Debutó en el cine con 21 años y en tan sólo diez ya había trabajado con Alfred Hitchcock, Vicente Minnelli, Billy Wilder y Robert Wise, varios de los mejores directores de Hollywood. Su sonrisa y sus ojos azules enamoraban no sólo a los personajes de Jack Lemmon, sino también a millones de espectadores. Su carisma y talento para la interpretación encandilaban a todos y obtuvo su recompensa en 1983 con el premio de la Academia por 'La fuerza del cariño'. Shirley MacLaine cumple 85 años, y ni la fuerza de su mirada se ha apagado ni ha dejado aún de sacarnos una sonrisa.
Hermana mayor del también actor Warren Beatty (sobre el que hablamos el mes pasado), MacLaine comenzó en el cine nada menos que de la mano del maestro del suspense, Alfred Hitchcock. Sus dotes como bailarina y cantante, sumados a los de la interpretación, provocaron que la actriz se convirtiera muy pronto en una estrella reconocida por todo Hollywood llegando a obtener su primera nominación al Oscar por 'Como un torrente' en 1958, sólo tres años después de su debut.
No obstante, su etapa más fructífera fue a las órdenes del guionista y director Billy Wilder, que la escogió para protagonizar dos películas casi consecutivamente, 'El apartamento' e 'Irma la dulce'. Aunque donde más se había lucido era en la comedia, sus siguientes papeles a partir de 'Dos mulas y una mujer' tornarían en carices mucho más dramáticos, donde se supo manejar igual de bien como ya había demostrado en 'La calumnia', posiblemente una de sus mejores actuaciones. Es por ello que los siguientes años destacaría en comedias con fuertes tintes dramáticos. Ya fuera en el género o director con el que trabajase, la intérprete ha logrado hacerse un hueco entre las mejores actrices de todos los tiempos y por ello en 2013 recibió el galardón Kennedy que reconocía su labor durante tantos años. Es difícil resumir una carrera tan larga y exitosa, pero aquí van diez de sus papeles más inolvidables.
Polifacética e incansable
En los últimos años, MacLaine ha participado en todo tipo de producciones, desde puras comedias comerciales a trabajos de autor pasando por las series con su aparición en 'Downton Abbey'. Durante este tiempo, la actriz ha ido construyendo en varias de sus películas un personaje muy particular hecho a su medida, el de una señora enfadada con el mundo y que se resiste a esconder su lado más tierno. Pero, en el fondo, a sus 85 años sigue siendo la misma chica de enorme sonrisa y ojos azules que asombró al mundo entero.
Los mejores papeles de Shirley MacLaine
Pero... ¿quién mató a Harry?
Si vas a comenzar en el cine, mejor por todo lo alto. Eso es lo que debió de pensar Shirley MacLaine cuando descubrió que era la actriz elegida para la próxima película de Alfred Hitchcock, que en 1955 venía de realizar dos obras maestras como 'Crimen perfecto' y 'La ventana indiscreta'. Una oportunidad de oro para la joven intérprete, que precisamente se vio envuelta en una de las pocas producciones del maestro del suspense más alejadas de su género favorito.
'Pero ¿quién mató a Harry?' es una rara avis en la filmografía de Hitchcock, una comedia negra cuya intriga no acaba de atrapar ni el humor de hacer gracia. No obstante, le permitió a MacLaine darse a conocer el mismo año en el que también aparecía junto a dos grandes estrellas, Dean Martin y Jerry Lewis, en la comedia musical 'Cómicos en París'.
El apartamento
Tras debutar con Hitchcock y sacar una de sus mejores interpretaciones a las órdenes de Vicente Minnelli en 'Como un torrente' (la cual le valió su primera nominación al Oscar), el camino de MacLaine se cruzaría con el de un prestigioso guionista y director, Billy Wilder. 'El apartamento' fue el primer trabajo entre los dos, y tanto por su química con Jack Lemmon como el buen hacer del autor de 'El crepúsculo de los dioses', salió una película tan redonda como lo fue la interpretación de la actriz. La señorita Kubelik, tierna y rompecorazones a la vez, es el mejor paradigma de los personajes de Shirley MacLaine, un prototipo que volvería a repetir dos años después junto al propio Wilder.
La calumnia
Entre medias de las comedias wilderianas, Shirley MacLaine coprotagonizó junto a Audrey Hepburn 'La calumnia', de William Wyler ('Vacaciones en Roma', 'Ben-Hur'). En ella da vida a una profesora y codirectora de una exclusiva escuela de niñas. Sin embargo, cuando su compañera y amiga le anuncia que se va a casar, el personaje de MacLaine se revuelve contra ella por miedo a quedarse sola a cargo de la escuela. Sin embargo, la niña más cruel y desobediente de toda la escuela interpreta ese gesto de otra manera, y como venganza personal contra las dos directoras difunde el rumor de que entre ellas había una relación.
'La calumnia' es un brillante drama cuyo principal valor reside en lo adelantada a su tiempo que estaba (a pesar de ser un remake de otra película de Wyler), tanto que su argumento está relacionado con la inquietante cinta danesa que protagonizó Mads Mikkelsen, 'La caza'.
