Es un arma de doble filo ser 'hija de'. Y depende de lo que venga después de ese 'de', el arma puede funcionar con más o menos consistencia. Hija de Charles Chaplin, Geraldine se ha quedado muy lejos de perderse bajo la sombra de su progenitor. De hecho, ella no quería ser actriz. Debutó en una película de su padre, 'Candilejas', junto a sus hermanos cuando solo tenía 8 años, y durante su adolescencia probó suerte con el ballet y entre artistas circenses. Finalmente pensó que su apellido le daría facilidades para iniciar una carrera como actriz en la que conseguiría, casi sin pestañear, dinero y fama. Pero Geraldine se enamoró de la profesión.
Cumple hoy 75 años la eterna actriz secundaria. Relegada a papeles de reparto, ha sabido ocupar las pantallas de medio mundo, conseguir fama internacional y acumular más de un centenar de películas a sus espaldas. Hija y nieta de artistas, madre de la también actriz Oona Chaplin, se ha criado entre claquetas y focos a un ritmo frenético. Aunque nació en California, se mudó a Europa cuando a su padre lo tacharon de comunista. En España se enamoró del cine con 'Doctor Zhivago', en unas tórridas jornadas de calor madrileño en las que tenía que simular pleno enero, y de Carlos Saura, cuando rodaban en 1967 'Peppermint Frappé'.
Chaplin (Geraldine, no Charlot) ha ganado un Fotograma de Plata (por 'La madriguera' en 1969), un Goya (en 2002 por 'En la ciudad sin límites'), una nominación a los Oscar, tres nominaciones a los Globos de Oro, una Biznaga de Plata en el Festival de Cine de Málaga y una Medalla de Oro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España entre muchos, muchos otros premios. Actriz predilecta de Bayona, ha trabajado con los grandes maestros de la dirección, como Martin Scorsese o Pedro Almodóvar. El cine le corre por las venas igual que el optimismo y el esfuerzo. Aterrada con la idea de envejecer, pero agradecida por los papeles que le dan sus extraordinarias arrugas, Geraldine cumple 75 años llevando su nombre y su apellido a la cima del cine.
Mejores papeles de Geraldine Chaplin
'Doctor Zhivago'
Una jovencísima e inexperta Geraldine se colaba en el reparto de 'Doctor Zhivago'. Madrid, 1964, la cinta es considerada una de las mejores películas de la historia, dirigida por David Lean y protagonizada por Omar Sharif y Julie Christie. Además, permitió a Chaplin adentrarse por primera vez en nuestro país. Sobre el amor en tiempos de la revolución rusa, Geraldine interpreta a Tonya, la esposa del doctor, convirtiéndose sin pretenderlo en rival de Christie. Le costó su única nominación al Oscar y la capacidad de haber firmado una de las películas más románticas, bellas y famosas de la historia.
'Peppermint Frappé'
La historia de amor entre Geraldine y Carlos Saura comenzó detrás de las cámaras de 'Peppermint frappé' en 1967. Encarnaba aquí Chaplin a una mujer extranjera y sofisticada que se convierte en la obsesión del protagonista. La actriz demuestra su capacidad de seducción eliminando el estigma de la dulzura pese a su juventud.
'Nashville'
Robert Altman dirigía en 1975 'Nashville', una película entre muchos actores y muchos reconocimientos. Geraldine consiguió postularse al Globo de Oro en una producción llena de historias que se superponían unas encima de las otras. Opal es la periodista de la BBC que encarna Chaplin, una mujer surrealista, ocurrente y maravillosa que Altman incluyó en todas las secuencias de la película, como si Geraldine fuera aquí un fantasma.
'Cría cuervos'
Asentada en España, Chaplin protagonizaba en 1976 'Cría cuervos' bajo la dirección de Carlos Saura y junto a una Ana Torrent todavía muy infantil. La película fue galardonada en el Festival de Cannes con el premio del jurado. Geraldine es Ana, una extraña mujer que se siente culpable por la muerte de su padre y convencida de poseer ciertos poderes especiales. Hablando a la cámara, la actriz desplegó aquí sus dotes interpretativas.
'Ana y los lobos'
Saura se enamoró de Geraldine dentro y fuera de la gran pantalla. En 1975 protagonizaba 'Ana y los lobos'. Maravillosa, con la melena morena y al viento, Chaplin era esa Ana inquieta y joven, una mujer extranjera que era contratada de institutriz en una casa de ricos para ocuparse de los niños. Su llegada revoluciona a todos los miembros de la familia y ella se fascina con España, el campo y las estructuras férreas de la época.
'Chaplin'
Algo extraño sucedió en 1992 cuando Geraldine decidió decir sí a ser actriz protagonista en la película 'Chaplin'. Una cinta que hacía homenaje a su padre, interpretado por Robert Downey Jr., que consiguió alzarse con un BAFTA y con el apoyo incondicional de la crítica y el público, y en la que ella encarnaba a su abuela, Hannah Chaplin. Este viaje entre ficción y biografía, entre el personaje extraño y el familiar, le dio a Chaplin una nominación al Globo de Oro.
'Hable con ella'
Chaplin consigue meterse en esa lista tan codiciada de 'chicas Almodóvar' en 2002. En 'Hable con ella' interpreta a la maestra de danza de Alicia (Leonor Watling) y directora de la escuela de baile. Cómica pero severa, y rodeada de un reparto de renombre con Javier Cámara, Lola Dueñas o Elena Anaya, Geraldine consigue con Pedro explotar su lado humorístico que, inevitablemente, le viene de familia. La cinta ganó un Oscar y un Globo de Oro.
'En la ciudad sin límites'
Antonio Hernández dirige en 2002 a Chaplin en 'En la ciudad sin límites'. Una historia aclamada por la crítica que le valió el premio Goya a la actriz por mejor secundaria. Interpreta aquí a la esposa desgarrada de un demente que mantiene a la familia bajo la sombra del drama y la intriga. En una actuación magistral y en lo que pudo ser una película casi redonda, Geraldine gritaba el 'no a la guerra' cuando recogió el premio en la ceremonia.
'El orfanato'
Continuando con el idilio entre el cine español y Chaplin, en 2007, J.A. Bayona la ficha para ser la médium más terrorífica de la gran pantalla en 'El orfanato'. Junto a Belén Rueda, el cineasta catalán iniciaba su saga de películas centradas en la relación entre madres e hijos. Geraldine se alza en un papel cargado de misterio e incertidumbre en el que habla con espíritus y fantasmas bajo su frase "creer para ver". Desde Bayona, con el que repite constantemente en todos sus títulos, la actriz continuó con el cine de terror en nombres como 'El hombre lobo', 'Mi otro yo' o 'Wax'.
'Tierra firme'
En un barco en Londres, la tierra firme que busca la película de Carlos Marqués-Marcet no es la física sino la emocional. Conjugan aquí Geraldine y Oona Chaplin, madre e hija haciendo de madre e hija. La joven Oona vive en una extraña relación de tres, buscando la maternidad y definiendo sus sentimientos. Geraldine hace alarde de sensatez y sentido del humor, en un papel en el que tendrá que demostrar ser esa madre no tan moderna forzada a serlo.