El caso de Javier Gutiérrez es un clásico que sucede en cualquier industria cinematográfica. El fenómeno se basa, en esencia, en quitarse la etiqueta de eterno secundario, algo que no tiene absolutamente nada de negativo, para pasar a jugar en la liga de los grandes protagonistas. De no ser así, se suben varios peldaños en la propia categoría. El punto de inflexión en la carrera de Gutiérrez, tras muchos años realizando su trabajo con solvencia y talento, se resume en tres palabras: 'La isla mínima'.
Y es que, gracias a la obra maestra de Alberto Rodríguez, Gutiérrez se llevó todos los premios posibles, les dio la razón a todas aquellas voces que ya le señalaban como uno de nuestros mejores intérpretes y sorprendió a millones de espectadores con uno de esos trabajos que marcan toda una carrera. O que, en este caso, la cambian para siempre. Desde entonces, Gutiérrez no ha parado de trabajar en propuestas que han conseguido la siempre envidiable unanimidad de crítica, público e industria.
Conviene celebrar el éxito de un actor que, alejado de los clásicos patrones de las estrellas más representativas del cine español, ha hecho del talento, la versatilidad y el compromiso indiscutible sus mayores señas de identidad. Javier Gutiérrez ya está plenamente instalado en el terreno de los grandes intérpretes de la historia del cine español. Y lo ha logrado mediante unos argumentos especialmente admirables. Un pequeño gran gigante.
Los mejores papeles de Javier Gutiérrez
'El autor'
Tres años después de ganar el Goya a Mejor actor por su impecable trabajo en la magistral 'La isla mínima', Javier Gutiérrez repetía triunfo gracias a 'El autor', notable propuesta dirigido por el siempre interesante Manuel Martín Cuenca que anclaba la mayor parte de su peso sobre los hombros de su protagonista. Un reto que Gutiérrez, plenamente asentado a esas alturas en el firmamento de grandes actores de nuestro país, aceptó encantado, cumpliendo a lo grande con una de esas interpretaciones medidas a la perfección, equilibradas, magnéticas y extrañamente conmovedoras.
'La isla mínima'
En España también tenemos una amplia variedad de buddy movies que consiguen respetar y trasladar el género hasta adaptarlo a un código cinematográfico en el que el costumbrismo y el tópico consiguen fundirse con ganas y sin demasiadas reticencias. Uno de los últimos grandes ejemplos lo tenemos en 'La isla mínima'. Dos policías con personalidades totalmente opuestas y la necesidad de llevarse bien y entenderse lo mejor posible para conseguir descifrar las claves de un caso de esos que ponen los pelos de punta. ¿El resultado? Un prodigio cinematográfico en toda regla. Uno de esos casos en los que todo funciona a la perfección, desde unos títulos iniciales arrebatadores, de una belleza abrumadora, hasta el último portazo. Fin de la historia. O principio.
Al frente, Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez con dos portentosas interpretaciones a la altura de la dirección de Alberto Rodríguez, brillante, sin fisuras, de un control del detalle y una pasión fascinante. Una película que se suda, se sufre, se vive, se bebe, se analiza y, horas después, se instala en las entrañas gracias a alguna de las escenas más arrebatadoras que se recuerdan por estos lares. Un trabajo de personalidad tan arrolladora que, además de aguantar todo tipo de comparaciones, que vienen y vendrán, puede mirar a la cara a cualquier ejercicio del género que se lo proponga.
'Campeones'
El público dictó sentencia de la manera más contundente: 'Campeones' es uno de los mayores éxitos comerciales de la historia del cine español. Y menuda alegría. Estamos ante una película que, sin perder el sello de su director, el imprevisible y genial Javier Fesser, toma cierta distancia de sus elementos más reconocibles para fijar su mirada en un grupo de seres humanos maravillosos, divertidos, entrañables y admirables.
Ellos son el corazón de una propuesta repleta de carcajadas, ternura y mensajes necesarios para una sociedad que, afortunadamente, se ha volcado con ella. Imposible no salir hinchado de pura felicidad con 'Campeones', uno de esos trabajos que te fijan una sonrisa en la cara de la manera más natural y honesta posible. Algo muy parecido a un regalo al que Javier Gutiérrez aporta un compromiso, una profesionalidad, una entrega y una sensibilidad absolutamente ejemplares.
'1898. Los últimos de Filipinas'
Sin lugar a dudas, la gran baza de la estupenda '1898. Los últimos de Filipinas', más allá de su apasionante historia basada en hechos reales y la sobresaliente dirección de Salvador Calvo, se encontraba en su impresionante reparto. Tomamos aire: Javier Gutiérrez, Luis Tosar, Álvaro Cervantes, Karra Elejalde, Carlos Hipólito, Eduard Fernández, Patrick Criado, Miguel Herrán, Ricardo Gómez o Pedro Casablanc, entre otros. Casi nada. Una colección de nombres ilustres que se complementaban y repartían juego desde la generosidad más absoluta. En lo que respecta a Gutiérrez, poca sorpresa, está impecable en todas y cada una de sus apariciones. Talento marca de la casa.
