Fumadora empedernida, cotilla mayor del reino y mujer abandonada por su marido que fue capaz de recomponerse. Todo eso y mucho más era Marisa, el celebrado personaje a la que la gran Mariví Bilbao dio vida en 'Aquí no hay quien viva'. Si la comedia de Alberto y Laura Caballero fue la serie que marcó a una generación de jóvenes españoles, Marisa (junto a Vicenta y Concha) fue la abuela televisiva de esos mismos espectadores. Pero no se trataba de una señora entrañable y tierna, sino gamberra, deshinibida y a vueltas con todo. Una de esas mujeres maduras que cuando uno va ya han ido y venido cien mil veces, que diría Chenoa.
Con motivo del que hubiese sido el 90º cumpleaños de Mariví Bilbao, recordamos algunas de las frases más míticas de un personaje que no por tajante fue menos querido por la audiencia. Una mujer tan pasada de rosca como humana, citando de nuevo a Chenoa. La reina del shade en Desengaño 21 nos dejó perlas de todo tipo. Es difícil estar a la altura de la máxima responsable de Radio Patio, pero lo hemos intentado.
Aunque Marisa y la Izaskun de 'La que se avecina' serán los personajes que siempre acompañarán el recuerdo de la actriz bilbaína, la intérprete tuvo una carrera extensísima. Después de su éxito televisivo participó en celebrados cortos como 'Alumbramiento' de Eduardo Chapero-Jackson o 'Éramos pocos' de Borja Cobeaga, nominado al Oscar. También en largos como 'Maktub' o 'No controles'. Antes de su etapa de mayor popularidad tuvo breves papeles en películas como 'Malena es un nombre de tango' de Gerardo Herrero o 'La Comunidad' de Álex de la Iglesia. Lo que se perdió Manolo...
Las 10 mejores frases de Marisa en 'Aquí no hay quien viva'
"¡Qué mona va esta chica siempre!"
Pese a la mala leche del personaje, Marisa es por encima de todo una mujer que reconoce las cosas y nunca se las calla. Prueba de ello es que la frase más recordada y utilizada de la criticona entre las criticonas es este sencillo pero certero cumplido dirigido a "la pija" (María Adánez). Porque esta coletilla, al igual que Marisa y Mariví Bilbao, representan el verdadero espíritu de 'Aquí no hay quien viva': la mala baba, la falta de cualquier tipo de decoro y la sinvergonzonería son compatibles con el cariño, la admiración y la convivencia.
"Tú tienes tus vicios y yo los míos, tú el punto de cruz y yo el tabaco"
"Érase una mujer a un cigarro pegado", podríamos decir de Marisa. El tabaco es una de sus grandes señas de identidad, y uno de los principales motivos de disputa con su hermana Vicenta. Cuando la pequeña de las Benito quiere convertir su piso de Desengaño 21 en un espacio libre de humos, el conflicto está servido. Vicenta fue una visionaria, adelantada a la entrada de la Ley Antitabaco en 2006. Su hermana se encargó de recordarle, eso sí, que fumar es una forma de pasar el tiempo como cualquier otra. Como curiosidad, Mariví Bilbao no dejó definitivamente el tabaco hasta dos meses antes de su muerte.
"¡Y dale con Manolo, te acuerdas tú más de Manolo que yo!"
El otro gran punto de tensión entre las hermanas es Manolo, el marido de Marisa que un día la dejó para irse con su peluquera. Vicenta la acogió en tan duros momentos, pero a cambio la somete al martirio de mencionarle una y otra vez que su esposo la abandonó (habitualmente en público). Marisa suele explotar cada vez que el personaje encarnado por Gemma Cuervo le recuerda tan duro pasaje. Algo más tarde, cuando sea Vicenta quien se deje seducir por Manolo en su única aparición en la serie para ser también abandonada poco después, Marisa le dará de su propia medicina.
"Este sí que vive bien. Muerde el mando, se chupa los huevos y de vez en cuando se lo monta con el cojín"
El último gran motivo de discordia en el 1ºA antes de que Concha (Emma Penella) llegara a mediar en la convivencia, o a meter más cizaña, era el adorable perrito Valentín. El mejor amigo de Vicenta era un perro avispado y muy inteligente, pero de vez en cuando sacaba de quicio a Marisa (menos que su hermana, eso sí). Pero en el fondo ambos se tenían mucho cariño y, como demuestra esta frase, una gran admiración. A Cook, el perruno actor de raza que dio vida a Valentín y al mítico Pancho de la Lotería, lo perdimos también, allá por 2016. Siempre se van los mejores.
