Cuando se anunció que Todd Phillips, el tipo de 'Resacón en Las Vegas', dirigiría una historia de orígenes del Joker inspirada en el cine de gángsters de Scorsese, nadie daba un duro por el proyecto. Lo que más preocupaba a los fans de Batman era esa intención explicativa de un villano cuya característica más atractiva es precisamente que no tiene explicación. Lo más espeluznante del Joker, y lo que lo ha convertido en un símbolo universal del terror y el caos, es que su maldad no responde a la lógica. Ya lo resumió Christopher Nolan a la perfección: algunos hombres solo quieren ver el mundo arder.
El Joker es un misterio, un mito. Un chiste de mal gusto que convierte una mueca en carcajada histérica. Un reto que ha atraído a los actores más valientes y que ha marcado sus carreras. Fue el papel más famoso de Cesar Romero a pesar de contar con dos centenares de trabajos en su currículum; convirtió a Jack Nicholson en icono de la cultura popular después de protagonizar algunas de las mejores películas durante dos décadas; le consiguió a Heath Ledger un Oscar póstumo, el único otorgado a un actor por una película de superhéroes. Un club al que se podría unir Joaquin Phoenix este año por 'Joker'.
Un papel sin límites, un regalo envenenado
El primer "guasón" de carne y hueso estuvo en la televisión. César Romero vistió la peluca verde durante dos años en la 'Batman' sesentera de Adam West, y en la película que derivó de la serie. El actor latino siempre habló de este papel como la experiencia más divertida de su carrera. "No había nada de duro en ese trabajo. Ni siquiera las sesiones de maquillaje eran demasiado malas", decía 20 años después en la revista Starlog. Y eso que tenían que pintarle de blanco hasta su mítico mostacho, que se negó a afeitarse.
Ya entonces Romero dio con la clave de interpretar al Joker: "Es un papel con el que puedes permitirte todo lo que te han dicho que no puedes hacer como actor". Un regalo que también agradeció Jack Nicholson en la película de 1989 dirigida por Tim Burton: "Este es el personaje menos limitativo de todos los que he hecho", aseguraba en el making of. "No hay barreras reales en cuanto a lo que el Joker puede decir o hacer", dijo Heath Ledger casi 20 años después en Empire. Jared Leto coincidía: "El Joker es fantástico porque no hay reglas. Opera desde el instinto". Y Joaquin Phoenix cuando presentó 'Joker' en Venecia: "Creo que no he tenido una experiencia parecida jamás. Cuanto más impredecible se volvía, más inspiradora era. Estuvimos descubriendo nuevos aspectos de su personalidad hasta el último día".
Mark Hamill, más conocido como Luke Skywalker, ha sido durante años la voz oficial del personaje en las películas y series de animación de DC. Con la elocuencia que le caracteriza, describió al Joker como "un personaje diabólicamente delicioso". Hamill llegó al personaje por primera vez en 1993, en 'Batman: La máscara del Fantasma', por una de esas irónicas casualidades que dan forma a la historia de Hollywood: tenía que sustituir a Tim Curry (aquejado por una bronquitis), quien ya había interpretado a otro payaso icónico, Pennywise, en la miniserie 'It' de 1990. El monstruo con forma de bufón creado por Stephen King también ha vuelto este año a los cines, interpretado por Bill Skarsgård, que definió su proceso de interpretación como "una relación destructiva" que lo dejó marcado durante mucho tiempo. "Estaba en casa, había terminado la película, y empecé a tener sueños muy extraños y vívidos con Pennywise. Cada noche me visitaba", le contó a EW.
La experiencia de Skarsgård con Pennywise es en cierto sentido parecida a la de los actores del Joker: como una posesión. Así describió el director de fotografía de 'El Caballero Oscuro' la experiencia de ver a Ledger interpretar al Joker: "era como una sesión espiritista en la que el médium acoge a otra persona y acaba completamente exhausto". Christian Bale disfrutó viendo de cerca el trabajo de su antagonista: "Vi cómo se volvía loco con su inmersión en el papel. Era algo punk. Una locura anárquica que creció dentro de él". Leto hablaba en los mismos términos: "Creo que el Joker vive entre la realidad y otro plano. Es una especie de chamán". Una experiencia casi espiritual; un regalo envenenado para cualquier actor, "delicioso y diabólico". Interpretar al Joker es jugar con fuego, y algunos se han acabado quemando.
