Los mejores momentos de 'Juego de Tronos', temporada 3

En esta serie ha habido tantos giros que a lo mejor se os ha olvidado, pero sí, Sansa y Tyrion se casaron en la tercera temporada. Los Tyrell intentan que la Stark contraiga matrimonio con ser Loras, pero Tywin Lannister tiene otros planes. Unir a Tyrion con Sansa para asegurar el Norte, y casar a Cersei con ser Loras para así mantener su poder sobre Altojardín.

Así que el menor Lannister termina desposado con Sansa, para desgracia de ambos. En la fiesta, Tyrion aprovecha para beber hasta emborracharse y no faltan los enfrentamientos con su padre y su sobrino Joffrey. Lady Olenna no pierde ocasión de lanzar dardos por la boca.

Su noche de bodas fue también memorable. Los planes de Tywin incluían que el matrimonio se consumara rápidamente para así engendrar un heredero Lannister para Invernalia. Sin embargo, aún borracho, Tyrion se niega a acostarse con Sansa si ella no quiere y termina durmiendo sobre un sofá.

Nuestra khaleesi favorita pasa gran parte de la tercera temporada en la Bahía de los Esclavos, buscando un ejército para conquistar Poniente. Con sus dragones cada vez mayores, Daenerys se hace con 8000 Inmaculados en otro de los grandes momentos de la temporada, y toma la ciudad de Astapor. La convicción de Daenerys de poner fin al esclavismo le trae la oposición de los Amos de las ciudades de la Bahía. La joven Targaryen se encamina a Yunkai, pero antes de hacerse con la ciudad, tendrá que realizar varias decisiones.

Daenerys y sus aliados demuestran superioridad estratégica frente a los Amos y la khaleesi consigue tomar la ciudad. A la mañana siguiente, los esclavos de la ciudad se presentan frente a ella, y Daenerys les explica que la libertad es suya para tomarla. Es entonces cuando los libertos alzan las manos hacia ella gritando "¡Mhysa!" ("¡Madre!"). La soberana se da un baño de multitudes tras su victoria en una espectacular escena que sirvió de cierre de temporada.

Poner a renegados y criminales a defender el Muro a lo mejor no fue muy buena idea. La lealtad de la Guardia de la Noche nunca ha sido muy fuerte, pero esta es la primera ocasión en que se les va de las manos.

La incursión de la Guardia al otro lado del Muro ha terminado muy mal. Después de ser derrotados por los Caminantes Blancos en el Puño de los Primeros Hombres, los supervivientes se refugian en el Torreón de Craster, un salvaje que vive con sus hijas y esposas. Pero la tensión y la falta de comida infectan el ambiente y un grupo de hermanos se enfrenta a Craster y termina por asesinarlo.

En la pelea que continúa, Jeor Mormont, Lord Comandante de la Guardia de la Noche, también es asesinado por sus propios hombres, que buscan escapar de la Guardia sin consecuencias. Samwell Tarly consigue huir de allí junto a Gilly, una de las hijas de Craster, pero la mayoría de los hermanos acaban muertos o escapan. Con los Caminantes Blancos acechando, la Guardia de la Noche se encuentra en su peor momento, con las fuerzas mermadas y sin líder. Y se acerca el invierno...

El pobre Theon Greyjoy pasó una tercera temporada muy dura pero que ha quedado para el recuerdo. Y es que cayó en manos de Ramsay Bolton, que estaba decidido a dejar a Joffrey a la altura del betún. Si el hijo de Cersei nos parecía un sádico, las torturas a las que sometía Ramsay Bolton a Theon durante toda la temporada llegan a otro nivel.

Todo un abanico de tormentos físicos y psicológicos, desde despellejarle un dedo hasta hacerle creer que lo ha liberado para al final hacerle volver a la sala de torturas. Ramsay Bolton disfrutando creando dolor y Theon es una marioneta en su poder. El clímax de esta sucesión de torturas es la castración del Greyjoy. Cuando Ramsay descubre cuál es su parte del cuerpo favorita, se decide a seccionarla, en uno de los castigos físicos más duros de todo 'Juego de tronos'.

Poco a poco, Bolton irá reconstruyendo a Theon a su parecer y le dará un nuevo nombre, Hediondo, por su mal olor. Con la mente hecha añicos y el cuerpo destrozado, Theon gana un nuevo nombre, Hediondo, y, a la vez, un nuevo amo.

La relación entre Ygritte y Jon fue una de las más apasionadas de la serie. Después de infiltrarse entre los salvajes, haciéndoles creer que ha abandonado a la Guardia de la Noche, Jon Nieve termina en una relación con la pelirroja. Ambos comparten una noche en una cueva, la primera experiencia sexual de Jon, y se unen a la campaña de Mance Rayder hacia el sur.

Juntos, escalan el Muro en una expedición que casi los lleva a la muerte y reafirman su amor besándose en la cima del Muro. Un amor tan arrebatado como trágico. Y es que la lealtad de Jon siempre ha estado con la Guardia. El bastardo Stark termina traicionando a los salvajes después de una emboscada fallida y escapa hacia el Castillo Negro.