Irma la dulce
El binomio Wilder-MacLaine no duró mucho, pero en las dos películas que colaboraron ambos sacaron lo mejor del otro. En 'Irma la dulce' de nuevo encontramos ese personaje que parece desprovisto de sentimientos (es una prostituta con multitud de clientes) pero que termina enamorándose y dejando ver su verdadera cara tras la capa de sensualidad y altivez con la que se esconde. Además, la actriz pudo exhibir al completo sus dotes como cantante y bailarina, además de dejar una de las interpretaciones más icónicas de su carrera.
Ladrona por amor
Una joven con rasgos asiáticos que se gana la vida en un cabaret de mala muerte ve la oportunidad de huir de su vida colaborando con un inglés en un arriesgado robo. Para ello, tendrá que hacer de señuelo y engañar al hombre más rico del mundo para hacerse con una valiosa escultura china. Este es el punto de partida de 'Ladrona por amor' es toda una joya oculta en la filmografía de la actriz, una mezcla entre thriller y comedia hecha con mucho ingenio y en la que MacLaine da vida a la misteriosa, contestona e impulsiva Nicole. Junto a ella, el siempre elegante y divertido Michael Caine, con el que forma una pareja casi a la altura de la de Jack Lemmon.
Dos mulas y una mujer
Si cada pareja de la que formaba parte era más divertida y alocada que la anterior, la de Clint Eastwood en 'Dos mulas y una mujer' se lleva sin duda la palma. Él, un forajido de la guerra convertido en mercenario. Ella, una monja que decide apoyar el movimiento de Juárez en la revolución mexicana. Ambos se verán envueltos en un viaje en el que estarán condenados a entenderse y ayudarse si quieren sobrevivir a todos los peligros que el desierto mexicano les depara. A medio camino entre la screwball comedy y el western, 'Dos mulas y una mujer' es una simpática buddy film con dos actores muy alejados de sus roles habituales, lo cual hace su visionado aún más interesante. MacLaine, que siempre había dado vida a mujeres seductoras, aquí es una monja obcecada en rezar y llegar a su destino, mientras que Eastwood parece ser el mismo tipo duro y frío de siempre y sin embargo muestra muy pronto sus verdaderas cartas y su tono más cómico, casi adelantando el personaje que sería años más tarde de anciano.
Bienvenido Mr. Chance
Los años sesenta quedaron atrás y con ellos la imagen de chica sensual y graciosa que proyectaba MacLaine. Por ello fue un gran paso adelante en su carrera el complicado personaje que le brindó Hal Ashby en 'Bienvenido Mr. Chance'. En la sátira sobre la política y la televisión estadounidense del director de 'Harold y Maude' la actriz da vida a una ricachona que atropella a Chance (Peter Sellers) y se lo lleva a su casa hasta que se recupere del percance. Al igual que el resto de los personajes, no tarda en caer rendida en los brazos de Chance por su naturalidad y sencillez, pero además desarrolla un tipo de amor totalmente juvenil y descontrolado hacia su figura, a la vez que plasma la falta de afecto que recibe por parte de su marido. Podría parecer que es el típico rol de mujer despechada, pero no hay nada en el film de Hasby que sea típico, y menos esta relación en la que MacLaine sabe imprimir el carácter necesario para transmitir las angustias y necesidades de una mujer que encuentra en Chance una razón para seguir amando y queriendo vivir.
La fuerza del cariño
Continuando con esta nueva serie de personajes centrados más en el miedo a mostrar sus verdaderos sentimientos, encontramos la que quizá sea la mejor o si no de las mejores interpretaciones de la carrera de MacLaine. 'La fuerza del cariño' narra la complicada relación entre una madre y una hija a través de los años, desde que esta desaprueba su matrimonio con un convencional profesor hasta que se entera que padece cáncer. Una madre muy alejada de la perfección pero de las más humanas que se hayan visto en el cine, no en vano le valió a la actriz su única estatuilla en los Oscar de 1983.
Magnolias de acero
Aunque con desenlaces similarmente trágicos, 'Magnolias de acero' poco tenía que ver con 'La fuerza del cariño', sino una feel good movie con tintes dramáticos y flanqueada nada menos que por Dolly Parton, Sally Field, Daryl Hannah y Julia Roberts. El personaje de MacLaine sin embargo seguía teniendo similitudes en este nuevo prototipo de personaje, aunque en esta ocasión aportaba la avanzada edad como rasgo definitorio. El papel de Ouiser resume a la perfección la última etapa interpretativa de la actriz: apática por la naturaleza y cómica involuntaria, anciana que está de vuelta de todo y reacia a entablar relaciones personales, pero que sin embargo termina siendo la más querida de todas sus amigas, en especial del personaje de Olympia Dukakis.
Bernie
Por último, y sorteando producciones de mayor o menor calidad pero en las que tenía un papel más residual, encontramos la última gran participación de Shirley MacLaine en 'Bernie'. Uno de los grandes autores del cine indie reciente, Richard Linklater, le otorgó a la actriz el papel de Marjorie Nugente, una viuda cruel y egoísta que se enamora de Bernie (Jack Black) hasta sacar lo peor de él, tanto que su asesinato por parte del propio será el motor de una particular historia contada casi en formato documental. 'Bernie' es demasiado extraña como comedia pero muy interesante en su reflexión sobre el sistema judicial norteamericano, más aún cuando todo un pueblo se posiciona a favor de un reconocido asesino.
