Dentro del panorama actual del cine español, el nombre de Natalia de Molina es uno de esos valores seguros que garantizan la justificación total del precio de una entrada o, dependiendo del formato de distribución, del tiempo dedicado a ver una película en casa. Si ella aparece, fuera dudas, la experiencia merecerá la pena. Por su capacidad para desprender verdad, conmover hasta la misma lágrima, desatar carcajadas incansables y, sobre todo, traspasar la pantalla por completo. No hay intermediarios, simplemente talento. Mucho.
Todos estos méritos, por cierto, obtenidos en un tiempo casi récord. Y es que, aunque parezca increíble, solamente hace seis años que la actriz andaluza apareció por primera vez en un largometraje, punto de partida de una carrera cinematográfica que, hasta la fecha, suma con envidiable destreza el éxito y el riesgo, el atrevimiento y la consolidación, la ovación y el cariño, el respeto y la admiración. Un conjunto de grandes noticias que De Molina ha conseguido aglutinar gracias a una serie de interpretaciones de auténtico peso.
Una actriz de raza y precisión, de golpe y caricia, de lluvia y luz, de precisión e impulso, de carne y hueso, de piel erizada y nudo en la garganta. El presente es suyo, sí, pero con Natalia de Molina una siempre tiene la sensación de que lo mejor está por llegar. De listón en listón. El mañana constante de una actriz enorme.
Los mejores papeles de Natalia de Molina
'Vivir es fácil con los ojos cerrados'
Con su primer largometraje, la fantástica 'Vivir es fácil con los ojos cerrados', Natalia de Molina consiguió ganarse el corazón de crítica, público y Academia, ahí está el Goya a Mejor actriz revelación para ejemplificarlo, con una interpretación marcada por la delicadeza, la sensualidad y una presencia hipnótica en pantalla.
Un impacto inicial alejado del artificio y el subrayado que, al igual que sucede con el resto de elementos de la notable película de David Trueba, deja huella desde la sencillez, la naturalidad y la calidez. Un trabajo maravilloso que situaba a la actriz en una rampa de salida hacia el triunfo y los grandes papeles que, afortunadamente, supo aprovechar.
'Cómo sobrevivir a una despedida'
Dos años después de su celebrado estreno en la gran pantalla con 'Vivir es fácil con los ojos cerrados', Natalia de Molina cambió por completo de registro en 'Cómo sobrevivir a una despedida', comedia alocada dirigida por Manuela Burló Moreno que no contó precisamente con un recibimiento demasiado cálido. Y eso que, sin estar ante ninguna obra maestra, ni mucho menos, nos encontramos frente a una cinta que funciona de manera correcta en su intención de despertar la sonrisa desde la combinación de lo entrañable y lo vulgar. Una fórmula que consigue sus mejores resultados cuando De Molina acumula todo el protagonismo, elevando la película por encima incluso de su propia media. Ni una duda, ella es lo más destacado de 'Cómo sobrevivir a una despedida'.
'Techo y comida'
Segunda nominación y segundo Goya en menos de tres años para Natalia de Molina. Un premio que resultó tan sorprendente, las quinielas apuntaban en la dirección de Inma Cuesta por su apabullante trabajo en 'La novia', como indiscutible. Y es que, desde su primera e impactante escena, De Molina ofrece en 'Techo y comida' una de esas interpretaciones que nacen de las mismísimas entrañas y se clavan en la memoria y el corazón, dejando un poso que se mantiene mucho después de abandonar la sala. Drama dirigido y escrito con notable talento por Juan Miguel del Castillo en el que la actriz entrega la que, con toda probabilidad, es el trabajo más memorable de su carrera hasta la fecha. Una interpretación que es puro y emocionante golpe en el estómago. Un prodigio.
'Kiki, el amor se hace'
Si 'Kiki, el amor se hace' tiene un argumento a su favor realmente indiscutible ese es, sin lugar a dudas, el trabajo de su espectacular reparto. Tomamos aire: Paco León, compaginando su estupenda labor en la silla de director, Ana Katz, Belén Cuesta, Álex García, Candela Peña, Luis Callejo, Luis Bermejo, Mari Paz Sayago, Alexandra Jiménez y, sobre todo, una Natalia de Molina que, sencillamente, iluminaba la pantalla en cada una de sus hilarantes apariciones. Su trama, divertida y original en las mismas dosis, es la mejor dentro de una propuesta que, a pesar de las inevitables irregularidades de toda película con múltiples historias en su interior, desprendía un abrumador aroma a sudor, sexo y libertad.
'Animales sin collar'
A la más que interesante 'Animales sin collar' le ha tocado jugar el papel poco agradecido de ser la película más infravalorada de la trayectoria de Natalia de Molina. Y eso que, además, estamos ante una de las interpretaciones más completas, complejas, intensas e interesantes de una actriz que demuestra poder cargar con el peso de toda una historia con inusitada y envidiable facilidad. Su mirada, sus silencios, sus lágrimas y sus gritos callados funcionan como vehículo perfecto para que la película de Jota Linares termine resplandeciendo como un notable thriller melodramático. Una propuesta que merece la pena recuperar.
'Quién te cantará'
Después de las inmensas 'Diamond Flash' y, sobre todo, 'Magical Girl', una de las mejores películas de la historia del cine español, Carlos Vermut confirmaba su apabullante talento con 'Quién te cantará', una nueva ración en vena de su particular y apasionante forma de entender y contar las historias. Una película hipnótica, fascinante y arrebatadora desde la calma que encontraba en su tridente femenino protagonista, Najwa Nimri, Eva Llorach y Natalia de Molina, uno de sus puntos más memorables. En lo que respecta a la última de ellas, en un papel totalmente alejado de los registros en los que la habíamos visto con anterioridad, su interpretación es una implacable y afilada daga que se mantiene constantemente al filo del todo y la nada, intrigando y doliendo, sangrando y llorando, rompiendo y desgarrando. Suya es, además, una de las escenas más asfixiantes e intensas jamás vistas en el cine español en mucho, mucho tiempo.
'Elisa y Marcela'
No es 'Elisa y Marcela' una de las películas más inspiradas de la trayectoria de Isabel Coixet, ni mucho menos, pero cuesta no entregarse a los brazos de una propuesta que cuenta con dos interpretaciones centrales de la talla de las que ofrecen Greta Fernández y Natalia de Molina, química tan pura como calmada sobre la que se asientan las principales virtudes de una historia más apasionante en el fondo que en la forma. Ellas son el alma, el llanto, el abrazo, la pasión, el dolor y el encuentro eterno de una película que se engrandece en cada una de sus escenas conjuntas.
'Los del túnel'
Para bien o para mal, 'Los del túnel' es una comedia distinta a casi todo. Original y clásica al mismo tiempo, tradicional y radical, rutinaria e inclasificable de escena a escena, la película dirigida por Pepón Montero se gana su aplauso más indiscutible gracias a su atrevimiento y deseo de alejarse de las zonas de confort más representativas y perezosas del género, contando para ello con el apoyo incondicional de un brillante reparto entregado a la causa. En ese sentido, destaca una maravillosa Natalia de Molina capaz de encontrar el equilibrio interpretativo exacto, aportando a cada uno de sus momentos el tono y el ritmo más adecuado y necesario. Otra interpretación mayúscula que sumar a su catálogo.
