Nadie conoce a Norma Jeane Mortenson. Nació el 1 de junio de 1926, en Los Ángeles (California), murió el 5 de agosto de 1962 y fue mundialmente conocida y llorada bajo el nombre de Marilyn Monroe. Marilyn, por la actriz Marilyn Miller. Ya su madre, cortadora de negativos en RKO Pictures antes de ingresar en un psiquiátrico, le había bautizado como Norma, por Norma Talmadge, y Jeane, por Jeane Harlow; ambas actrices. Desde el nombre la vida de Norma Jeane estuvo marcada por la industria del espectáculo, a la manera de un retorcido remake de 'Ha nacido una estrella'. La sucesión de casas de acogida, maridos, romances, cámaras, escándalos y rumores en que consistió su vida parece responder a un melodrama descartado, por turbio, por los grandes estudios, o a la conspiración de una industria adicta a la belleza para acabar con Norma antes de la vejez y los 40. Pero durante ese tiempo fue Marilyn Monroe, y décadas después de su muerte todos la recordamos.
En su momento fue un icono, el modelo de todas las pin-up; ahora, en la era de los mass media e Instagram, un mito. Sobre la autodestrucción, la venganza de una imagen contra su persona, la ebriedad, el sexo, el olvido de sí... Más que vivir su vida, Norma Jeane Mortenson fue consumida por la de su imagen.
Tras una infancia difícil entre hogares de acogida, un matrimonio como medio de escapar de casa y sus primeros trabajos como modelo, en 1949 Norma firmó un contrato con 20th Century Fox. Ya con el nombre artístico de Marilyn Monroe (se lo cambiaría legalmente en 1956). Efectivamente, había nacido una estrella.
Comenzó en papeles secundarios de grandes títulos como 'Amor en conserva' (1950), de los hermanos Marx, 'La jungla de asfalto' (1950) o 'Eva al desnudo' (1950), donde fue bien recibida. Pero fue en 1952 cuando comenzó a interpretar papeles protagonistas y adoptó, transfigurada por Howard Hawks en 'Me siento rejuvenecer', la eterna imagen con que la conocemos: melena rubio platino, corta y ondulada: una chica sexy, una rubia tonta. Y en 1953 con 'Niágara' (1953) se asentó definitivamente como icono playboy.
A partir de entonces a Norma/Marilyn se le fue la fama de las manos. Al mismo tiempo que cultivaba su imagen y se casaba con la estrella del deporte, y de los celos, Joe DiMaggio, se peleaba con Fox para interpretar papeles diferentes a los que el star system le había condenado y para demostrar que era más que una portada de revista, una cara bonita y unas hermosas curvas. Rompió con DiMaggio, ingresó en Actors Studios, se hizo psicoanalizar, participó en teatro de autor para burla de los snobs, se casó con el dramaturgo Arthur Miller para tener unas cuantas crisis más en pareja, se deprimió, comenzó a tener serios problemas durante los rodajes, a beber, a medicarse, hizo algunas de sus mejores películas, ganó un globo de oro por 'Con faldas y a lo loco' (1960), se deprimió, bebió y se medicó, ingresó en distintos centros, se divorció de Arthur Miller, bebió y cantó con los Kennedy en sus cumpleaños y en 1962 Norma acabó con su vida a los 36 años, que no la de Marilyn, en uno de los suicidios más extraños y comentados de la Historia de Estados Unidos.
Mucho se ha escrito y especulado desde su muerte sobre quién fue verdaderamente Norma Jeane Mortenson, pero a quien todos seguimos recordando es a la superviviente de aquel trágico 5 de agosto: a Marilyn Moroe, inmortal a través de sus películas. En su momento algunos confundieron al personaje con la actriz y llegaron a despreciar su talento. Pero, hoy en día, y a pesar de todos los problemas de rodaje que propiciaba, basta repasar sus interpretaciones para reconocer el talento cómico y la habilidad de la actriz. Estas son sus mejores interpretaciones.
