número de escenas memorables que regala, y para un Martin Scorsese incapaz, por suerte, de dejar de pisar el acelerador. En definitiva, una montaña rusa de puro vértigo, sudor, sangre y locura. Una joya, vaya.
'Casino'
Considerada por gran parte de la crítica y del público, de una manera bastante simplista y perezosa, la hermana pequeña de 'Uno de los nuestros', 'Casino' ha sido siempre víctima de unas comparaciones tan odiosas como inevitables. Sí, la esencia y el espíritu son muy similares a los de la obra maestra de 1990, pero estamos ante una propuesta que, nunca mejor dicho, sabe jugar sus cartas con la maestría de los más talentosos.
Liderada por un pletórico Robert De Niro, 'Casino' son más de 170 minutos de cine en estado puro, rodado con el pulso firme de un genio que se siente comodísimo jugando en casa. Hay películas mejores en su carrera, pero pocas tienen un sello Scorsese tan marcado. Monumental trabajo.
'El irlandés'
Una vez pasadas todas las polémicas que rodearon el estreno de 'El irlandés', la crepuscular obra maestra de Martin Scorsese ha conseguido mantenerse intacta como prodigio cinematográfico, canto de cisne de eco apabullante, hoja de otoño que cae sobre los hombros de un tipo de cine que parece destinado a no volver. Un clásico contemporáneo repleto de inmensos personajes, los cuales son guiados con pulso maestro por un genio en estado de gracia, que crece con los visionados, que deslumbra con su talento y que engrandece la leyenda de todos y cada uno de sus responsables. Una obra maestra rotunda e impresionante que sigue poniendo los pelos de punta, el nudo en la garganta y la ovación a los pies del mejor Robert De Niro del siglo XXI.
'Taxi Driver'
Tras las irregulares 'El tren de Bertha', 'Alicia ya no vive aquí' y 'Malas calles', la mejor del lote, Scorsese facturó en 1976 su primera gran obra maestra: 'Taxi Driver'. Clásico indiscutible, esta historia protagonizada por uno de esos personajes destinados a pasar automáticamente a la eternidad, Travis Bickle, inconmensurable Robert De Niro, se elevaba hasta el infinito en las manos de un director incapaz de fallar en una sola idea, solución visual o atrevimiento narrativo.
Los riesgos, todos, estaban ahí, el terreno se llenaba de minas a cada paso y, sin embargo, Scorsese sale más que airoso de la contienda. Explosiones de violencia, romanticismo sucio y demacrado, sangre que traspasa la pantalla y un último tramo más allá del elogio. Si 'Taxi Driver' no es la perfección, se le parece mucho.
'Uno de los nuestros'
Desde sus primeros compases hasta ese tramo final alucinante y alucinado, vibrante de puro éxtasis, 'Uno de los nuestros' es cine explotando en cada fotograma. Y, por encima de eso, supone un resumen total de todas las virtudes, señas de identidad, ambiciones y logros de Martin Scorsese, un cineasta único.
Muchos se introdujeron en su filmografía a través de esta historia de mafiosos peligrosos, rudos e imprevisibles que, partiendo de 'Malas calles', dinamitaba toda expectativa a base de planos imposibles, un Robert de Niro gigantesco, ritmo narrativo a doscientos por hora, sin perder por ello el volante en ningún momento, y un reparto de secundarios en permanente estado de gracia. Una obra maestra sin fecha de caducidad que sigue siendo el festín más completo para los admiradores de Scorsese. Insuperable.
'Toro salvaje'
Nadie en la historia del cine ha reflejado la derrota de una manera tan poética, cruda y salvaje como lo hizo Scorsese con la monumental 'Toro salvaje', una de las indiscutibles cimas de su carrera. Rodada en un blanco y negro que otorga un clasicismo mayor a una historia de perdedores ambiciosos y viceversa, el director hipnotiza desde unos inolvidables créditos iniciales que se quedan para siempre en la memoria.
A partir de ahí, peleas dirigidas con una maestría única, un guión de auténtico acero, una solvencia dramática a prueba de bombas y una interpretación central a cargo de Robert De Niro absolutamente fascinante. Un KO cinematográfico en toda regla. Los versos a ras de lona.
