La fragilidad omnipresente de su rostro. La melancolía de su mirada. La tristeza radiante combinada con la luz cegadora de su sonrisa. Sus gestos, siempre precisos. Su voz, siempre perfecta. Michelle Williams es una de esas actrices que transmiten la sensación constante de no poder fallar, que hacen que lo complicado parezca sencillo, que la grandeza parezca cosa de pequeños detalles, que la interpretación sea un juego al que solamente deberían poder acceder talentos de su nivel. Miembro de una generación de actrices absolutamente deslumbrante, Williams figura siempre entre los primeros puestos de la lista. Y con razones.
Observando con detalle su trayectoria paso a paso, película a película, uno se da cuenta de que los errores prácticamente brillan por su ausencia. Por supuesto que hay obras mejores y peores, pero incluso en esos fracasos ella consigue brillar por encima de la media. Los naufragios no están hechos a su medida y en medio de la nada sabes que podrás contar con ella. Michelle Williams es un valor seguro en tiempos de dudas omnipresentes, lo cual justifica que decenas de directores se peleen por conseguir sumarla a sus proyectos.
En este especial, nos sumergimos en su carrera como actriz, destacando alguno de los momentos claves de su carrera, muchos de ellos os sorprenderán, pero también en su vida personal, en su faceta como madre, esposa y compañera de profesión. Michelle Williams delante y detrás de las cámaras. Una intérprete soberbia y una personalidad que se balancea siempre entre el misterio y el reconocimiento.
10 curiosidades de Michelle Williams
Guionista frustrada
Además de ser una de las actrices más interesantes y completas de su generación, algo fuera de toda duda, Michelle Williams también quiso probar suerte como guionista, un sueño al que dedicó varios años de su vida hasta dar forma a su primer libreto, titulado 'Don't Blink'.
Un texto que estuvo dando vueltas por los despachos de numerosos estudios de Hollywood hasta que uno de ellos decidió comprarlo para convertirlo en película. Sin embargo, finalmente nunca se llegó a llevar a cabo este proyecto, por razones que siguen sin ser desveladas. Un misterio que, probablemente, siga unido a la frustración y decepción de la actriz.
Amores musicales
Antes de comenzar una relación con Heath Ledger, la más mediática de su carrera, Michelle Williams estuvo ligada sentimentalmente a dos figuras musicales: Andy Herod, con quien estuvo saliendo durante dos años, líder de la banda The Comas, y Conor Orbest, el genio detrás de los imprescindibles Bright Eyes. En ambos casos, los compositores dedicaron numerosas canciones a Williams, especialmente Herod, quien escribió todo un disco, 'Conductor', basado en su relación y posterior ruptura con la actriz.
Negocios redondos
Aunque parezca increíble, a lo largo del año se celebran numerosos campeonatos dedicados a la sociedad mundial de comercio, una iniciativa en la que se dan cita algunas de las mentes de negocios más brillantes y prometedoras del mundo. En una de estas ediciones, Michelle Williams decidió participar cuando solamente tenía 16 años de edad, algo que no fue ningún impedimento para que reventara por completo todas las expectativas al conseguir, atención, 100.000 dólares partiendo de una inversión de 10.000. Una cifra que supuso la segunda mayor ganancia de la historia del torneo. Leyenda viva de las finanzas.
Coleccionista
Pese a que la curiosidad que hemos mencionado anteriormente nos podría generar la sensación de que la auténtica pasión de Michelle Williams es el mundo de los negocios financieros, nada de eso, la respuesta está mucho más cerca de la literatura. Y es que, como ha confesado la actriz en numerosas ocasiones, lo que realmente le encanta es leer libros y libros sin parar. De hecho, colecciona obras muy complicadas de conseguir, como la primera edición de 'El gran Gatsby', entre otras.
Matilda crece
Fruto de su relación con el añorado Heath Ledger, Michelle Williams tuvo a su hija Matilda el 28 de octubre del pasado año 2005. Una pequeña que, además, puede presumir de tener como padrinos a Busy Philipp, con la que la actriz compartió el rodaje de 'Dawson crece', y al mismísimo Jake Gyllenhaal, uno de los mejores amigos de la pareja, especialmente de Ledger.
Viajando a Oz
Fueron muchos los espectadores que se preguntaron qué hacía una actriz como Michelle Williams en una película como la infravalorada 'Oz, un mundo de fantasía', dirigida por Sam Raimi en 2013. Una cuestión que la actriz se encargó de resolver al aclarar que había accedido a participar en la cinta pensando en que su hija Matilda, al fin, podría ver uno de sus trabajos sin necesidad de terminar traumatizada. Una razón de peso.
Compañeros de piso
Al parecer, Michelle Williams es tan buena compañera de piso como actriz. Si tenéis dudas al respecto podéis preguntar a Jessica Chastain, Ryan Gosling o Christina Ricci, tres de las ilustres figuras que compartieron apartamento con la actriz. Aunque, para ser sinceros al cien por cien, en el caso del actor tuvieron que hacerlo por exigencias del guión de esa maravilla llamada 'Blue Valentine'.
Las Williams que no fueron
Una de las cosas por las que destaca la carrera de Michelle Williams es por su olfato para escoger proyectos que, funcionen mejor o peor en taquilla, suponen siempre una experiencia intensa e interesante para el espectador.
Y en ese sentido, también es significativo descubrir las películas a las que la actriz dijo no, como fue el caso de 'La señorita Julia', una cinta para la que la directora Liv Ullmann soñaba con contar con los servicios de Williams. Otro caso fue el de Baz Luhrmann, quien barajó la posibilidad de sumar a la actriz a su remake de 'El gran Gatsby' para que interpretara el personaje de Daisy Buchanan. 'Machete Kills' o 'Los odiosos ocho' también figuran en la lista de propuestas que se quedaron en un casi pero no.
La Marilyn perfecta
Una de las interpretaciones más memorables de Michelle Williams la encontramos en la estupenda 'Mi semana con Marilyn', una propuesta que decide, afortunadamente, ir más allá de los tópicos del biopic más manido y perezoso. Sin embargo, la actriz no tuvo nada fácil conseguir el papel protagonista ya que tuvo que enfrentarse en el casting a, nada más y nada menos, que Scarlett Johansson o Amy Adams. Vale, también se presentó a las pruebas Kate Hudson pero no la contamos como competencia directa.
Michelle, la nominada
No llega al nivel de nuestra querida y admiradísima Amy Adams (¡justicia!), pero la relación entre los Oscar y Michelle Williams también está marcada por nominaciones que nunca terminan en victoria. Hasta en cuatro ocasiones ha estado cerca de levantar la estatuilla, dos como Mejor Actriz ('Blue Valentine' y 'Mi semana con Marilyn') y dos como Mejor Actriz de Reparto ('Brokeback Mountain' y 'Manchester frente al mar'). Una cifra que convierte a Williams en la actriz nacida en la década de los ochenta con más nominaciones de la historia de los Oscar. Algo es algo.
