'Juego de Tronos' certificó desde su primera temporada la consecución satisfactoria de la misión más complicada posible: triunfar de manera masiva entre público y crítica sin dejar de lado ni anular ninguna de sus (atípicas) características fundamentales. Porque sí, el melodrama familiar y romántico estaba presente a lo largo de los capítulos iniciales de la serie y acompañaba a sus múltiples personajes en cada una de sus conversaciones, motivaciones y monólogos, pero el contexto no dejaba de ser cien por cien fantástico, con hechizos, brujas, gigantes y dragones incluidos.
Esto aumentaba, todavía más, el valor y la admiración que despertó una serie que ha terminado reconvertido su naturaleza final de fenómeno social en respetada obra audiovisual. 'Juego de Tronos' arrancó entre sorpresas, estupefacción, polémicas, sangre, sexo y muertos vivientes y fue creciendo capítulo a capítulo hasta convertirse en un clásico contemporáneo de la historia audiovisual con todas las las de la ley.
Ahora que nos acercamos a su ansiado desenlace, es un buen momento para echar la vista atrás y recordar diez escenas esenciales de aquella primera temporada que reinventó el modelo televisivo desde el género más inesperado posible. Un conjunto de momentos absolutamente inolvidables que se han quedado para siempre en la memoria de toda una generación de espectadores.
Mejores momentos de 'Juego de Tronos' T1
El descubrimiento de Bran
A lo largo de su primer capítulo, cuya gestación, por cierto, no fue nada sencilla y tuvo que pasar por múltiples reescrituras y planteamientos, 'Juego de Tronos' supo instalar los pilares más básicos sobre los que se sustentaría la mayor parte de su grandeza narrativa, épica y dramática. Y eso incluye, claro, los giros de guion inesperados que te dejan helado en el sofá.
En ese sentido, destacan con diferencia los últimos minutos del episodio, aquellos en los que un Bran en condición de escalador descubre a Jamie Lannister y su hermana Cersei pasando un rato la mar de agradable en lo alto de una torre. Una sorpresa que termina con el pequeño Stark empujado al vacío. Y fin del capítulo. Un memorable shock final.
Ned pierde la cabeza
Espectadores: Calma, no se atreverán a decapitar al protagonista de la serie en la primera temporada.
'Juego de Tronos': Sujétame el cubata.
Historia de la televisión.
Trío de dragones
Fuego. Gritos. Incertidumbre. Tensión. Después de lo de Ned Stark, y unos cuantos personajes relevantes más, ¿serían capaces los responsables de la primera temporada de 'Juego de Tronos' de acabar con otra de las grandes protagonistas de la serie? A esas alturas, no nos engañemos, la posibilidad era muy real. Sin embargo, no solamente no tuvimos que lamentar la pérdida de Daenerys sino que la recuperamos acompañada por tres dragones. Se nos ocurren peores maneras de acabar una temporada, la verdad.
Rey Robb
Mientras los espectadores nos íbamos recuperando, muy poco a poco, de la inesperadísima muerte de Ned Stark, los norteños ya andaban planeando la terrible venganza con los Lannister. Para ello, claro, necesitaban encontrar a un Rey que les liderara ante semejante reto. Y ahí apareció un Robb que, tras llorar la muerte de su padre y dudar entre las candidaturas de Stannis y Renly Baratheon, vivió emocionado, y algo asustado, como sus compañeros decidían que él era el elegido. Larga vida al Rey.
O eso parecía.
Adiós, Viserys
Viserys, el pesadísimo y ambicioso hermano de Daenerys, fue el primer personaje (supuestamente) relevante para la trama de la primera temporada de 'Juego de Tronos' en morir frente a los ojos de una impactada audiencia. Y no fue un fallecimiento precisamente suave e indoloro, más bien todo lo contrario. Quemaba a los ojos y dolía al estómago. Le odiábamos, sí, pero hasta a nosotros nos pareció demasiado.
Corazón de caballo
La imagen de Daenerys comiéndose un corazón crudo de caballo ante la mirada atenta de su esposo, Khal Drogo, revolvió el estómago de millones de espectadores, pero fue muchísimo peor para la propia Emilia Clarke. Así lo contaba recientemente la actriz: "Fue una experiencia verdaderamente asquerosa. Hicieron que el corazón fuera de mermelada solidificada, pero sabía a cloro y pasta cruda. Además, comí aproximadamente veintiocho corazones a lo largo de los días que necesitamos para rodar la escena. Por suerte, me dieron un cubo para escupir porque vomitaba con mucha frecuencia".
El tortazo de tito Tyrion
En el segundo capítulo de la primera temporada de 'Juego de Tronos', titulado 'El Camino Real', la serie ya nos regaló una escena capaz de hacernos muy felices: Tyrion Lannister, un personaje que ya se había ganado por completo nuestro corazón, abofeteando a Joffrey Baratheon, un personaje que ya se había ganado por completo nuestro odio. Desde entonces, supimos que cada cosa mala que le ocurriera a este joven supondría una importante dosis de placer. Gracias por iniciar el camino con tanta contundencia, querido Tyrion.
Esencia Meñique
La tremenda traición de Meñique a Ned Stark en la primera temporada de 'Juego de Tronos' sirvió, principalmente, para tres cosas:
- Descubrir que no nos podíamos fiar de absolutamente nadie.
- Descubrir a un personaje tan ambicioso como irritante, tan maligno como apasionante, tan calculador como hipnótico.
- Descubrir que disfrutaríamos una barbaridad con la magnífica interpretación de Aidan Gillen.
El profe Forel
El profesor de espada de Arya es uno de esos personajes de la primera temporada de 'Juego de Tronos' que explican perfectamente el triunfo de la serie. Y es que, aunque su participación en la trama fuera muy secundaria, el peso que dejó en la pequeña Stark ha estado presente a lo largo de todos los capítulos posteriores.
Por eso, cuando Cersei ordena que todos los Stark, incluyendo sus hombres de confianza y sirvientes, sean apresados o asesinados, y Syrio se enfrenta a quienes vienen a arrestar a Arya para permitir que ella escape, tememos realmente por su vida. Su muerte, una de las pocas predecibles de la serie, tuvo poco de épica, sí, pero estuvo sobrada de emoción.
El espectro
El primer gran susto en el cuerpo nos lo llevamos cuando vimos a Jon Snow peleando a vida o ¿muerte? con algo muy parecido a un zombie cabreado. Una escena terrorífica que, más allá de su importancia en la mitología de la serie, estaba rodada con un talento, firmeza e inspiración envidiable. Uno de los grandes momentos de la primera temporada de 'Juego de Tronos', sin lugar a dudas.