'El olivo'
A pesar de que 'El olivo' siempre será recordada como el estallido casi definitivo de Anna Castillo, una de las actrices más completas de su generación, conviene no olvidar a Javier Gutiérrez como compañero ideal a la hora de encontrar el punto exacto de drama y comedia que requería esta maravillosa historia. Y es que, al igual que ocurre con la práctica totalidad de piezas que se dan cita en la espléndida película de Icíar Bollaín, la química entre el actor y Castillo es un auténtico disfrute sin pizca alguna de desperdicio. Una de las grandes películas de ambos, algo que deberíamos subrayar más veces.
'El desconocido'
Cuando se hacen las cosas bien, funciona. Cuando se hacen las cosas de manera extraordinaria, abruman. Y eso ocurre con 'El desconocido', vertiginoso thriller que, con los elementos justos, consigue arrasar con todo. Expectativas, aspiraciones y deseos. El debut en pantalla grande del director Dani de la Torre es toda una declaración de intenciones, una de las cartas de presentación más notables de los últimos años y una película de género para enmarcar. ¿Impresiona? No es para menos. El punto de partida, un ejecutivo de banco que, acompañado por sus hijos, recibe una llamada anónima indicándole que en su coche hay una bomba que explotará si alguno de ellos abandona el vehículo, le sirve a de la Torre para construir una película que, más que cine, es una explosión.
Con un ritmo trepidante que se permite los paréntesis justos para respirar y para, ay, quizás explicar más de la cuenta lo que ya es evidente, 'El desconocido' supone una de esas sorpresas que el cine español se guarda como brillante as en la manga. Cine palomitero, comercial hasta la médula, pero constante en su lucha por aportar algo más que frenesí a través de una dirección inteligente y deslumbrante en su atrevimiento y un reparto en permanente estado de gracia, con una lucha apasionante entre Javier Gutiérrez y Luis Tosar, dos gigantes entregados a la causa, a la cabeza.
'Un franco, 14 pesetas'
'Un franco, 14 pesetas', estreno como director de Carlos Iglesias, nos trasladaba a una España en plena década de los sesenta para presentarnos a un pequeño grupo de personajes cercanos, divertidos y entrañables en las mismas dosis.
Seres humanos de otro tiempo, otro lugar y otros ideales que, a través del guion firmado también por Iglesias, conseguían atrapar la atención y la emoción del espectador gracias a una naturalidad y cercanía a prueba de balas. Un logro elevado por las interpretaciones de un reparto en el que destacaba, una vez más, la facilidad de Javier Gutiérrez para aportar humanidad, descaro y cierto encanto especial a cualquier tipo de personaje, desenfocando por completo el término secundario hasta alcanzar un protagonismo indiscutible. Y es que, cuando su Marcos no está en pantalla, 'Un franco, 14 pesetas' nota su ausencia. Y lo mismo le sucede al público.
'Plan de fuga'
'Plan de fuga' es el ejemplo perfecto dentro de la trayectoria profesional de Javier Gutiérrez para demostrar que, más allá de los logros artísticos generales que obtenga la película en cuestión, él siempre justificara su visionado. Y es que, por desgracia, no hay muchas buenas noticias en esta propuesta dirigida por Iñaki Dorronsoro, un thriller de acción demasiado desorientado, caótico e irregular que, sin embargo, salva los muebles gracias a una serie de personajes secundarios con cierto interés entre los que sobresale, con amplia distancia del resto, el interpretado por un Javier Gutiérrez pletórico. El actor, sin excepción, se come la pantalla en cada una de sus apariciones, eclipsando con una naturalidad absoluta y logrando una inesperada emoción a través de un trabajo tan contenido como memorable.
'La habitación del niño'
Con el inesperado regreso en 2007 de una renovada 'Historias para no dormir', clásico televisivo absoluto del maestro Narciso Ibáñez Serrador, llegaba también 'La habitación del niño', la primera y única, hasta la fecha, propuesta de terror firmada por Álex de la Iglesia. Un cineasta único y genial al que deberíamos estar dando el follón día sí y día también para que regresara al género. Y es que, con esta historia apasionante llena de giros tan complejos como terroríficos, el director vasco entregaba un auténtico festín de sobresaltos, personajes perturbados y misteriosos, intriga, atmósfera y, por supuesto, miedo en estado puro. Todo ello con la complicidad absoluta de Leonor Watling y, sobre todo, un Javier Gutiérrez tan sorprendente como memorable. Una de sus interpretaciones más interesantes e infravaloradas.
'Vergüenza'
De acuerdo, aquí podríamos haber incluido 'Águila roja', serie que funcionaba bastante bien como ejercicio de evasión sin pretensiones y en la que Javier Gutiérrez componía uno de esos secundarios destinados a anclarse en la memoria, pero, puestos a colar una serie entre tantas películas, se hace inevitable irse con 'Vergüenza'. Es lo que tiene protagonizar una de las comedias televisivas más sorprendentes, hilarantes, valientes y explosivas de los últimos años, una sucesión de carcajadas en las que Gutiérrez emerge como auténtico titán de la risa. A recital por capítulo.