Han pasado treinta años desde el estreno de la película original de 'Regreso al futuro', franquicia que nos permitió viajar en el tiempo gracias al modificado DeLorean que ya se ha convertido en todo un icono. Pero ese vehículo no era tan ideal como podía parecer en primera instancia.
Es algo conocido que el encanto del cine se disipa cuando se ven sus entrañas, y con este título de culto no iba a ser diferente. Uno de los elementos que le hicieron la vida imposible a Michael J. Fox durante el rodaje fue precisamente el DeLorean, del cual el actor habló en la reunión del trío protagonista en la Comic-Con londinense: "El dinero que haría falta para meterme de nuevo en el DeLorean sería mucho."
Y de esta manera comenzó a confesar su odio hacia el coche, que no era tan perfecto como podía parecer en pantalla: "Ojalá tuviera un vídeo, un recopilatorio del rodaje de cuantas veces me golpeó esa maldita puerta, la puerta del DeLorean. Toma tras toma, hacía, ¡whack! Era la peor cosa que conducir. Tenía dos motores y cuando golpeaba la puerta mi mano chocaba con el condensador de fluzo. Mi mano sangraba, mi cabeza sangraba... Y tenía que limpiarlo para ir al set de 'Enredos de familia'."
Manteniendo lo original
Entre el odio al DeLorean y la rotunda negativa parece algo imposible en el futuro cercano que veamos una secuela o un remake de 'Regreso al futuro', pero seguro que habrá sorpresas con motivo de su trigésimo aniversario. Además del reestreno de la trilogía en los cines también se publicarán una nueva edición doméstica de la saga.