Una de las películas que serán proyectadas en la sección Oficial Premiere del Festival de Sitges es 'Mr. Brooks', dirigida por Bruce A. Evans y protagonizada por Kevin Costner, William Hurt, Demi Moore y Dane Cook.
La película, a modo de revisión moderna del mito del doctor Jekyll y Mister Hyde, retrata la doble vida de Earl Brooks, un adinerado empresario que, aparentemente, lleva una vida sosegada y tranquila con su familia, alejado de escándalos y excentricidades. Pero lo que nadie sabe es que en realidad Earl Brooks es el asesino de la huella, un psicópata metódico y precavido que, a pesar de haberlo intentado en más de una ocasión, es incapaz de dejar de matar.
Bajo esta premisa, el director Bruce A. Evans retrata con bastante fortuna a un asesino en serie interpretado por un, todo hay que decirlo, algo estoico Kevin Costner, defecto que queda notablemente suplido por la presencia de su sombrío alter ego, Marshall, cuyo rol es representado por un William Hurt magistral.
He leído en algunos lugares críticas bastante negativas sobre 'Mr. Brooks', y es que el mundo de los psicópatas y los asesinos en serie ha tenido un sinfín de magníficas interpretaciones en el celuloide, desde 'M, el vampiro de Düsseldorf' o 'Psicosis', a 'El cabo del miedo' o 'Asesinos natos', pasando por 'La noche del cazador', 'American Psycho' o 'El silencio de los corderos' hasta llegar a esa espléndida y brutal actuación de Michael Rooker en 'Henry: retrato de un asesino'.
Un psicópata inquietantemente mundano
Salvando las distancias y huyendo de comparaciones odiosas, debo decir que 'Mr. Brooks' me ha agradado bastante, logrando que sus dos horas de metraje pasen verdaderamente rápido, con un ritmo pausado que en ningún momento llega a decaer, salvo quizá en la casi anecdótica subtrama protagonizada por la detective Tracy Atwood, interpretada por Demi Moore.
Cabe destacar, por un lado, la más que interesante historia mezcla de verdugo/víctima y maestro/aprendiz que protagonizan Kevin Costner y Dane Cook, si bien los instantes más sobresalientes de 'Mr Brooks' son, sin duda alguna, los diálogos que éste mantiene con su alter ego Marshall, personaje que parece sacado directamente del universo de 'Carretera perdida'; esos diálogos, mezcla de coleguismo, psicoanálisis y confesión, son con diferencia el mayor acierto de la película, momentos en los que la imperturbabilidad de nuestro asesino en serie decae para dejar aflorar tanto a un enfermo consciente de que necesita una cura, como un padre preocupado por su familia.
En fin, puede que 'Mr. Brooks' no llegue a profundizar en exceso en la psique del asesino, o que apenas sí se muestre su supuesta brutalidad, o que no tenga giros argumentales excesivamente inesperados, pero lo cierto es que Mr Brooks es un más que digno entretenimiento que no desfallece en ningún momento, mostrando de un modo sobrio y original a un típico asesino en serie con desdoblamiento de personalidad.