Corría la primavera de 2012. HBO estrenaba por todo lo alto la segunda temporada de su flamante nuevo buque insignia, 'Juego de Tronos'. La serie basada en la saga literaria fantástica de George R.R. Martin había disfrutado de una gran acogida durante su primera temporada, pero era en su segundo año cuando empezaba a formarse realmente como el fenómeno cultural global que conocemos hoy en día.
Los índices de audiencia se dispararon, subiendo el promedio de espectadores por temporada de 2,5 millones en la primera a 3,8 en la segunda, una tendencia que no haría más que crecer con cada temporada, hasta llegar a los más de 10 millones de la séptima. Era entonces cuando HBO, David Benioff y D.B. Weiss se percataban del gran éxito que tenían entre manos y todas sus posibilidades. Tanto es así, que la cadena no dudó en aumentar el presupuesto de la temporada para poder filmar su episodio más ambicioso hasta el momento, 'Aguasnegras', en el que asistíamos a una de las batallas más espectaculares jamás vistas en televisión (primera de tantas en la serie).
Pero más allá de los combates y las escenas épicas, lo que seguía enganchando a la audiencia de 'Juego de Tronos' eran los personajes, sus intensas relaciones y las intrigas palaciegas y políticas de Poniente, que continuaban desafiando las expectativas. La primera temporada servía como presentación de un gran número de personajes de los que nos enamoraríamos por completo durante la segunda, en la que los Stark aun no habían vivido lo peor, los dragones de Daenerys todavía eran unos bebés y las maquinaciones de los Lannister eran juego de niños comparado con lo que nos esperaría más adelante.
De Aguasnegras a Dracarys
Sin embargo, la segunda temporada no fue perfecta, todo hay que decirlo. Algunas tramas se estiraron demasiado (especialmente la de Daenerys) y los acontecimientos más importantes acabaron concentrándose de forma algo precipitada en los últimos capítulos. Además, por aquel entonces, la rivalidad entre los que habían leído los libros y los que no estaba en uno de sus puntos más álgidos (los lectores se quejaban de que los cambios y los recortes del material original para adaptarlo a la televisión), lo cual empañaba la experiencia para algunos. Aun así, la temporada nos dejó muchos momentos icónicos para el recuerdo. Los recogemos en el segundo de los repasos que estamos realizando para despedirnos de la serie.
Mejores momentos de 'Juego de Tronos' T2
La astucia de Tyrion
Tyrion es sin duda alguna uno de los personajes favoritos de los espectadores de 'Juego de Tronos'. En la segunda temporada, donde ganó más protagonismo, le dieron bastantes momentos para brillar. Uno de ellos fue durante su estancia en Desembarco del Rey, concretamente su plan para descubrir en quién puede confiar y en quién no a la hora de ocultar información a su hermana, Cersei. El plan consiste en contarle tres versiones diferentes sobre su intención de casarse con la princesa Myrcella al Gran Maestre Pycelle, Lord Varys y Meñique, y según la que llegue a oídos de Cersei, sabrá quién es el traidor (acaba siendo Pycelle). Es una muestra perfecta de la astucia e inteligencia por la que admiramos tanto a Tyrion, así como de la calidad interpretativa de Peter Dinklage.
La gran caída de Theon
Pobre Theon. El que fuera prisionero/hijo adoptivo de Eddard Stark tiene uno de los recorridos más trágicos y patéticos de la serie, y se puede decir que todo empieza en la segunda temporada. Cuando las dos familias entre las que se encuentra dividido se disponen para enfrentarse, él debe decidir a quién ser fiel, y su decisión es la llama que encenderá la mecha de sus innumerables desgracias. Theon se dispone a enviar una carta a Robb Stark para avisarle de la invasión de Invernalia que planean los Greyjoy (su familia biológica), pero finalmente decide no mandarla, sellando así su destino con su traición a los Stark. De ahí a Hediondo, dos pasos.
Sansa y el Perro
Antes de "conectar" con Arya, Sandor Clegane, más conocido como El Perro, fue aliado y protector (muy a su manera) de su hermana mayor, Sansa. En la segunda temporada, El Perro se dedica a protegerla del sádico Joffrey. Durante la batalla de Aguasnegras, Sandor decide abandonar Desembarco del Rey, pero antes hace una visita a Sansa para ofrecerse a llevarla a Invernalia. Aunque no lo hace con tacto precisamente, sino que le recuerda que es un asesino y que todos los hombres lo son. Sansa, sin embargo, sabe que El Perro no le hará daño, y así se lo dice. Es una interacción memorable que sirve como premonición de lo que le espera a Sansa en las siguientes temporadas, en las que descubrirá con Ramsay Bolton que Joffrey no era nada comparado con lo que se le venía encima.