No fue así para Jack Nicholson, quien disfrutó tanto la experiencia que se enfadó cuando Nolan fichó a otro actor: "Forma parte de mi niñez y es un papel que creo que yo siempre debería interpretar". Está tan orgulloso de su interpretación que la llama "una obra de arte pop". Para un actor conocido por su histrionismo (tenía unas facciones tan expresivas que el equipo de maquillaje decidió que le añadiría muy pocas prótesis), el Joker se convirtió en una extensión exagerada de sí mismo. Lo contaba Dennis McDougal en su libro sobre Nicholson: "Jack abrazó al Joker como una exageración de su propia personalidad ya exagerada: un apéndice de su autoparodia que ya empezó con 'El resplandor', en la que el personaje tomó el control sobre su propia interpretación". Lo que sí entendió Nicholson es que el Joker requiere estar rodeado de una nube de misterio. Su contrato le otorgaba total control sobre el maquillaje (incluso por encima de Burton) y la promoción de su personaje: se negó a hacer entrevistas y prohibió que se desvelara en qué consistía el proceso de transformación.
De Ledger a Phoenix: la posesión del Joker
El misterio del siguiente Joker fue a causa de la muerte de Heath Ledger en enero de 2008, seis meses antes del estreno de 'El caballero oscuro'. El fallecimiento del actor a los 28 años elevó una interpretación colosal a la categoría de mito. La tragedia sacudió al mundo pero también contó una gran historia de la que la película se beneficiaría en términos de taquilla y premios: el papel que mató al actor. La payasada se había convertido en una broma asesina. En un perfil publicado en el New York Times dos meses antes de su muerte, Ledger aparecía como un hombre agotado y con secuelas mentales durante el rodaje de la película: "La semana pasada dormí una media de dos horas diarias. No podía dejar de pensar. Mi cuerpo estaba agotado pero mi mente seguía funcionando", decía el actor. El mismo artículo relataba cómo una noche se había tomado un Ambien, el tipo de medicamento que más tarde le mataría por sobredosis, y tras ver que no le hacía efecto, se tomó otro que lo durmió durante una hora. Sus compañeros también contaron a los medios que lo veían agotado: "Soy demasiado viejo para tener la maldita energía que requiere ese papel. Tampoco la habría tenido cuando tenía su edad", confesaba Michael Caine.
Ledger llevó a cabo una inmersión psicológica y física para introducirse en la mente del Joker. Leyó cómics y meditó sobre ellos, se encerró en una habitación de un hotel londinense durante un mes, escribió un diario lleno de imágenes y pensamientos relacionados con el Joker. Había una lista de cosas que el Joker consideraría divertidas, como el SIDA. Leyó 'La naranja mecánica' para tomar a Alex DeLarge como referencia y estudió los cuadros de Francis Bacon. También experimentó con voces y risas. Su entregada construcción, alejada de las ligeras interpretaciones de César Romero y Jack Nicholson, marcó las de Jared Leto y Joaquin Phoenix. Ahora hacer del Joker es una competición por ver qué método es más extremo, qué actor es más intenso.
Leto, que se tapó la vista durante todo el rodaje de 'Blade Runner 2049' para interpretar a un hombre ciego, no iba a quedarse atrás. Estudió a psiquiatras y sus pacientes más graves, pasó tiempo con asesinos y personas ingresadas, vio muchos videos de crímenes violentos en YouTube. Se paseaba por las calles de Nueva York y Toronto y se reía en alto atendiendo a la reacción de la gente, para elegir la carcajada más llamativa. La promoción de 'Escuadrón Suicida' se convirtió en el espectáculo del Joker, a pesar de que era un personaje muy secundario. Cada día salía en las noticias un regalo extravagante que Jared Leto, supuestamente inmerso en su papel, había enviado a sus compañeros de reparto: revistas porno, balas, cuentas anales. A Margot Robbie le envió una rata viva dentro de una caja (que la actriz se quedó como mascota). Un día entró un "secuaz" del Joker al lugar donde el reparto estaba ensayando y tiró un cerdo muerto sobre una mesa. Viola Davis estaba espantada, aunque ella no recibió ningún regalo. Curiosamente, cuando acabó la promoción Leto empezó a desmentir todas estas noticias. Uno de los regalos que se había dicho que envió a sus compañeros, entre ellos Will Smith y Cara Delevingne, fueron condones usados. "Mira, no eran condones usados. Vamos a decir la verdad. Estaban fuera de sus plásticos pero no estaban usados de verdad. (...) La mayor parte era mentira. Ni siquiera los envié yo. Se encargaron mi equipo y mi asistente", le diría después a Rolling Stone. Todo se trataba de una siniestra broma, claro.
