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CRÍTICA

'Men in Black 3', los saltos en el tiempo os sientan muy bien

El retorno de Will Smith y Tommy Lee Jones/Josh Brolin recupera la frescura de los primeros Hombres de Negro. Aunque no inventa nada, ofrece una cinta muy entretenida con sabor a los 90.

Por Jesús Agudo Más 25 de Mayo 2012 | 09:04
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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En una era en la que la comedia se entiende por chistes lo más verdes posibles, situaciones escatológicas o relacionadas con el sexo, Will Smith ha llegado para recordarnos que no hace mucho lo único verde en 'Men in Black' eran sus alienígenas. ¿Caducado? Una vez más este año, más bien hablamos de nostálgico.

Men in Black 3

Han pasado muchos años desde que el Agente K iniciara al Agente J en la agencia secreta que son los Hombres de Negro, que han protegido a la humanidad de saber que no están solos en el Universo. Todo ese tiempo se han mantenido alejados de la gran pantalla pero en plena forma, de ahí que 'Men in Black 3' resulte tan entretenida como lo fue la primera.

En esta ocasión, un peligroso extraterrestre conocido como Boris el Animal ha escapado de una prisión de alta seguridad en la Luna. Quiere vengarse de K, que le arrancó un brazo y le atrapó en 1969. La forma de llevar a cabo su plan es volviendo a ese momento y matar a K para que desaparezca de la existencia. J tendrá que pararle los pies y, de paso, descubrir si su compañero ha sido siempre tan huraño.

El retorno de Will Smith y Tommy Lee Jones nos deja al principio un tramo de película en el que parece que seguimos en 1997, con chascarrillos blancos y alienígenas muy trabajados a la par que asquerosos. La pareja se vuelve a complementar sin problemas, siendo Jones capaz todavía de robar alguna escena a Smith. En esta primera parte, Barry Sonenfeld nos traslada a lo que eran las comedias en las que podía reír cualquiera y los niños no eran marginados de la sala.

Men in Black 3

El Nueva York de Andy Warhol

En cuanto damos el salto en el tiempo pasamos a la verdadera misión, en la que Will Smith se mantendrá en su línea pero conoceremos a un Josh Brolin maravilloso como imitador de Tommy Lee Jones. El joven Agente K resulta tan convincente en su papel como la Nueva York de 1969. Quizás no tan trabajado estéticamente como otras películas, pero Sonenfeld nos introduce en la sociedad de la época gracias a momentos en la historia concretos como la conquista de la Luna o la aparición de Andy Warhol (Bill Hader), uno de los mejores personajes de la película.

El argumento mezcla el humor con la acción y un toque entrañable que va cumpliendo con su intención de entretener lo suficiente, sin mayores alardes de intentar revolucionar el cine de ciencia ficción. De hecho, el momento histórico más importante para la cinta quizás sea sorprendente para un chaval, pero un adulto no tendría problema en asociar el lugar que mencionan con el momento en el que toda la historia de J y K cambiará. Los mayores podrán verse sorprendidos por las escenas de lucha y por un emotivo detalle personal que hace evolucionar a los personajes en los minutos finales, pero en el fondo no deja de ser acción para toda la familia.

El alarde de poderío técnico se deja notar en casi todo el metraje, ya sea con las curiosas motos de una rueda (que no sirven más que como caramelo visual) o con los efectos especiales y escenarios espaciales. Si lo más irreal que parece haber en toda la película es la tarta de Nicole Scherzinger, el equipo técnico ha hecho su trabajo. Un 3D aceptable pero de nuevo innecesario es lo suficientemente bueno para que los amantes de las gafas polarizadas no se sientan estafados.

Muchos creerán que 'Men in Black 3' es una secuela innecesaria, pero al haber pasado tanto tiempo desde la primera entrega consiguen dejar la frescura que dejó en su día 'Men in Black'. El viaje al pasado del Agente J nos deja una comedia de ciencia ficción aceptable técnicamente y, sobre todo, entretenida, que no defraudará a los que siempre han buscado a los alienígenas a su alrededor.