Los mejores personajes de Marilyn Monroe
'Bus Stop'
Recién salida de Actors Studios, Marilyn trató de aplicar todo lo allí aprendido en 'Bus Stop', de Joshua Logan, uno de los pocos papeles dramáticos de su carrera. Estaba intentando ser tomada en serio, romper con su imagen en el star system.
Marilyn era la protagonista y estrella absoluta de la película. Interpretaba, como tantas otras veces, a una cantante. Un vaquero se enamora de ella y sólo quiere formar una familia y retirarse al rancho, pero el personaje de Marilyn sueña con ser una estrella. La película, un drama con toques de comedia, tomaba el personaje de 'Los caballeros la prefieren rubias' y exploraba qué sucedería con él pasados unos años en el mundo real.
Pero la jugada no salió del todo bien y aunque la interpretación de Marilyn fue lo más comentado, la película estuvo lejos de dar a 20th Century Fox los beneficios y los aplausos de las típicas comedias de Marilyn.
'Somethin's got to give'
Tras un año inactiva por problemas de salud y los consecuentes internamientos (por aquel entonces tenía serios problemas con el alcohol, los barbitúricos y consigo misma), Marilyn volvió a la interpretación en 'Somethin's Got To Give', dirigida por George Cukor y coprotagonizada con Dean Martin. 20th Century Fox no estaba en mucho mejor estado que su estrella después del fracaso de 'Cleopatra' y pretendía levantar cabeza aupados en la fama de la actriz.
Pero trabajar con Marilyn, y más con la Marilyn de entonces, no era fácil. Se ausentaba del rodaje y cuando asistía daba constantes problemas. En una de estas ausencias, de siete días, Marilyn fue a Nueva York a cantarle el cumpleaños feliz a John F. Kennedy.
Marilyn filmó las famosas escenas en que se mostraba desnuda en la piscina y acaparó la portada de la revista Life, pero las tensiones en el plató y entre ella y el estudio crecieron y el único modo de que acabara el rodaje fue que Dean Martin se negara a acabarla con otra actriz.
No pudo ser. En 1962 Norma Jeane Mortenson fue encontrada muerta por lo que, parecía, una sobredosis de barbitúricos. Y 'Somethin's got to give' quedó sin terminar. Con todo, puede verse hoy en día y resulta uno de los personajes más interesantes de Marilyn.
'Eva al desnudo'
La trama de ambiciones, deseos, celos y traiciones en el mundo del teatro escrita y dirigida por Joseph L. Mankiewicz fue uno de los primeros papeles iniciales más importantes de Marilyn como actriz secundaria. La película, un drama de diálogos mordaces, estaba protagonizada Bette Davis, Anne Baxter y George Sanders.
Marlyn interpretaba a Miss Casswell y era introducida en la fiesta por el personaje de Sanders, un snob crítico teatral, como "una graduada de la escuela de arte dramático Copacabana".
La película figura en todas las listas de la Historia del cine y fue un éxito desde su estreno. Recibió 14 nominaciones a los Oscar, ganó 6 premios y llamó la atención sobre esa rubia graduada en Copacabana.
'Me siento rejuvenecer'
Puede decirse que en 1952 y de la mano de Howard Hawks Norma Jeane Mortenson se transfiguró en Marilyn Monroe. La película consiste en una comedia alocada o screwball comedy de ritmo frenético con que asociamos las incursiones en el género del director ('La fiera de mi niña', 'Luna nueva') y es no de los más importantes papeles de Marilyn: aquél que definió su imagen cinematográfica y su corte de pelo.
El guión fue escrito por I. A. L. Diamond, futuro colaborador de Billy Wilder, y tuvo a Cary Grant, Ginger Rogers y Charles Coburn como las otras tres estrellas del reparto. Cary Grant interpreta a un químico brillante en busca de la fórmula de la eterna juventud. Pero una chimpancé interviene en los experimentos con unos resultados que descolocan al propio científico, a su jefe, su mujer y la sexy ayudante de su jefe (Marilyn, claro).
Desde entonces Marilyn luciría la sexy melena rubio platino con que ha pasado a la Historia.