La preparación de Joaquin Phoenix ha requerido la transformación más intensa de todos los Joker. Perdió más de 20 kilos para tener el físico "lupino y malnutrido" que Todd Phillips quería, lo cual tuvo efectos en su estado mental y emocional. Pero la delgadez extrema le ayudó para experimentar con su movimiento corporal, una de las características más llamativas y novedosas de su reinterpretación del Joker. "Por alguna razón, sentí un control único sobre mi cuerpo y cómo lo movía", ha confesado. También se sumergió en estudios psicológicos sobre el narcisismo y los desórdenes de personalidad y exploró la criminología. Estudió los movimientos de Buster Keaton y los del espantapájaros de 'El mago de Oz' que interpretó Ray Bolger. En cuanto a la risa del guasón, un día citó al director en su casa y estuvo durante horas exponiéndole diferentes versiones. Además, aprendió a aplicarse él mismo el maquillaje de payaso y le copió a Ledger la idea del diario, que esta vez sí aparece en la propia película.
Afectado por su pérdida de peso y la presencia del personaje, Phoenix tuvo momentos duros en los que abandonaba el plató visiblemente enfadado. Esta semana ha salido a la luz un video del rodaje en el que Phoenix discute con el director de fotografía y se queja de que el equipo lo llame "Cher", un mote que sugiere cuál era su actitud general. "Estoy intentando encontrar algo de verdad, joder", exclama Phoenix angustiado. Según Phillips, el enfado de Phoenix siempre era consigo mismo, nunca con los demás; aunque este comportamiento nunca tuvo que sufrirlo el veterano del reparto, Robert De Niro, que ha descrito el trabajo de Phoenix como "intenso, como debería ser".
¿Qué dirían César Romero y Jack Nicholson de todo esto? Tras la muerte de Heath Ledger, algunos medios difundieron un video de Nicholson en el que parecía exclamar "¡Yo le avisé!". Pero el actor lo desmintió: "Lo que dije realmente es «Yo les avisé». He tenido una mala experiencia con esas pastillas para dormir. No conocía a Heath Ledger, pero sí esas pastillas". Lo cierto es que el mito de que el Joker mató a Heath Ledger no es más que eso, un mito. Desmentido por sus compañeros, por Terry Gilliam, que dirigió su último papel ("Han intentado decir que interpretar al Joker le volvió loco. ¡Tonterías! Heath estaba muy cuerdo", dijo), y también por el documental 'Yo soy Heath Ledger' que habla de su carrera.
En realidad, todos ellos se divirtieron interpretando al Joker. Jack Nicholson bromeaba constantemente con todo el equipo de 'Batman'. El equipo de 'Escuadrón Suicida' aplaudía cuando aparecía Leto, que era el alma de la fiesta. Incluso el más intenso y atormentado de todos se lo pasó bien: "Ha sido un rodaje muy ligero", aseguró Phillips a Yahoo. "Puedes buscar en Google imágenes fotos del rodaje: el 90% serán de él riéndose en alguna esquina". Heath Ledger empezaba y acababa cada día de rodaje abrazando a sus compañeros, y se pasaba el tiempo entre tomas patinando. Contra la oscura idea de que rodar 'El caballero oscuro' fue un proceso tan tortuoso que lo empujó al suicidio, la realidad es que Ledger pasó los mejores momentos de su carrera en esa película. "Es el personaje con el que más me he divertido hasta ahora, y probablemente para siempre", dijo meses antes de su muerte. No sabía cuánta razón tenía.