Michael Moore siembra polémica allá donde va. Si no es por sus documentales, directos a lo más criticable de la sociedad norteamericana, es por cualquier otra cosa.
En esta ocasión se trata de la demanda que acaba de plantar delante de los hermanos Bob y Harvey Weinstein, dueños de la Weinstein Company y distribuidores de gran parte de sus cintas. Los hermanos deberán ir a juicio. En febrero, el director acusó a los hermanos de deberle 2,7 millones de dólares a razón de la distribución de 'Farenheit 9/11', el documental que más dinero ha recaudado de la historia.
Moore asegura que usaron "trucos de contabilidad hollywoodiense" para engañarle y no darle la parte de los beneficios que consiguió la cinta. "Las indagaciones y declaraciones revelarán cómo se realiza la contabilidad, de una vez por todas", comenta el director.
Los hermanos Weinstein se han negado a considerar un acuerdo. Según su abogado, "los Weinstein han pagado todo lo que tenían que pagar. El señor Moore ha recibido una gigantesca cantidad de dinero por su película y creemos que se está pasando. Debería avergonzarse de sí mismo".
Una amistad que se tambalea
La relación entre el director y los empresarios ha sido siempre muy buena. Le apoyaron con películas tan polémicas como 'Sicko' o 'Capitalismo: Una historia de amor'. Es más, el director asegura que a quienes echa la culpa es a sus contables: "si tuviera que apostar, supongo que nunca les enseñaron el informe de auditoría independiente".
Por esta razón, una serie de proyectos que el director iba a sacar adelante con los Weinstein están ahora mismo paralizados, a la espera de que el juicio termine o se entierre el hacha de guerra.