Metro Goldwyn Mayer ha sido durante décadas uno de los principales estudios de la meca del cine. Con más de 3000 títulos, la compañía alcanzó una deuda de más de 3.500 millones de dólares y estuvo a punto de echar el cierre el pasado verano, pero es ahora cuando la empresa ha tenido que tomar cartas en el asunto para salir del hoyo.
MGM ha presentado en un tribunal de Manhattan la declaración de insolvencia, primer paso para intentar reflotar la compañía. En base a la Ley de Quiebras estadounidense, la empresa podrá reorganizarse para así reestructurar su deuda, que seguramente se convertirá en acciones para los acreedores, los mismos que aprobaron a finales de octubre la declaración ahora presentada.
A pesar de sus dificultades económicas, Metro Goldwyn Mayer no ha querido deshacerse de algunos importantes derechos, como los de James Bond, cuya nueva secuela lleva retrasándose desde el inicio de sus problemas monetarios.
La declaración de quiebra de MGM da un poco de luz a 'El Hobbit', otro de los proyectos más afectados por la situación del estudio. En las últimas semanas se produjeron las esperadas confirmaciones de la adaptación, motivadas precisamente por el nuevo estado de la deuda.