Sin embargo, la salvaje es una rastreadora nata y consigue dar con él. Jon la intenta convencer de que ambos se aman y de que debe irse a casa. Tras un último "No sabes nada, Jon Nieve", Ygritte le dispara tres flechas, pero termina por dejarlo escapar, incapaz de matar al hombre al que ama.

Antes del motín de la Guardia de la Noche, Samwell Tarly estaba muy ocupado enamorándose de Gilly, una de las hijas de Craster. La joven da a luz a un niño pero se ve obligada a esconderlo, pues Craster ofrece a los varones que nacen de sus mujeres e hijas a los Caminantes Blancos. Cuando los hermanos matan al Lord Comandante, Sam busca a Gilly y la convence de que escapen juntos.

Los dos se embarcan en una carrera hacia el Muro, escapando de los hermanos amotinados. Mientras se refugian del frío, un Caminante los encuentra, buscando al hijo de Gilly. Sam intenta enfrentarse a él, pero su espada es destruida, así que utiliza una daga de vidriagón, que encontró en el Puño de los Primeros Hombres. Ante la sorpresa de ambos, el Caminante emite un alarido y se desintegra en polvo.

Se trata de una escena clave para 'Juego de Tronos', que marca la primera vez que un personaje mata a un Caminante Blanco. El vidriagón se confirma como la única arma capaz de hacerles frente, y un recurso necesario para la guerra que está por venir.

La trama de Jaime Lannister junto a Brienne de Tarth en la tercera temporada fue un giro radical para el león. Esta pareja, muy querida por los fans, nos dio grandes momentos en esta tanda de episodios. Los dos compartieron confidencias y una relación en la que cada uno hacía mejorar al otro.

Es memorable el momento en que, mientras toman un baño, Jaime le cuenta a Brienne por qué se convirtió en el Matarreyes: cómo Aerys Targaryen, el Rey Loco, le ordenó que quemara Desembarco del Rey y a todos sus habitantes y cómo Jaime decidió acabar con la vida del rey para salvar a miles de personas. Esta confesión humanizó a Jaime, que a partir de aquí dejaría de ser otro villano más para convertirse en un personaje con más matices.

Pero si hay una escena en su trama que somos incapaces de olvidar es la pérdida de la mano. Locke, un banderizo de la casa Bolton, lleva prisioneros a Brienne y Jaime. Cansado de la insistencia de Jaime de que los libere, tortura al Lannister y termina cortándole la mano derecha para recordarle que "no es nada sin su padre". Espeluznante.

Antes de llegar a Yunkai, Daenerys se detiene en la primera ciudad de la Bahía de los Esclavos, Astapor. Allí busca un ejército con el que conquistar Poniente y encuentra a los Inmaculados, guerreros esclavos adiestrados para ser letales y no tener piedad. Kraznys mo Nakloz, el dueño de los Inmaculados, habla con Daenerys a través de Missandei, sin saber que la khaleesi entiende Valyrio, así que la insulta constantemente creyendo que no se da cuenta.

Tras varias deliberaciones con sus consejeros, la Targaryen decide intercambiar a uno de sus dragones, Drogon, por los Inmaculados y Missandei. La compra se hace efectiva y Daenerys se convierte en dueña de los esclavos. La khaleesi prueba a su recién adquirido ejército hablando en Valyrio y protagoniza uno de los grandes momentos de la temporada. Ordena a los esclavos que asesinen a los Maestros y liberen a todos los esclavos para después girarse hacia Kraznys mo Nakloz, gritar "Dracarys" y hacer que su dragón acabe con el esclavista.

La reina toma la ciudad y libera a los Inmaculados, que deciden unirse a ella por voluntad propia. Daenerys ya tiene su ejército.

Sin duda, uno de los momentos más traumáticos de toda la serie. Pasamos gran parte de la tercera temporada acompañando a Robb y Catelyn Stark en su cruzada para vengar a Ned contra los Lannister. Asistimos a sus derrotas y victorias y al amor que acabará con el Joven Lobo.

Robb Stark había prometido desposarse con una Frey para que lord Walder, señor de la casa, le permitiera cruzar los Gemelos. Pero ay, el amor llama a su puerta y termina desposándose con Talisa Stark, que termina embarazada de un pequeño lobo. Para rehacer las paces con los Frey, Robb les ofrece casar a su tío, Edmure Tully, con Roslin Frey. Sin embargo, esto no es suficiente para lord Walder, que engaña a Robb y Catelyn y los masacra a ellos y a su ejército en mitad de la ceremonia.

Por supuesto, la mente de Tywin Lannister estaba detrás del sangriento enlace, y lo orquestó para acabar con la amenaza norteña. Ah, eso no es todo: Arya Stark estaba allí, a punto de reunirse con su madre y hermano. Aunque al menos ella escapa gracias a la intervención del Perro.

Internet está repleto de reacciones ante esta escena, ejecutada e interpretada con maestría por el equipo de la ficción. La Boda Roja nos confirmó una vez más que 'Juego de Tronos' no tenía ninguna piedad a la hora de despachar personajes, incluso auténticos protagonistas como los Stark. Aunque nos rompió el corazón, esta escena nos sirvió para ver, una vez más, que estábamos ante una serie como ninguna otra.