Joffrey recibe su merecido
Joffrey Lannister es uno de los personajes más odiados (y más divertidos de odiar) de la historia de la televisión, gracias entre otras cosas a la brillante interpretación de Jack Gleeson. En la segunda temporada, el hijo de Cersei saca a relucir al gran sádico que lleva dentro atormentando a Sansa, y a todo el que se le ponga por delante. Por eso uno de los momentos más placenteros de la temporada es cuando su tío Tyrion le cruza la cara. Ocurre después de una revuelta en Desembarco del Rey, de la que Tyrion culpa al joven rey. "Hemos tenido reyes mezquinos y reyes idiotas, ¡pero nunca habíamos tenido la maldición de un rey mezquino e idiota!", le dice justo antes de darle una bofetada que aun estamos saboreando.
El parto de Melisandre
'Juego de Tronos' es una serie fantástica, pero la magia se suele dosificar considerablemente, sobre todo durante las primeras temporadas. Por eso, uno de los momentos más impactantes de la segunda fue cuando la Bruja Roja, Melisandre, dio a luz a un espectro demoníaco conocido como la Sombra. La escalofriante escena tenía lugar en una cueva ante la atónita mirada de Ser Davos, y de todos nosotros. Ese mismo ser asesinaría a Renly Baratheon en el siguiente episodio, otro momento clave que merecía mención.
"No sabes nada, Jon Nieve"
Aunque tiene su origen en los libros de George R.R. Martin, la frase "No sabes nada, Jon Nieve" se popularizó mundialmente gracias a la serie. La primera vez que la oímos en boca de Ygritte es en la segunda temporada, concretamente en el séptimo episodio. Un pequeño momento que impulsaría una frase icónica que ya forma parte de la cultura popular y seguiremos repitiendo mucho después de que termine la serie.
Batalla de Aguasnegras
Y aquí es donde la leyenda del Episodio 9 adquiere una dimensión mayor. 'Aguasnegras' está plagado de momentos memorables, pero el que resume mejor el impacto que causó es la explosión de fuego valyrio que acabó con la flota de Stannis Baratheon, un precioso espectáculo nocturno de luces verdes que se quedó grabado para siempre en nuestra retina. Para filmar la batalla y la explosión, HBO concedió un aumento de presupuesto a los showrunners, que sirvió para realizar algo a una escala nunca vista en televisión, y que sin embargo, sería superado en envergadura y factor épico en las siguientes temporadas. Por otro lado, este también el capítulo donde se origina la cicatriz de Tyrion, que recibió un golpe de espada en la cara a manos de Mandon. Inolvidable.
Cersei y el vino
¿Y qué hace Cersei mientras tiene lugar el asedio de Stannis Baratheon? Ponerse hasta arriba de vino, cómo no. La reina regente de Desembarco del Rey se dedica a beber mientras espera junto a las otras mujeres del castillo a que acabe la batalla. Y no hay nada que nos guste más que Cersei empinando el codo y lanzando pullas y miradas asesinas (en este caso dirigidas a Sansa). Por eso se merece su propia mención aparte. Nos postramos ante Lena Headey.
Dracarys
El arco argumental de Daenerys en la segunda temporada culminó en la ciudad de Qarth, donde la Madre de Dragones se adentra en la Casa de los Eternos (donde tiene una visión de ella junto a Khal Drogo y su hijo no nato, Rhaego) para enfrentarse al brujo Pyat Pree y recuperar a sus dragones, Rhaegal, Viserion y Drogon. Es la primera vez que Dany pronuncia la orden "Dracarys", que resulta en sus niños escupiendo fuego y acabando con su enemigo. Cuánto han crecido desde entonces.
El Rey de la Noche
Y llegamos al cliffhanger de la temporada. Como en la anterior (y en las siguientes) el noveno capítulo sirve como clímax, mientras que el último se dedica a plantear las tramas del próximo año. 'Valar Morghulis' termina con Samwell Tarly y la Guardia de la Noche oyendo tres toques de cuerno en la nieve, una señal que llevaba varios miles de años sin usarse, y que anuncia la llegada de los Caminantes Blancos, un ejército de terroríficas criaturas. Escalofriante anticipo del invierno que se cernía sobre nosotros.