'Los caballeros las prefieren rubias'
Después de asentar la imagen con que solemos asociar a la actriz en 'Me siento rejuenecer', Howard Hawks repitió con ella en esta comedia romántica y musical que la encasilló, definitivamente, como "la rubia tonta" de Hollywood. Marilyn Monroe y Jane Russel eran la rubia y la morena del título en una trama de enredos amorosos, bodas y números musicales.
A partir de esta película y a causa de la política del star system de entonces el público, los estudios y la crítica confundieron al personaje de Mariyn con la actriz (puede que incluso Norma lo confundiera) y a menudo la subestimaron. Pero la película también es testigo de las dotes cómicas, de canto y baile de la actriz.
'Niágara'
Dirigida por Henry Hathaway, 'Niágara' desarrolla un triángulo amoroso entre Marilyn, Joseph Cotten y Jean Peters en el que la densa sexualidad de Marilyn devora todo el protagonismo. La película presentaba dos principales atractivos a su público: la fotografía tecnicolor de las cataratas del Niágara y la de la actriz.
Rodada el mismo año que 'Los caballeros las prefieren rubias', fue el primer gran papel protagonista de Marilyn y muestra aquello que pudo haber sido su carrera si las cosas hubieran sucedido de manera distinta. Estamos ante un cruce entre melodrama y noir en el que no hay rastro de la rubia tonta o de la actriz de comedias románticas. Toda una fuente de especulaciones sobre "que habría sido si"...
Dos importantes curiosidades. Andy Warhol desarrolló sus famosos cuadros de "Marilyn Diptych" a partir de una toma promocional de esta película. Y Marilyn protagonizó "el paseo más largo jamás filmado". Un "sexy walk" a partir del cual el estudio decidió cuáles eran los mejores activos de la actriz.
'La tentación vive arriba'
Si en 1953 la carrera de Marilyn apuntaba a una vía cómica ('Los caballeros las prefieren rubias'), y a otra dramática ('Niágara'), la imagen de Marilyn terminó de asentarse en la primera posibilidad con este film de Billy Wilder. Desarrollando el tópico de los caballeros las prefieren rubias (pero se casan con las morenas), 'La tentación vive arriba' relataba el affair de un hombre casado cuando su mujer e hijos le dejan solo y sufre una triste crisis de mediana edad.
A Wilder nunca le gustó la película y la consideraba una obra de teatro filmada. En realidad se trataba de una comedia sobre el adulterio en un tiempo en que el código Hays no permitía mostrar el adulterio. Aunque hoy en día sigue siendo una de las mejores interpretaciones de Marilyn y una estupenda y divertida comedia romántica, la película resulta enormemente sexista y goza del dudoso honor de convertir a Marilyn en un arquetipo sin nombre: "la chica" según los créditos.
Fiel a la idea de mostrar aquello que en la época no se podía mostrar, la película incluye la imagen más icónica de Marilyn Monroe. Ella, con vestido blanco, pasa por encima de la salida de ventilación de un metro, se le dispara la falda hacia arriba y trata de evitarlo. La situación condensaba el personaje de la actriz: rubia, ingenua y un poco tonta, despliega una sexualidad despampanante sin darse cuenta cuando trata con más encanto que éxito de no mostrarlo. Se cuenta que esta escena fue el origen de la ruptura con Joe DiMaggio a causa de los celos.
Wilder, que nunca habló bien de la actriz, juró que no volvería a trabajar con ella. Pero volverían a trabajar juntos en uno de los mayores éxitos de ambos.
'El príncipe y la corista'
En 1957 Marilyn estaba en Gran Bretaña de luna de miel con Arthur Miller, aunque las cosas nunca les fueron del todo bien. Arthur Miller volvió a cruzar el atlántico y Marilyn se quedó filmando 'El príncipe y la corista' con el actor y director británico más valorado de entonces: Laurence Olivier.
'El príncipe y la corista' debía ser una comedia romántica sobre la relación entre el Gran Duque Carlos y, claro, una corista rubia. La película mezclaba intrigas políticas, comedia, romance y realeza británica para extraer todo el partido del potente encuentro entre el actor y director de las mejores adaptaciones de Shakespeare y Marilyn Monroe.