"Emilio, ¿lo has hecho alguna vez con una madurita?"
En la línea de películas como 'El exorcista: El comienzo' o 'Halloween: El origen', el capítulo de la cuarta temporada 'Érase uno propósitos' nos muestra el nacimiento de lo que está a punto de convertirse en una bestia terrorífica y salvaje. Vicenta y Concha atan a Marisa como medida desesperada para que deje de fumar, y esta reacciona dejándose llevar por la locura. Las dos señoras deben salir en busca de un cura que pueda amansar a semejante caballo desbocado, dejando a Emilio como centinela. Marisa le hace entonces una proposición indecente. El portero no solo la desecha, sino que se venga de su vecina encendiendo un piti en su cara. Emilio, un poquito de porfavó.
"¿Menopausia? Nosotras somos catedráticas"
Cuando Juan Cuesta le pide a Vicenta y Marisa que aconsejen a Paloma cómo afrontar la menopausia (las ideas de bombero del presidente de la comunidad...), Marisa da una respuesta que pone a las claras su espontaneidad y su condición de mujer más allá de la madurez. La visita a Paloma (Loles León) irá regular cuando la primera dama afirme que lo que está es embarazada, pero ahí queda la determinación de Marisa. Una señora que por encima de todo se acepta a sí misma.
"Vale, lo confieso. Las drogas me han estropeado"
En una de las secuencias más memorables de Marisa y Vicenta, ambas intentan viajar a las islas Fiji con unos billetes de avión que no van a utilizar Bea y Ana (o como ellas las llaman, "las lesbis"). Después de que una azafata les informe de que no pueden usar pasajes a otro nombre, las hermanas recuerdan que también poseen los pasaportes de la pareja que interpretó Eva Isanta y Vanesa Romero. Aunque tratan de ocultar su verdadera identidad con métodos tan elaborados como unas gafas de sol, otra azafata se da cuenta y les recrimina que no son las mujeres del documento. Marisa, con su ingenio habitual, da una respuesta ágil que (casi) cuela.
"¡Fascista, Juan Hitler!"
Vicenta no ha sido la única que se ha interpuesto entre Marisa y su gran amor: el tabaco. Cuando en una junta la comunidad de Desengaño 21 aprueba prohibir fumar en cualquier espacio del edificio, incluidos los domicilios particulares, la veterana vecina interpela directamente a Juan Cuesta. Por suerte, el presidente de la comunidad al que dio vida José Luis Gil ya estaba acostumbrado a todo tipo de improperios (con el mítico "chorizo" de Concha a la cabeza). Puede que el calificativo "fascista" se utilice demasiado hoy en día, pero si lo emplea una Marisa desesperada está plenamente justificado.
"Este parto está patrocinado por COPINSA, pisos de calidad. COPINSA, construimos para ti"
En los últimos compases de la serie, la mítica Radio Patio (el concepto con el que Marisa bautizó la cobertura de todo salseo en el edificio) se convierte en algo tangible y literal. El programa comienza a emitirse con Marisa, Vicenta y Concha como conductoras y una monja borracha en la parte técnica, interpretada por la desaparecida Marisa Porcel. En su breve pero intensa historia cubren eventos como la boda de Mauri y Fernando o el parto de Natalia, la hija de Juan Cuesta. Pero la emisora no vive del aire, sino del patrocinio de COPINSA, la inmobiliaria un poquito corrupta del padre de "la pija" (Nicolás Dueñas, también recientemente fallecido).
"Tú heredarás Radio Patio"
Quizá la frase más emocionante de Marisa, y una de las más conmovedoras de toda la serie. Se la dice a Belén después de que ambas descubran el idilio entre Juan Cuesta y "la hierbas" (Isabel Ordaz). Belén se muestra reticente, pero su veterana vecina ofrece una comparación irreprochable. "Eres como yo: eliges mal a los hombres, vives amargada y tienes poco pecho", argumenta. A continuación invita al personaje interpretado por Malena Alterio a un traguito de chinchón, pero Belén se niega porque no bebe de eso por la mañana. "Lo tomarás", sentencia Marisa. Dos generaciones de mujeres se pasan el testigo en un momento que deja claro el legado eterno de Marisa. Y de Mariví.