"¿Oyes voces en tu cabeza?", preguntan al protagonista. "Solo una. Sus gritos", responde él. Este diálogo de 'Monkey Man' resume la clase de personaje e historia que nos presenta el filme, la del hombre atormentado por un trauma pasado que vive por y para saciar su sed de venganza. Al frente del proyecto, o mejor dicho, a los frentes, pues dirige, coescribe, produce, protagoniza y se ha roto (literalmente) los huesos por él está Dev Patel ('El caballero verde', 'Slumdog millionaire'), actor que debuta en la dirección de un largometraje abrazando el lado más salvaje de la acción.
Para entender el nivel al que lleva la acción y lo técnico Patel, conviene recordar de forma breve por qué 'Monkey Man' está en cartelera. En un inicio iba a estrenarse directamente en Netflix, es decir, iba a ser víctima de las limitaciones que trae consigo una pequeña pantalla para disfrutar del primer visionado de una película con un potente apartado visual. Pero un ángel de la guarda, ni más ni menos que el ganador al Oscar Jordan Peele ('Déjame salir', 'NOP'), pensó que el proyecto no podía no pasar por la gran pantalla. Así pues, su productora lo compró para darle vida en cines, el lugar que merece un trabajo cuya ambición, aunque arma de doble filo en este caso, se evidencia desde el inicio.
Sentirás cada hueso roto
Desde una emocionante pelea en un baño que podría ser un híbrido entre aquella maravillosa secuencia de 'Misión Imposible: Fallout' y la acción bajo luces neón de 'John Wick' hasta mordiscos del protagonista para arrancar la nariz a sus rivales cuando estos le incapacitan las manos, la acción de 'Monkey Man' no tiene nada que envidiar a la de otros títulos del género. Coreografías cuidadas al detalle; escenas que combinan planos cortos montados con destreza para resaltar momentos concretos de las peleas con planos más largos que permiten apreciar nivel de la coreografía; y una violencia bastante explícita hacen de 'Monkey Man' una propuesta ideal para aquel que quiera disfrutar de una buena dosis de acción con la que es inevitable no soltar algún "ufff" (considérese siempre el uso de esta interjección como un enorme cumplido al hablar de la acción).
En 'Monkey Man', las secuencias de acción suelen caracterizarse por dos aspectos: una puesta en escena habitualmente de noche iluminada con luces neón que resultan en una atractiva fotografía que recuerda a la de 'John Wick 4' y el uso de música de fondo durante ellas, con tiempo para géneros tan diferentes como el techno, heavy metal o populares canciones versionadas. Mientras que la atmósfera en la que nos sumerge el primer aspecto beneficia a la acción, el abuso del segundo no siempre lo hace, pues la introducción y salida de diferentes temas puede llegar a ser apresurada, provocando cambios bruscos entre escenas.
Pero cuando el equipo acierta en la elección sonora, como es el caso del techno que suena en la pelea del baño mencionada anteriormente, por ejemplo, fotografía, música y acción comulgan tan bien que es imposible no conectar con la secuencia para sentir de cerca cada hueso roto.
Entre dos tierras
Decíamos que la ambición, en el caso de 'Monkey Man', es un arma de doble filo. Esto se debe a que la perseverancia de Patel por conseguir acción de alta calidad acaba en buen puerto, pero su esfuerzo por escribir una historia a la altura de los golpes no tanto. No porque estemos ante una película que trate a su guion como un mero puente para pasar de una escena de acción a otra, todo lo contrario, sus guionistas invierten buena parte del metraje en intentar dar capas extra al relato de venganza tradicional sumándole subtramas de crítica a la corrupción de las instituciones, al nacionalismo hindú y a la brutalidad policial, así como en tratar de dar más profundidad a la lucha individual del protagonista convirtiéndola también en una lucha por los oprimidos.
Se plantean temas interesantes que posicionan a la película en contra de problemas reales, pero la superficialidad con la que se ejecutan e incorporan al viaje del personaje principal lastra más a la narración que la enriquece. Quiere contar tanto que cuenta poco.
'Monkey Man' también alterna entre ser innovadora y conservadora, como si quisiera luchar por la originalidad a la vez que mantenerse en el terreno de lo que funciona. Rompe clichés del cine comercial de acción como también recurre a ellos, no falta la típica escena que recopila varias semanas del entrenamiento del héroe en su momento más crítico para luego estar más preparado que nunca. Pero incluso en los momentos más Hollywoodienses de la película, Patel y compañía tratan de agregar ideas propias inspiradas en el cine hindi, viéndose un claro homenaje al mismo a lo largo del proyecto.
Ha nacido una estrella (de acción)
Aunque interpretativamente no puede brillar tanto como en otros de sus trabajos, pues el guion no tiene los diálogos ni escenas necesarias para ello, a Patel no le hacen falta palabras para asegurarse de que no olvidemos su calidad actoral. Ya lo dijo Al Pacino en 'Scarface: El precio del poder': "The eyes, chico, they never lie". Y es que es mediante sus ojos y su mirada con la que el actor sobresale en 'Monkey Man', moviéndose entre la ira, la tristeza, la felicidad, el miedo, la agresividad y la locura con tanta credibilidad que enriquece a un personaje y a una historia que en carnes de otro intérprete podría haber resultado plana.
Hay grandes intérpretes que no podrían ser grandes estrellas de acción, y hay grandes estrellas de acción que no son grandes intérpretes. Unos tienen una enorme calidad actoral, pero no la presencia (que no el físico) para ser héroes de acción; otros derrochan carisma, pero no nivel interpretativo. No obstante, de vez en cuando surgen nombres que demuestran que ambas realidades pueden coexistir en un mismo ser. Que Dev Patel es un enorme actor lo sabemos desde hace años, pero ¿tiene lo que les falta a otros buenos actores para ser una estrella de acción si lo desea? Digno de un veterano del género, el respeto que impone su presencia en 'Monkey Man', además de su duro, pero exitoso trabajo para sacar a flote intensas escenas de acción, responden por él con un rotundo "sí".