La industria pornográfica aprovecha la mínima ocasión para parodiar películas clásicas. No está muy claro por qué este tipo de versiones X tiene tanto éxito (¿solo porque hacen gracia? ¿o tiene algo que ver con lo prohibitivo del asunto, con cierta corrupción ética implícita?), pero lo cierto es que este género sigue estando de moda. De hecho, nunca ha dejado de estarlo.
Pocos serán los que no hayan oído hablar de 'Garganta profunda' (1972), la película porno más exitosa de todos los tiempos (recaudó más de 50 millones de dólares). Cierto es que no es una adaptación, sino sencillamente la apropiación de una expresión ('Garganta profunda' fue el seudónimo del número dos del FBI en tiempos de Nixon). Pero quizá aquel éxito haya tenido algo que ver con la permanente sucesión de adaptaciones, por aquello de transformar en porno algo próximo, cercano, que ya se conoce y, en ocasiones, incluso entrañable. Porque quizá de este modo todo entra un poco mejor. Es más digerible, si se quiere.
Con motivo de la noticia del regreso de 'Mary Poppins', no podíamos dejar escapar la ocasión de recordar algunas de las versiones que desde la industria del porno se han realizado. Decimos algunos porque, probablemente, sea imposible recopilar la totalidad de cintas (VHS, la mayoría, nos tememos) que existan a lo largo y ancho del mundo. Los títulos que aquí queremos recordar, y que no son difíciles de visionar, tienen un argumento sencillo (como casi todas las historias del género), con recurrentes guiños a los originales. Es por ello que solo os facilitamos los títulos, y ya vosotros, si la curiosidad y el tiempo os los permiten, indagáis más a fondo. Las películas-clips más famosas que emulan a Julie Andrews y Dick Van Dyke con poca ropa son 'Mary Pops In' y 'Mary Poppins Discipline'.
Rentabilidad heredada
El cine lo hace con la literatura y con el teatro, así que ¿por qué no iba a hacer el porno lo propio con su padre, el cine serio o normal? El guión ya está medio escrito, solo hace falta encontrar a los actores apropiados y, sobre todo, ese punto de fuga a través del cual meter... las escenas calientes. O, dicho de otro modo, la excusa (que siempre la hay) para que esos personajes de toda la vida, afectuosos, queridos y risueños, se conviertan en animales babosos o bestias salvajes.