Esta tercera jornada del Festival de Málaga 2012 trae dos películas de los más contrarias. Por un lado, una mezcla entre documental y ficción, ambientada en Mozambique. Por el otro, la adaptación cinematográfica de una de las obras más conocidas del escritor Gabriel García Márquez.
'Kanimambo': 3 relatos de Mozambique
'Kanimambo' son tres historias de distintos directores ambientadas en Mozambique. Abdelatif Hwidar, Carla Subirana, Adán Aliaga narran lo que les ocurre a Custodio, Madalena y Joana. Relatos con una compromiso social y, dependiendo del corto, con cierta creatividad en el uso de la narración. Hay algunos nexos de unión efectivos que consiguen que no parezca un batiburrillo de crónicas sin ningún tipo de relación.
Hwidar, que también actúa en dos de los fragmentos, habla de la controvertida guerra de Mozambique. Probablemente sea el más flojo, pero puede mantener cierto interés para aquellos que deseen saber un poco del tipo de vida de las familias que sufrieron aquellos acontecimientos. El tercio de Subirana innova en la forma de explicar su historia, y sorprende en cierta medida con una metanarración que intercala además fotografías y vídeos. Aliaga cuenta el relato más interesante, explicando cómo es la vida de una joven sorda en un lugar como ese. Este último es el que más se desliga del tópico de documental sobre el Sur, evitando el típico reproche a la poca concienciación que tenemos en occidente en cuanto a las penas por las que pasan lugares como Mozambique.
'Memoria de mis putas tristes': la crisis de un anciano
La mexicana 'Memoria de mis putas tristes' es una adaptación de la célebre novela de Gabriel García Márquez. El protagonista, un anciano que está a punto de cumplir 90 años, desea celebrar su cumpleaños compartiendo una noche con una prostituta virgen. Un impecable Emilio Echevarría hace este papelón, interpretando a "el Sabio": un antiguo mujeriego que decide buscar el amor en los últimos momentos de su vida.
La película es poética, romántica e incluso excéntrica. Con elementos propios de las novelas de García Márquez; permitiéndose ciertos recursos narrativos que transportan al "Sabio" a momentos pasados de su vida, creando una entrañable conexión surrealistamente retratada entre el personaje de Echevarría y el de Geraldine Chaplin...
Aunque es innegable ese encanto especial que posee, se hace un tanto cargante. Escuchar esas frases tan puramente literarias y románticas sin ningún tipo de descanso no tiene el mismo efecto en un libro que en una obra cinematográfica. No es que esté mal adaptada, es simplemente que el cambio de medios no favorece demasiado a 'Memoria de mis putas tristes'.