Cuenta Olivier que el rodaje fue un desastre. Una vez más no fue fácil trabajar con la actriz y la película se resintió. Aunque Marilyn está estupenda y se come a un actor "serio" como Olivier en sus réplicas, entre ambos no terminó de haber la química necesaria.
Los accidentes de rodaje, el encuentro de Marilyn con la cultura británica y el estado en que se encontraba la actriz por entonces dieron lugar al biopic 'Mi semana con Marilyn' (2011).
'Con faldas y a lo loco'
Probablemente 'Con faldas y a lo loco', de Billy Wilder, sea la película por la que más se conoce a Marilyn Monroe. Considerada una de las mejores películas, y tal vez la mejor comedia, de Hollywood. Marilyn Monroe, Jack Lemmon y Tony Curtis protagonizaron el afortunado remake de una película francesa (sí, en el Hollywood clásico ya se hacían remakes): Dos músicos presencian la matanza de San Valentín y deben huir de Al Capone disfrazados de mujer en una orquesta femenina. Travestismo, líos amorosos, grandes interpretaciones y Joe E. Brow pronunciando "nadie es perfecto" a modo de broche final. A la película le sobran méritos, pero el menor de ellos no es la interpretación de Monroe.
Aunque Wilder contó los consabidos problemas de rodaje con Marilyn (llegaba tarde al set, se encerraba en su camerino, era imposible trabajarcon ella) y aunque incluso, cuenta, hicieron falta 50 tomas para que se aprendiera y dijera correctamente una frase corta ("¿Dónde está ese bourbon?"), ninguno de estos problemas se transmitió al resultado. Marilyn está perfecta en uno de sus icónicos papeles: la rubia sexy e ingenua y dulce cuyo corazón se abre con la misma facilidad como se lo pisotean.
'Vidas Rebeldes'
En 1961 habían pasado años desde que Clark Gable era una estrella en la cresta de la ola, allá por los 30 cuando rodó 'Lo que el viento se llevó' (1939) y el envejecido actor buscaba un último éxito. Montgomery Clift había entrado a fondo en su propia espiral de autodestrucción -sembrada de drogas y alcohol y, también, problemas de rodaje- después de que un accidente automovilístico le hiciera pasto de cirugías estéticas y tranquilizantes. Y Marilyn, que de niña había admirado locamente a Clark Gable, hacía tiempo que había dejado de estar en su mejor momento. Ahora se encontraba en proceso de deterioro, separación y divorcio con su último esposo, Arthur Miller. Y el dramaturgo le hizo el mayor regalo de despedida: el guión de 'Vidas rebeldes', escrito y dedicado a su futura exmujer.
Se trata de una de esas historias de perdedores agotados por la vida y por el alcohol en la que era tan experto, en su biografía y en sus películas, su director: John Huston. Dos vaqueros -uno ya viejo y cansado (Gable), otro joven y problemático (Clift)- conocen a una mujer camino de Reno para divorciarse. Deciden pasar unos días juntos hasta que se encuentran con una metafórica manada de caballos salvajes y la oportunidad de salir del agujero (o, más bien, mantenerse a flote unos días más) a costa de la carne de los caballos.
Fue la última película terminada por Marilyn Monroe, la última de Clark Gable que no llegó a ver el estreno y uno de los últimos éxitos de Montgomery Clift. Pero no se trata de una película maldita agrandada por su leyenda, sino una de las pocas ocasiones en las que la dirección, el guión y los intérpretes encontraron una perfecta sintonía a pesar de todos los problemas del rodaje. La película se alimenta de las biografías, los cuerpos y rostros cansados de los protagonistas tanto como de la fotografía de Nevada, y resulta en uno de los dramas con más verdad por fotograma de todo el Hollywood clásico.
Están todos magníficos pero, sobre todo, Marilyn. "Marilyn excavó dentro de sus propias experiencias personales para sacar a la superficie algo único y extraordinario. No tenía técnica de actuación. Era todo verdad, era solo ella", llegó a afirmar Huston. Su personaje, Roslyn Taylor, aparece más cansada y fascinante que todos los vaqueros crepusculares que vendrían después.
